UE 2024-2029 Impulsando la competitividad: Europa más allá del 2030

Con la mirada puesta en Europa más allá de 2030, culminamos la serie "UE 2024-2029: Impulsando la competitividad". A lo largo de esta serie, hemos explorado la visión de Telefónica para reforzar la competitividad de la Unión Europea y abordar con éxito la transición geopolítica, digital y verde.

UE 2024-2029 Impulsando la competitividad: Europa más allá del 2030

Tiempo de lectura: 7 min

La competitividad, sin duda, será el eje central de las iniciativas políticas y legislativas que se impulsen en la UE durante el ciclo 2024-2029. Los informes sobre el estado del Mercado Único, presentado por Enrico Letta en abril de 2024, y sobre el Futuro de la Competitividad Europea, presentado por Mario Draghi este mes de septiembre, destacan la urgencia de actuar y serán clave para guiar la próxima legislatura europea.

En este contexto, en la serie “UE 2024-2029: Impulsando la competitividad” hemos desglosado la visión de Telefónica para fortalecer la competitividad y mejorar la posición global de la UE. En concreto, hemos explorado el estado actual de la competitividad, subrayando la necesidad de un entorno normativo que promueva la inversión e innovación, así como de consolidar un sector de telecomunicaciones competitivo, fundamental para asegurar el éxito en la triple transición: digital, verde y geopolítica, potenciando la resiliencia y seguridad económica.

Con esta última publicación cerramos la serie, compartiendo nuestra visión de Europa más allá de 2030.

Impulsar la competitividad: Una llamada urgente a la acción

El reto de la competitividad es una cuestión inaplazable. En el informe “El Futuro de la Competitividad Europea”, Mario Draghi enfatiza que Europa debe acelerar su capacidad de innovación para reducir la brecha con Estados Unidos y China, e invertir entre 750.000 y 800.000 millones de euros anuales, lo que supone entre el 4% y el 5% de su PIB. De no hacerlo, advierte, Europa se enfrenta a una «lenta agonía».

Según Draghi, el objetivo principal de un programa de competitividad debe ser promover la productividad, que es el motor más importante del crecimiento y la mejora del bienestar a largo plazo. Además, identifica al sector de las telecomunicaciones como una industria clave para impulsar la productividad y el crecimiento económico de la región.

En línea con esta visión, desde Telefónica reivindicamos en el documento “UE 2024-2029: Impulsando la Competitividad. Digital por innovación, verde en su diseño” el papel fundamental del sector de las telecomunicaciones en la construcción de una Europa más competitiva, resiliente y próspera. Por ello, abogamos por un pacto firme de la UE por la competitividad que promueva un entorno favorable a la inversión y la innovación.

Estrategia para una Unión Europea más competitiva

¿Cómo imaginamos Europa más allá del 2030?

Mirando hacia el futuro, y fruto de una estrategia de competitividad efectiva, proyectamos una Europa más competitiva y resiliente, preparada para afrontar los desafíos globales, con una posición consolidada de liderazgo en innovación digital y sostenibilidad y con foco en el bienestar de sus ciudadanos.

En nuestra visión, Europa más allá de 2030 es el resultado de haber sido capaz de:

1. Promover un entorno que permite a las empresas crecer y competir:

Europa logra convertir la regulación de un obstáculo a una ventaja competitiva. La simplificación regulatoria y un marco normativo más coherente, alineado con las necesidades de las empresas y la sociedad, crea un entorno que impulsa la capacidad de inversión e innovación de las empresas europeas, especialmente en el sector de las telecomunicaciones.

Esta flexibilidad permite reducir la brecha de escala entre las empresas de la UE y sus homólogas en otras regiones, como Estados Unidos, permitiéndoles competir eficazmente y en igualdad de condiciones en todos los sectores y mercados -nacionales, regionales y globales-.

Este entorno flexible evita la deslocalización de inversiones, talento y centros de decisión empresarial fuera de la UE, fortaleciendo la seguridad económica de la región. También fomenta la innovación y el desarrollo de sectores y tecnologías cruciales para la competitividad, como la inteligencia artificial o el 5G, potenciando su relevancia en el escenario internacional.

2. Fortalecer el sector de telecomunicaciones como eje de la competitividad:

En esa visión de Europa más allá de 2030, las políticas públicas incentivan el despliegue y la modernización de redes fijas y móviles, poniendo a disposición unas infraestructuras de vanguardia que potencian la innovación del siglo XXI y el bienestar de sus ciudadanos.

Con la Ley de Redes Digitales como prioridad, Europa promueve inversiones al simplificar la regulación ex ante, favorece estructuras de mercado que garantizan la rentabilidad de las inversiones y fomenta un mercado más equilibrado en el que las diferencias regulatorias entre proveedores de servicios similares se han eliminado. Esto fortalece la competitividad y sostenibilidad del sector de telecomunicaciones, mejorando el ecosistema de conectividad en beneficio de los ciudadanos, la economía y la seguridad europea.

3. Impulsar una competitividad “digital por innovación, verde en su diseño”:

Digital por innovación

La transformación digital de Europa más allá de 2030, impulsada por la innovación, genera un entorno favorable para el desarrollo de servicios digitales y tecnologías «made in Europe». Este entorno se caracteriza por el avance en tecnologías emergentes y digitalización de las empresas europeas, el desarrollo de las capacidades tecnológicas necesarias para garantizar la empleabilidad y la promoción de un ecosistema digital más equilibrado y justo.

El resultado es una Europa con empresas fortalecidas respaldadas por una mano de obra cualificada, un ecosistema de start-ups con alto potencial de escalabilidad y un entorno atractivo a mayores inversiones en innovación. Análogamente, esta transformación impacta positivamente en la sociedad a través de la generación de empleo y la mejora del bienestar.

Verde en su diseño

Al reorientar su estrategia hacia la simplificación de los marcos regulatorios y la armonización de las metodologías, Europa 2030 restablece el vínculo entre sostenibilidad y competitividad. Esto le ha permitido evolucionar su tradicional enfoque para impulsar la descarbonización, el cual generaba fragmentación en las metodologías de evaluación de impacto, obligaciones de reporte excesivas y desincentivaba iniciativas de sostenibilidad voluntarias por parte de las empresas.  

Apoyándose en las posibilidades que ofrece la conectividad y nuevas tecnologías, la región promueve una actividad económica más inteligente y competitiva, donde la optimización de recursos permite a las empresas reducir su impacto ambiental, mejorar su productividad y fortalecer su posición en el mercado.

4. Promover una UE más fuerte en el escenario global:

Con empresas más innovadoras, digitales y sostenibles, Europa más allá de 2030 refuerza su relevancia internacional y promueve sus valores de bienestar, seguridad y privacidad. También crea un entorno de competencia equilibrado, con una responsabilidad compartida, frente a las empresas tecnológicas que actualmente dominan el escenario global.

Asimismo, tras la transición geopolítica, Europa promueve sus valores de cooperación y solidaridad, fortalece sus relaciones bilaterales y multilaterales. Esto le permite no solo diversificar sus recursos y asegurar el suministro clave para su transformación digital y verde, sino también contribuir al desarrollo económico y social de otras regiones. Adicionalmente, Europa consolida una posición de liderazgo en organismos internacionales, y en el diseño de estándares tecnológicos, reduciendo la fragmentación y promoviendo la innovación.

Finalmente, consciente de los riesgos de la sofisticación de los ciberataques por el avance en tecnologías, como son la IA o la computación cuántica, Europa incrementa su resiliencia apoyándose en actores estratégicos, como son los operadores de telecomunicaciones.


Esta visión futura de Europa puede parecer utópica, pero no es inalcanzable. Su realización dependerá de la claridad y la visión estratégica con la que los responsables políticos del ciclo europeo 2024-2029 implementen las iniciativas políticas y legislativas que permitan avanzar hacia la Europa que aspiramos a ser más allá del 2030.

Un pacto por la competitividad de la Unión Europea

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