Campus 42, mucho más que aprender

Aquellos que lo conocen dicen que hay muchas formas de aprender y que luego está 42 Madrid. Quienes hablan así son alumnos del campus de programación de la Fundación Telefónica instalado en la capital.

Tiempo de lectura: 4 min

El campus 42 Madrid es uno más de la red Network 42, formada por una treintena de academias ubicadas en 23 países, y que llegó a España de la mano de la fundación, en 2019. Una idea que se expande ya por el País Vasco con 42 Urduliz, y que ya llega a Barcelona, Málaga y Alicante.

Gratuito, presencial, abierto 24/7

Y es que si pedimos a los propios alumnos que nos definan cómo es la academia, no encontraríamos dos respuestas iguales. Esa es una de las grandezas de este campus gratuito, en el que el único requisito para formar parte es ser mayor de edad. Una vez entras, cada estudiante marca libremente su ritmo de aprendizaje, bajo el prisma del trabajo colaborativo, el esfuerzo y la constancia.

Se trata de un lugar donde se puede trabajar los siete días de la semana, los 365 días del año, y de igual a igual, con un plan de estudios basado en proyectos que se pueden completar al ritmo que cada alumno se marque, y donde prima el trabajo colaborativo para la consecución de resultados. No se puede avanzar en los niveles si no se trabaja de manera colaborativa, ya que los propios alumnos se evalúan unos a otros.

Su metodología está basada en la gamificación y “el peer to peer” (entre pares), con una filosofía centrada en “aprender a aprender”.

Ganas de aprender

Aquellos que quieran formar parte de este campus no lo conseguirán por sus grandes logros académicos o laborales sino por las ganas de aprender y la actitud y perseverancia para poder formarse y disfrutar de un campus, en el que los aspirantes necesitan tirarse a la ‘piscina’ para ser su alumno.

Sí, a una piscina virtual, en la que los candidatos al campus deben sumergirse durante 26 días, para mostrar y demostrar sus capacidades. Donde lo único que vale es aquello que se hace dentro de 42.

La piscina se trata del último paso del proceso de selección de la academia. Allí los aspirantes se encontrarán proyectos diarios, donde se tendrán que desenvolver trabajando junto a sus compañeros. Programación siete días a la semana, día y noche, junto a muchas otras personas en idéntica situación de incertidumbre.

Igualdad de oportunidades

Los campus 42 están abiertos a todos, donde la heterogeneidad de sus habitantes es parte de su identidad. Como muestra es que entre los candidatos que se presentaron a las dos primeras piscinas en la sede madrileña, la edad media fue de 26 años, sólo un 45% de los candidatos fueron de Madrid, incluso un 15% procedieron de fuera de España. De todos ellos, la mitad no había estudiado o trabajado con lenguajes de código con anterioridad.

Dentro de una misma piscina te puedes encontrar con un padre y su hijo, una pareja de gemelos, varios matrimonios, parados de larga duración, candidatos recién salidos del instituto, universitarios o trabajadores que querían compatibilizar ambas tareas. Y es que todos tienen cabida en este campus.

Aquellos que consiguen nadar hasta el final -un 74 % de las dos primeras piscinas- reconocen que acaban agotados tras los 26 días de duración de esta fase selectiva, pero también que se trata de una experiencia totalmente diferente a lo vivido en su realidad diaria. Luego ya será cuestión de un email que diga si eres apto o no.

Ni profesores, ni aulas

Los más afortunados, una vez que ya son alumnos, se encuentran en un espacio donde no existe la figura del profesor, pero tampoco tendrán que asistir a ninguna clase ni leer o estudiar un determinado libro.

Cuestiones que en nada tienen que ver con la falta de explicaciones, sino todo lo contrario. Serán ellos, los estudiantes, los que deberán encontrar las respuestas a sus preguntas por sí mismos y se conviertan en los artífices de su propia formación.

Como dicen desde el propio campus, se trata de “una metodología innovadora que exige persistencia en el proceso de adquisición de conocimientos, pero que, al mismo tiempo, estimula otras competencias transversales más allá de las puramente teóricas”.

La vocación de 42 es la de ser un lugar idóneo para desarrollar habilidades tecnológicas y competencias transversales que permitan empezar a construir un camino hacia el futuro.

Desde diseñador de videojuegos, experto en blockchain, desarrollador de aplicaciones móviles o especialista en ciberseguridad. Big data, IoT, Machine Learning o Inteligencia Artificial, todos los perfiles digitales demandados por el mercado laboral tienen cabida gracias a una metodología, en la que los estudiantes eligen su propio itinerario académico y se preparan para asumir multitud de roles profesionales cuando finalicen sus estudios.

Los centros 42 son una clara opción para todos aquellos interesados por los videojuegos, las aplicaciones móviles o el Machine Learning. Dos test online a superar, y luego la esperada piscina durante 26 días de intenso trabajo. Si lo superas, tendrás unos tres años de media para formarte y prepararte para un futuro laboral en programación.

Si queréis conocer de primera mano la experiencia de 42, no os perdáis este video:

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