La conectividad es un pilar fundamental para avanzar en la transformación digital de la sociedad y de la economía. Por ello, tradicionalmente se ha sostenido la tesis de que la brecha digital era fundamentalmente un problema de acceso. Consecuentemente, las políticas públicas se han centrado en acelerar el despliegue de la infraestructura de telecomunicaciones eficiente, resiliente y sostenible para que nadie se quede atrás en la revolución digital. No obstante, el tiempo ha demostrado que este era únicamente una parte del problema.
La brecha de cobertura se ha reducido notablemente en los últimos estos años. Según datos de GSMA, en 2022, en América Latina y el Caribe la brecha de cobertura es del 6%, mientras que en Europa y Asia Central este porcentaje desciende al 2%. Sin embargo, todavía hay personas que no hacen uso de esa conectividad, lo que limita su participación en el mundo digital. En esas mismas regiones, la brecha de uso existe una brecha de uso de 32% y 19%, respectivamente. Esto nos muestra que, en condiciones en las que se dispone de acceso a Internet, existen otras barreras a las que no se les ha prestado la debida atención que impiden alcanzar la plena inclusión digital.
En efecto, se ha producido un cambio de paradigma. Por ello es necesario repensar las políticas e iniciativas de inclusión digital para abordar adecuadamente este reto, orientándose tanto a la brecha de cobertura, como a la brecha de uso. Con este fin, hemos elaborado un nuevo posicionamiento en el que exploramos las causas de ambas brechas y proponemos una serie de estrategias innovadoras para abordarlas. Asimismo, presentamos el primer entregable de nuestra Brújula por la Inclusión Digital.
Construyendo la Brújula por la inclusión digital: hacia el cierre de la brecha de cobertura y la brecha de uso
La Brújula por la inclusión digital tiene como objetivo guiar las acciones públicas y privadas para contribuir a cerrar de la brecha digital desde una nueva perspectiva adaptada a los retos actuales. Los dos primeros puntos cardinales que presentamos en esta Brújula son el cierre de la brecha de cobertura y el cierre de la brecha de uso. Asimismo, se han identificado las principales áreas de acción en ambas brechas para actuar sobre la raíz de estos problemas.
Hacia el cierre de la brecha de cobertura
El punto cardinal de la brecha de cobertura presenta tres áreas de acción:
- Fomentar modelos de alianzas y cooperación público-privada. A través de los sistemas de alianzas, Telefónica lleva años innovando en su modelo de negocio para acelerar el despliegue de infraestructura digital. La experiencia de estos años ha demostrado ser positiva, siendo las alianzas un elemento clave para la ampliación de la cobertura en los países en los que opera. Por ello, consideramos que las políticas públicas deben promover activamente los acuerdos de compartición de infraestructura y las alianzas, respaldando nuevos proyectos que destaquen por su innovación tecnológica y que persigan objetivos que beneficien a la sociedad.
- Innovar en los mecanismos de financiación de redes. Para lograr los objetivos de conectividad, Europa y América Latina se enfrentan a una gran brecha de inversión. Los operadores de telecomunicaciones y los responsables de las políticas públicas deben explorar nuevas fórmulas o reconfigurar las existentes con el propósito de facilitar la financiación de las redes.
- Evolucionar hacia la simplificación y flexibilización de la regulación. El sector de las telecomunicaciones está excesivamente regulado, siendo este hecho una barrera para el despliegue de red. Es imperativo continuar reduciendo los costes asociados al despliegue de las redes, eliminar obstáculos para la compartición de infraestructuras y asegurar cantidades, precio y condiciones razonables para el espectro.
Hacia el cierre de la brecha de uso
Por su parte, el punto cardinal de la brecha de uso incluye cuatro áreas de acción:
- Promover la colaboración público-privada para acelerar la alfabetización y competencias digitales para acceder en igualdad de condiciones a las oportunidades que ofrece el mundo digital. Se debe prestar una atención especial a abordar las carencias de competencias, incorporando las habilidades necesarias en los sistemas educativos y promoviendo el aprendizaje continuo para potenciar la empleabilidad.
- Garantizar la asequibilidad de los dispositivos y el acceso. Para que todas las personas dispongan de las herramientas digitales básicas para operar en la era digital, es necesario establecer mecanismos que faciliten la accesibilidad del servicio de acceso a Internet y asequibilidad los dispositivos. La reducción de tasas y la promoción de subsidios podrían ser dos soluciones que podrían contribuir a la adopción digital, especialmente para personas en situación de vulnerabilidad.
- Promover el desarrollo de contenidos relevantes y servicios accesibles para todos. Es crucial fomentar la creación de contenidos y servicios locales adaptados a la cultura del país, así como garantizar su accesibilidad para favorecer la inclusión de personas con discapacidad en la era digital.
- Promover un modelo de gobernanza responsable y fiable. En el proceso de digitalización, la sociedad debe contar con un modelo de gobernanza basado en los derechos fundamentales, la privacidad y la seguridad de las personas.
Esta Brújula para la inclusión digital aspira a ser una guía de acción para todos los actores implicados con el objetivo de reducir las brechas de uso y conectar a los no conectados para, en definitiva, extender los beneficios de la digitalización a todos.
