Competencia
La política de competencia tiene que reconocer el incremento en la competencia producido en la economía digitalizada por los agentes digitales y los efectos generados por los nuevos modelos de negocio. Tiene que adaptarse para reflejar la realidad de la economía digital.
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Control de concentraciones
Control de concentraciones
Los procesos de control de concentraciones deben garantizar el escrutinio de las operaciones de los grandes agentes de Internet, así como una postura más pro-inversiones basada en el estándar de bienestar social y no únicamente en parámetros de precio.
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Un nuevo enfoque
Un nuevo enfoque
Las características específicas de esta nueva economía digitalizada deberían considerarse en cualquier análisis competitivo previo a intervenciones regulatorias o de competencia: convergencia, servicios sobre infraestructuras con diverso alcance geográfico compitiendo con servicios globales sobre Internet, agentes con diferentes negocios principales y modelos de negocio compitiendo a lo largo de la cadena de valor por los mismo usuarios, ingresos, atención, tiempo de uso, etc.
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Política de competencia
Política de competencia
La política de competencia no puede obviar estos desarrollos y necesita acomodar sus instrumentos, herramientas y procedimientos a las nuevas realidades. El tradicional análisis del derecho de la competencia, en todas sus ramas incluyendo las conductas prohibidas y el control de concentraciones, tiene que reconsiderar su aproximación a la definición de mercados, los tests de sustituibilidad, el poder de mercado y los parámetros para determinar dominancia, la valoración de cuellos de botella o abusos de posición de dominio.
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Nuevos modelos de negocio
Nuevos modelos de negocio
La aparición de nuevos modelos de negocio, cuyos efectos competitivos no han podido ser correctamente valorados por las políticas de competencia, ha puesto de manifiesto la necesidad de adaptar dichas políticas. Los nuevos negocios basados en la provisión de servicios “gratuitos” a los usuarios en mercados multi-cara, con ingresos generados por otros agentes diferentes de los propios usuarios, han convertido los datos personales en el principal pilar de la industria de Internet. De hecho, han pasado a ser un factor de producción o moneda de cambio gracias a la ventaja competitiva que aportan a las plataformas.