Europa tiene que pasar de las palabras a los hechos. Con la Apply AI Strategy, presentada por la Comisión Europea, la Unión lanza una de sus mayores apuestas de política industrial de la última década: hacer de la inteligencia artificial (IA) un verdadero factor de producción en todos los sectores estratégicos, desde la energía y la sanidad hasta las telecomunicaciones.
La estrategia se articula sobre tres pilares: impulsar el uso de la IA en sectores clave, resolver los desafíos transversales que frenan su adopción, y establecer una gobernanza única para coordinar el despliegue de la IA en toda la Unión. Con ella, Europa debe dejar de ser solo un regulador de la tecnología para convertirse en un productor de inteligencia artificial soberana, segura y de escala global.
De la regulación a la inversión: una política industrial digital
Este cambio de enfoque confirma una tendencia que ya se intuía en la Cumbre de París sobre IA: Europa necesita combinar valores y potencia industrial, no elegir entre ellos. La Apply AI Strategy es la primera política industrial que coloca la IA en el centro de la transformación económica, junto al Industrial Accelerator Act y el Scaleup Europe Fund, que buscan canalizar inversión pública y privada hacia tecnologías críticas.
La Comisión movilizará más de 1.000 millones de euros iniciales, con un fuerte efecto multiplicador. Pero, más allá de la cifra, lo relevante es la orientación: se pasa del modelo de ayudas dispersas a un modelo de alianzas industriales, donde empresas, universidades y centros tecnológicos co-desarrollan soluciones en torno a una infraestructura común de datos, cómputo y talento.
Europa deja claro que invertir en IA es invertir en competitividad, empleo y autonomía estratégica.
El caso paradigmático: las comunicaciones electrónicas
Entre los sectores elegidos por la Comisión, el de electronic communications es quizás el más emblemático. La IA está llamada a transformar la manera en que se diseñan, gestionan y optimizan las redes de telecomunicaciones.
Según el documento, un 65% de los operadores mundiales ya está experimentando con IA para automatizar operaciones y mejorar la experiencia del cliente. Sin embargo, Europa aún no ha capturado todo su potencial.
Para revertirlo, la Comisión propone dos medidas clave:
- Impulsar las capacidades europeas en edge AI devices, apoyándose en el Smart Networks and Services Joint Undertaking y el Chips Joint Undertaking.
- Crear una European Telco AI Platform, un entorno colaborativo para que operadores, proveedores y sectores usuarios desarrollen conjuntamente un “AI stack europeo”: desde la ingeniería de datos hasta los servicios de IA en la nube, preferiblemente en código abierto.
En un contexto global donde las infraestructuras digitales son cada vez más estratégicas, la convergencia entre telecomunicaciones e inteligencia artificial se convierte en la base de la nueva economía europea y de la competitividad de sus empresas.
El valor del dato y la inteligencia en el borde
La estrategia también conecta con la agenda de soberanía del dato. La Data Union Strategy y el impulso a las AI Factories y Gigafactories europeas pretenden dotar al continente de la capacidad para entrenar, desplegar y operar modelos avanzados de IA sobre datos europeos, bajo criterios de confianza, seguridad y sostenibilidad.
En el ámbito de las comunicaciones electrónicas, esto significa redes más inteligentes, eficientes y sostenibles, capaces de gestionar el tráfico en tiempo real y anticipar la demanda energética.
El despliegue de IA en el “edge” —en los dispositivos y nodos de red más próximos al usuario— permitirá reducir la latencia, optimizar los recursos y ofrecer servicios más personalizados y seguros. Pero también plantea una nueva geografía digital: el lugar donde se procesa el dato determinará quién captura el valor económico y la inteligencia derivada.
Por eso, la apuesta europea por un ecosistema propio de edge computing es, en realidad, una apuesta por mantener el control sobre su infraestructura.
La nueva frontera: IA como factor de producción
La Comisión lo dice con claridad: la IA se convierte en un factor de producción, al nivel de la energía, el capital o el trabajo. Los modelos fundacionales y los agentes autónomos (AI agents) son ya el motor de productividad de la próxima década.
La Frontier AI Initiative busca que Europa desarrolle modelos de IA avanzados, abiertos y seguros, con prioridad para científicos y pymes. A la vez, iniciativas como la AI Skills Academy formarán en IA a todos los niveles, porque no hay autonomía tecnológica sin autonomía humana.
Un proyecto de competitividad con identidad europea
La Apply AI Strategy consolida la visión de un continente que quiere liderar desde sus principios, no desde la imitación. Un continente que entiende que la confianza es una ventaja competitiva y que la regulación, cuando va acompañada de inversión e innovación, puede ser una herramienta de liderazgo.
Europa no puede competir con las reglas de otros, pero sí puede hacerlo con su modelo propio de desarrollo tecnológico inclusivo, seguro y sostenible.
Como es habitual, desde Bruselas la propuesta se ha recibido con cierto escepticismo. Aunque la Comisión parece tener grandes ideas, se teme que el impacto real sea limitado. Queda por ver como el sector público y privado europeo adoptará la “AI first policy”, una política sin precedentes que no sabemos cómo se aplicará en la práctica.
Otra incógnita es la relación entre la Apply AI Strategy y las otras múltiples propuestas legislativas en materia de IA, como el AI Act, la revisión de la directiva de Copyright o la próxima Data Strategy, que debería proveer un ecosistema de datos preparado para la IA.
La Apply AI Startegy no incluye ninguna propuesta legislativa, pero presenta múltiples objetivos y foros de debate para avanzar con el objetivo inicial de la estrategia. En otras palabras, la Apply AI Strategy se apoya en la idea del AI Continent, que no es una metáfora, sino un proyecto político: construir una inteligencia europea capaz de amplificar nuestras industrias, nuestras lenguas y nuestra diversidad.
La Apply AI Strategy no es solo una estrategia digital; esperamos que sea el primer capítulo de una nueva política industrial europea que entiende que la economía del futuro será, ante todo, una economía inteligente.