Hace unos días, al hilo de mi proyecto en B2B Sales Podcast, tuve la oportunidad de charlar con Belén Torregrosa, experta en comunicación. Nuestra conversación se tornó torno a la siguiente pregunta: ¿Cuál va a ser nuestro valor cuando la Inteligencia Artificial nos sustituya en muchas tareas que realizamos?
Todos los argumentos que planteó Belén nos llevaban a la misma conclusión: la clave está en las soft skills, es decir, en aquellas habilidades específicamente humanas y que, hoy por hoy, no pueden ser sustituidas por ninguna máquina.
Antes de continuar, vale la pena recordar qué es eso de soft skills. Mientras que las denominadas hard skills son aquellas habilidades de carácter técnico que nos definen como expertos en una materia y que logramos con formación y práctica, las soft skills son aquellas habilidades transversales que podemos desarrollar y mejorar todos y que no requieren una formación al uso, por ejemplo, capacidad de adaptación, empatía, creatividad, resiliencia, o pensamiento crítico.
El papel de la tecnología y la inteligencia artificial
Nos encontramos en un mundo en el que la tecnología está cada vez más presente, en el que la digitalización está impregnando todo y en el que el conocimiento de dicha tecnología es crucial. Pero parece que, con la IA, las softs kills van a adquirir un especial protagonismo.
Lo que realmente ocurre es que la evolución de la IA y el temor a cómo afecte al futuro del trabajo está asentando una tendencia que viene de más atrás. Hasta 1990 aproximadamente, la creencia predominante era que las hard skills eran más importantes que las soft skills. Empresas, universidades, Escuelas de Negocios, hasta el propio informe PISA, elaborado por la OCDE evaluaban únicamente la capacidad técnica de los candidatos. Pero esta tendencia lleva tiempo cambiando y cada vez se valoran más ciertas habilidades que nos son técnicas.
Por ejemplo, en 2008, Google dirigió un estudio llamado Project Oxygen para entender cuáles eran los puntos fuertes que estaban detrás del éxito de algunos de sus empleados. Los resultados revelaron que más que sus conocimientos técnicos, las cualidades que los hacían destacar eran: la capacidad de mentorización, las habilidades de comunicación, el estar abiertos a diferentes puntos de vista, la empatía, el pensamiento crítico, la resolución de problemas y el ser capaces de hacer conexiones, todas por delante de las capacidades STEM.
Del mismo Google tenemos otro ejemplo que puede refutar esta situación: Googliness se puede definir como el conjunto de valores y características que todos los empleados de Google comparten y que van más allá de sus capacidades técnicas. Es decir, son capacidades especialmente valoradas en la compañía como cultura común y entre las que se encuentran, por ejemplo, si practica deporte o es capaz de trabajar en equipo fácilmente.
El estudio de la OCDE, Future of Education and Skills 2030. Conceptual Learning Framework publicado en 2018 confirma el hecho del cambio tecnológico continuo que a su vez demanda cambios en el mercado laboral y que requiere de nuevas capacidades técnicas, pero es la capacidad para la resolución de problemas la habilidad que considera clave para el éxito de esta transformación.
Y de repente, en 2023 vivimos la explosión de la Inteligencia Artificial. Este mismo año, el Foro Económico Mundial hacía la siguiente predicción: “el 42% de las tareas que llevamos a cabo en nuestro día a día se automatizarán de aquí a 2027, siendo la inteligencia artificial (IA) la innovación que más contribuya al desplazamiento de empleos”.
También en 2023 se publicó el último informe The Future of Jobs en el que se analiza qué habilidades se consideran esenciales para el trabajo. Como vemos en el siguiente cuadro, entre ellas encontramos el pensamiento analítico, el pensamiento creativo seguidos de la resiliencia, la motivación y la curiosidad…
Fuente: World Economic Forum, Future of Jobs Survey 2023
En la edición de Foro Económico Mundial realizada en enero de este año 2024, la IA fue uno de los temas protagonista de los encuentros. Se reconoció su gran potencial para mejorar la productividad. Y frente a este potencial, se expusieron también los retos y peligros que debemos abordar con esta tecnología.
¿Y qué ocurre con los empleos?
Pues siguiendo con las predicciones de 2023, además de un gran interés en habilidades relacionadas con la IA y el Big Data, las habilidades que se consideran esenciales para el futuro del trabajo son dos: el pensamiento crítico y creatividad.
Parece que la situación y el futuro son más o menos claros, pero ahora se nos presentan otras cuestiones: ¿están los estados y empresas apostando por el desarrollo de estas habilidades?; ¿Cómo lo están haciendo?; ¿El desarrollo de estas soft skills va a ser homogéneo o se van a producir brechas? …Desde luego, esto da para otro artículo.
