Libro Blanco de la CE: La propuesta de futuro para el sector telco

Bajo la temática Libro Blanco de la CE: la propuesta de futuro para el sector telco, iniciamos una serie de siete posts en los que presentamos la contribución de Telefónica a la consulta pública del Libro Blanco. Como resultado de esta consulta, la Comisión presentará una propuesta legislativa, la Ley de Redes Digitales, que determinará el futuro de la Unión Europea y del sector telco en la próxima década a través de un nuevo marco regulatorio.

Libro Blanco de la CE - La propuesta de futuro para el sector telco

Gonzalo López-Barajas Seguir

Tiempo de lectura: 5 min

El pasado 21 de febrero la Comisión Europea presentó el Libro Blanco «¿Cómo dominar las necesidades de infraestructura digital de Europa?» haciendo un análisis del sector de telecomunicaciones y de su capacidad de alcanzar los objetivos de conectividad de la Década Digital 2030 fijados por la Comisión. El Libro Blanco elabora un conjunto de propuestas o escenarios para abordar los retos identificados y facilitar la consecución de dichos objetivos.

El Libro Blanco (LB) ha sido acogido con satisfacción, así como la oportunidad de proporcionar comentarios y alternativas a la propuesta de la Comisión. El LB, que identifica las redes digitales como pilar fundacional de la competitividad de la UE, reconoce los retos a los que se enfrenta el sector de las telecomunicaciones; y considera, acertadamente, ampliar los objetivos del marco regulatorio más allá de la protección del usuario final y la promoción de la competencia, incluyendo adicionalmente la competitividad industrial, la seguridad económica y la sostenibilidad. Sin embargo, creemos que al carecer de propuestas precisas y de un calendario de ejecución, la hoja de ruta presentada por el LB queda desdibujada.

En el contexto del nuevo ciclo político que ahora iniciamos en la Unión Europea, los próximos 12 meses serán vitales para el futuro de la región. Consecuentemente, y estando plenamente de acuerdo con el análisis de la situación del sector presentada por el LB, instamos a la Comisión Europea (CE) a que elabore una propuesta legislativa, una Ley de Redes Digitales (DNA), que sea efectiva en el menor tiempo posible, y que aborde eficazmente los retos identificados. Esta DNA será el instrumento que defina el marco de políticas y regulación del sector durante la próxima década, y que por tanto deberá sentar las bases de un nuevo marco simplificado que elimine las restricciones regulatorias y reduzca los costes operativos y administrativos de los operadores de red, con el objetivo de lograr un verdadero Mercado Único Europeo y globalmente competitivo de las comunicaciones electrónicas.

 Sería necesario que las siguientes propuestas pudieran estructurar la espina dorsal de la DNA.

Crear estructuras de mercado favorable a la inversión

La escala a nivel local es urgente y crítica para que los operadores de telecomunicaciones de la UE sean sostenibles y rentables y atraigan la inversión privada. Los operadores consiguen rentabilizar la inversión cuando hay más clientes en la infraestructura desplegada a nivel local. Además, la escala en el mercado aportará grandes beneficios al bienestar de los consumidores y fomentará la existencia de operadores de red sostenibles capaces de invertir en las redes más avanzadas, seguras y resilientes.

La revisión del Reglamento de Concentraciones de la UE es clave para responder a las nuevas realidades y retos del mercado.

Reequilibrar el ecosistema digital: Introducir una obligación de negociación justa y un mecanismo de resolución de conflictos para los casos en que el acuerdo no sea posible

La CE debería establecer, para los casos en que fracasen las negociaciones comerciales, un mecanismo de resolución de conflictos para garantizar que los grandes proveedores de contenidos y aplicaciones (CAP) acuerden con los operadores de red o ISPs unas condiciones, técnicas y económicas, justas y adecuadas por el servicio de transporte de datos IP que los ISPs prestan a los CAPs.

Fomentar servicios digitales innovadores en la Unión Europea

La regulación existente, a la vez que proporciona seguridad jurídica, no debería limitar la capacidad de los operadores de red europeos de ofrecer servicios innovadores. En este sentido, consideramos prioritario derogar de la directiva de privacidad electrónica, ePrivacy, que la Comisión Europea proporcione unas Guías de interpretación de la Regulación de Internet Abierta (OIR) para los nuevos casos de uso en desarrollo basados en 5G y network slicing. Finalmente, la Comisión debería definir un marco para los servicios en la nube que permitan la evolución del sector de las telecomunicaciones.

Reducir la regulación excesivamente intrusiva de las Redes Electrónicas de Comunicaciones

Derogar el actual régimen de Poder Significativo de Mercado, eliminar las obligaciones ex ante y pasar a un modelo ex post basado en la legislación sobre competencia y la regulación simétrica del acceso a las infraestructuras pasivas (GIA). Cuando no haya competencia, podrían imponerse medidas ex ante mediante un producto mayorista activo.

Debe reconsiderarse la regulación ex ante simétrica (por ejemplo, tarifas orientadas a costes en MTR/FTR e itinerancia), ya que frena la competitividad y la inversión.

Hacer de la política de espectro una palanca de fomento de la inversión y crecimiento

La Comisión debería armonizar las políticas de espectro en la Unión Europea con tres líneas de actuación: i) proporcionar mayores expectativas y certidumbre de renovación de los derechos existentes; ii) prevenir escasez de espectro en el futuro en las bandas bajas y medias asignando dichas frecuencias sobre la base de análisis socioeconómicos de costes y beneficios rigurosos y transparentes; y iii) garantizar que las futuras adjudicaciones no den lugar a resultados ineficientes o a precios y condiciones desproporcionados.

Incluir las redes digitales en la taxonomía de actividades sostenibles de la UE

Las redes digitales deber ser incluidas en el próximo Acto Delegado sobre clima previsto para 2025 como nueva actividad taxonómica para facilitar la financiación de la inversión en redes de nueva generación sostenibles.

En definitiva, la competitividad de Europa depende de contar con un sector de telecomunicaciones sólido, sostenible y rentable capaz de acometer las inversiones requeridas para desplegar las infraestructuras digitales fijadas que den soporte a su actividad económica y social. El cumplimiento de los objetivos de conectividad 2030 de la Década Digital son prioritarios para la autonomía económica y estratégica de la UE, lo que hace imprescindible y urgente adoptar una Ley de Redes Digitales definir un nuevo marco de políticas regulatorias para la próxima década. Europa y la nueva Comisión no tienen tiempo que perder. Mañana será muy tarde; es ahora o nunca.


En el próximo post profundizaremos en cómo promover estructuras de mercado favorables a la inversión.

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