¿Qué pasaría si aplicáramos los principios de neutralidad a otros sectores?

El actual debate sobre la regulación de la neutralidad de la red está siendo muy apasionante. En los EE.UU. el Presidente Obama ha convertido este asunto en uno de los pilares de su discurso en...

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Enrique Medina
Chief Policy Officer

 

 

El actual debate sobre la regulación de la neutralidad de la red está siendo muy apasionante. En los EE.UU. el Presidente Obama ha convertido este asunto en uno de los pilares de su discurso en la última etapa de su mandato. El Presidente de la FCC, por su parte, también ha hecho pública la propuesta de regulación aprobada hace unas semanas, la cual está muy alineada con la posición del Presidente norteamericano. Un debate similar, aunque con menor intensidad, se está desarrollando en Bruselas en estos días.

Otros agentes del ecosistema digital, como es el caso de Telefónica, entienden este concepto desde una perspectiva más amplia. La razón es sencilla. La experiencia digital de los usuarios hoy es mucho más compleja de lo que fue hace una década. De hecho está compuesta por gran variedad de servicios y soluciones técnicas que simultáneamente facilitan un amplio abanico de agentes. Nadie puede ignorar la complejidad del ecosistema digital actual. Por ello, consideramos que el término Neutralidad Digital es mucho más ajustado al desarrollo de la tecnología, los servicios y las expectativas de los usuarios. Este concepto incluye tanto la neutralidad de la operadora de red como la neutralidad del contenido y de la aplicación, ya que Internet no puede entenderse solo como una red de acceso.

Una vez dicho esto quisiera ahondar en el debate sobre Neutralidad de Red. Sus defensores afirman que esta intervención en el mercado es necesaria para evitar que las operadoras de telecomunicaciones controlen el destino de la Sociedad de la información y para evitar también que elijan a ganadores y perdedores en una sociedad democrática. Sin embargo, para las operadoras de telecomunicaciones este asunto gira en torno a la necesidad de evitar una regulación ex ante que podría resolverse igualmente por medio de las leyes de defensa de la competencia. Por otra parte, también se trata de prevenir situaciones que limiten la libertad en la forma de gestionar la red y desalienten la inversión en redes de nueva generación o en productos y servicios innovadores para los clientes.

No cabe duda de que el asunto es complejo y que en muchas ocasiones resulta muy difícil acordar puntos en común. A veces ni siquiera admite la confrontación de argumentos porque las posiciones son muy cerradas. Para los expertos es incluso difícil predecir cómo las disposiciones de Neutralidad de Red van a interactuar en el ecosistema de Internet, sobre todo teniendo en cuenta que sus implicaciones pueden ser más profundas en un escenario marcado por la innovación y servicios que todavía no han nacido.

Una buena forma de entender qué significaría la Neutralidad es encontrar ejemplos en mercados similares en los que la evaluación de su impacto pudiera estar más basada en hechos y menos en hipotéticos de naturaleza filosófica. Sin embargo, aunque es cierto que las comparaciones nunca son perfectas y que, por tanto, los argumentos pueden ponerse en tela de juicio, los ejemplos nos servirán para ilustrar qué pasaría si se aplicaran los criterios de Neutralidad en otros sectores. En efecto, las limitaciones derivadas de los principios de no discriminación aplicadas a diferentes industrias serán diferentes, pero pueden proporcionar una evidencia sobre cómo estos principios, denominados Neutralidad de Red cuando se imponen a ISPs, podrían afectar a Internet y nuestras vidas.

Este es el tipo de ejercicio que Telefónica ha realizado junto con la prestigiosa consultora Solchaga Recio & Associates: ¿Cuál sería el impacto de la aplicación de los principios generales de no discriminación de Neutralidad de Red en otras industrias? A partir de hoy y durante los próximos meses, Solchaga Recio & Associates compartirán con nosotros sus conclusiones sobre cómo estas disposiciones podrían cambiar nuestras vidas si se aplicara en otros sectores que prestan servicios que forman parte del día a día de los consumidores.

El primer estudio que presentamos se centra en la industria de las aerolíneas. Sector bien conocido por la mayoría de los usuarios de Internet ya que con su uso se ha facilitado el acceso a la compra de vuelos así como las posibilidades de obtener sustanciales descuentos. Las aerolíneas proporcionan un gran ejemplo ya que aplican muchas técnicas de diferenciación de precios con dos objetivos simultáneos y que de alguna manera se contradicen. Es decir, maximizar la generación de ingresos y la ocupación de los vuelos. Los nuevos esquemas de precios tienen muchas ventajas para los clientes de las aerolíneas, algunas tan evidentes como el acceso a tarifas de vuelo más baratas.

Aplicando los principios de Neutralidad, las compañías aéreas no podrían hacer una diferenciación de precios, o dicho de otro modo, todos los asientos del vuelo valdrían lo mismo. Por tanto, no habría descuentos para los más avezados, ni gangas de última hora, ni programas de fidelización de viajeros frecuentes. Tampoco habría paquetes de descuento en los que se incluye vuelo y alquiler de coches o de vuelo y hoteles, ni tampoco la posibilidad de pagar por la elección anticipada de asiento –uno más espacioso–.

Los efectos de tener un «precio único», además de resultar en un claro incremento de los precios de los vuelos, serían muchos: mayor complejidad de la facturación de equipaje en los vuelos con conexiones, reducción de frecuencias de vuelos, eliminación de rutas, cierre de las agencias de viajes por Internet. Las conclusiones que se han obtenido de este estudio no son muy estimulantes.

Lee este primer caso de estudio para saber más de lo que podría significar para el bienestar de los consumidores y resto de los agentes del mercado la aplicación de reglas de Neutralidad de la red en un mercado competitivo.

Lo que parece una idea absurda para el mercado de las aerolíneas se considera, sin embargo, como la mejor solución para garantizar el objetivo fundacional de Internet, mantener una Internet abierta. La regulación de un mercado competitivo con el objeto de evitar comportamientos no deseados parece a todas luces desproporcionada y puede conducir a consecuencias muy negativas, no solo para el sector, sino también para los consumidores; su regulación podría traducirse en precios más altos o la reducción de la capacidad de elección de los consumidores por la existencia de menor número de proveedores y con una cartera de productos más limitada. Esta podría ser una de las extrapolaciones de la aplicación de los principios de Neutralidad a otros sectores.

 


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