El mundo vive un momento excepcional en el que estar conectados es más importante que nunca. La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha obligado a realizar cambios profundos en los ámbitos de la educación, del trabajo, así como del ocio y las relaciones sociales.
Tras finalizar el año 2019 y antes del estallido de la actual crisis sanitaria, la digitalización ya era una realidad. Ahora se presenta como el gran motor de la reactivación económica en España, junto con el desarrollo de la sostenibilidad, gracias a su capacidad para impulsar nuevos modelos de negocio, a la optimización de costes, y a su potencial de abrir nuevas fuentes de ingresos que ayuden al país a salir de la mayor crisis económica y social vivida desde la II Guerra Mundial.
La reinvención digital en España podría tener un impacto capaz de alcanzar un valor equivalente al 1,8% anual del PIB hasta 2025. En la actualidad el país ya está en ese camino hacia la transformación y se encuentra a la cabeza en conectividad con infraestructuras de primer nivel.
Sin embargo, mientras que tres de cada cuatro hogares españoles tienen cobertura de fibra óptica, según el sdiE 2019, dos de cada tres empresas españolas se están quedando atrás en este paso hacia la adopción de tecnologías digitales. El reto, por tanto, está en la transformación de pymes y autónomos, que son quienes deben hacer frente a un esfuerzo para alcanzar su digitalización.
Industria y nuevas tecnologías
En cuanto a la transformación digital, la industria española supera la media europea, pero está lejos de ser líder. Por este motivo es vital seguir favoreciendo esta transición del tejido productivo español, adoptando tecnologías como cloud, ciberseguridad, big data o Internet de las Cosas, ya que serán la palanca que ayude a aumentar su competitividad, y estimular su crecimiento y la creación de empleo.
Para impulsar este crecimiento, desde Telefónica hemos firmado alianzas con Microsoft y Google, que se han convertido en un ejemplo de adopción tecnológica, y que sitúan a España en referente en el ámbito Cloud gracias a su presencia en ambas plataformas tecnológicas norteamericanas.
Además, nuestro país dispone de la fibra más potente de Europa algo que ha sido esencial en los peores momentos de la crisis sanitaria y es la base sobre la que afianzar y llevar a cabo el plan de desarrollo del país.
También hay que tener en cuenta que el sector productivo está sufriendo una profunda revolución con el desarrollo de la industria 4.0. Estas empresas y plantas industriales, que recogen datos en grandes cantidades provenientes de los objetos conectados a las redes, los almacenan y después analizan para optimizar los procesos, mejorar los tiempos de fabricación y minimizar los costes de producción, combinan de forma intensiva tecnologías como Internet de las Cosas, inteligencia artificial, big data, cloud y edge computing, junto con otras como tecnologías como blockchain.
Pero todo esto tiene una doble lectura. Por un lado, se espera que, en un plazo de cuatro años, las empresas industriales españolas, aumenten sus ingresos en torno al 11% y se reduzcan los costes casi en una quinta parte gracias a la digitalización. Por otro, mientras un 23% de las compañías grandes y medianas hacen un uso regular del cloud computing, esta cifra cae hasta el 9% en el caso de la microempresa. Más anecdótico es el uso del análisis a través de big data, ya que poco más de la décima parte de las pymes acuden a ello, y tan solo un reducidísimo 2% de las microempresas de menos de 10 empleados, que representan en torno al 95% del tejido empresarial de nuestro país.
El Pacto Digital
La crisis creada por la COVID-19 ha planteado retos que suponen lecciones de las que se debe aprender y que deben inspirar la mejor reconstrucción económica y social. Por este motivo es tan necesaria la creación de un pacto que ayude a gestionar esta transición digital y que ponga a las personas en el centro de este proceso de cambio.
La aceleración de la digitalización de la industria y del tejido empresarial, enfocada especialmente en pymes y autónomos debe ir acompañada también de una mayor formación tecnológica de las personas. Para ello, Telefónica ha elaborado un gran Pacto Digital que incluye el apoyo a todo el tejido industrial y empresarial español, y cuyo objetivo sea asegurar esa transición digital, y que ayude a establecer nuevas reglas, basadas en valores no solo económicos, también medioambientales y sociales, para que nadie se quede atrás.
Además, esta reinvención tecnológica será el camino para lograr una transición verde, ya que es el motor de un desarrollo descarbonizado, y la pieza de unión del crecimiento económico con los programas medioambientales. En el Pacto Digital, Telefónica considerara las redes de comunicación avanzadas como infraestructuras verdes que se ajustan a los objetivos del cambio climático en las taxonomías de las Finanzas Sostenibles.
Porque la digitalización no solo va a desempeñar un papel decisivo en la recuperación económica, también va a ser clave en el desarrollo de una sociedad más sostenible, y va a ayudar a mejorar la confianza en los procesos mediante un uso ético y responsable de la tecnología.