¿Es el GDPR el nuevo estándar global de privacidad?

Carlos López Blanco participó en Brasil en el Seminario Internacional sobre Datos Personales y Privacidad.

Nuria Talayero San Miguel

Nuria Talayero San Miguel

- Actualizado

Tiempo de lectura: 3 min

La segunda ola de digitalización facilitará una vida mejor. Para asegurar esto, tanto el Sector Público como el Sector Privado deben comprometerse a construir una nueva «Ética de los Datos».  Los datos son mucho más que el nuevo petróleo.  Por esta razón, su gestión está ahora en el centro de la agenda pública, y la búsqueda de confianza se está transformando en un reto empresarial y regulatorio, no sólo para Telefónica, sino también para los legisladores y reguladores y para todos los participantes en el ecosistema digital.

Más de 100 países han promulgado regulaciones de protección de datos desde 1972. Actualmente, el Congreso brasileño está trabajando en ello. En el contexto del proyecto de ley de protección de datos personales en el Congreso brasileño, la Comisión Especial encargada ha organizado un Seminario Internacional celebrado en Brasilia los días 10 y 11 de mayo.

Carlos López Blanco ha participado en este seminario que reunía participantes con experiencia a nivel mundial sobre Protección de Datos de Carácter Personal y Privacidad, aportando conocimientos sobre los puntos de atención a tener en cuenta, sobre todo derivados de la experiencia europea. Carlos formó parte del panel «La protección de datos en Finanzas, Salud y Telecomunicaciones», moderado por Sergio Alves.

Puede encontrar aquí la presentación.

El Director de Asuntos Públicos y Regulación de Telefónica expuso como estamos experimentando una revolución digital donde la digitalización moldeará nuestras vidas en modos que apenas podemos comprender. Nuevas oportunidades se abren para todos, en cualquier lugar, para crear un mundo mejor, un mundo por descubrir y compartir y del que beneficiarse.

Los datos están en todas partes: detrás de cada dato hay una historia. La vida digital es la vida misma, y la tecnología es una parte esencial del ser humano.

La tecnología permite ahora que los datos no sólo se almacenen, sino que se pongan a trabajar para transformar nuestras vidas, nuestros negocios, nuestros sistemas de transporte urbano, mejorar la agricultura, aumentar la eficiencia energética, democratizar la educación, mejorar los diagnósticos en los hospitales, etc.

Pero cada vez más, la avalancha de datos, o su uso indebido, genera temor sobre la privacidad y la seguridad, poniendo en peligro el nuevo mundo de oportunidades: el potencial máximo de la sociedad de información de datos y la hiperconectividad sólo se alcanzará si los clientes confían en las empresas. La confianza digital se vuelve una cuestión clave.

Carlos López Blanco indicó que las reglas sobre el uso de los datos en el siglo XXI son vitales. En la era digital, el papel de los legisladores es esencial

Estableciendo los principios que fortalecerán los derechos fundamentales de los ciudadanos y la confianza en la era digital, facilitando al mismo tiempo el emprendimiento, simplificando las reglas y permitiendo la flexibilidad necesaria para la innovación: Una regulación horizontal basada en principios que se apliquen a todos los sectores (¿Necesitamos de verdad una regulación sectorial? ¿Es incluso coherente con la horizontal?), un “level playing field” a nivel internacional mientras se fomenta el flujo libre de datos y principio de interés legítimo para facilitar la innovación.

 

Aumentando la concienciación sobre los beneficios de los datos personales y los riesgos, poniendo a los clientes al control y capacitándolos para tomar sus propias decisiones en el mundo digital, fomentando una cultura de privacidad. El papel principal de la agencia de protección de datos es la construcción de una cultura de privacidad, empoderando a los usuarios y ayudando a las empresas a desarrollar los procesos de protección de datos.

 

Brindando la seguridad jurídica y práctica necesaria y una protección de datos uniforme y equitativa que permita una aplicación neutral y eficiente en costes. Midiendo el camino de obligaciones, permitiendo el tiempo necesario para su correcta aplicación, estableciendo un organismo técnico independiente y medidas correctoras apropiadas y proporcionadas.

 

Y finalmente, Carlos explicó nuestros principios rectores de compañía: seguridad, transparencia y empoderamiento. Empoderar a nuestros clientes, potenciando sus experiencias con Telefónica y terceros innovadores, y generando valor en su beneficio, protegiéndolos y respetando sus deseos individuales.

En nuestro rol de compañía impulsada por la conectividad y los datos, Telefónica contribuirá a la innovación empresarial en torno a nuevos y mejores servicios, convirtiendo los datos en información accionable para Telefónica y terceros y facilitando mayores beneficios para la sociedad.


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