Tomás Sercovich Director de Relaciones Externas de Forética 
El mes pasado en Bruselas, más de 500 representantes de empresas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil se dieron cita en la Comisión Europea para una nueva edición del Foro Multistakeholder de Responsabilidad Social Empresarial.
El encuentro se llevó a cabo en un contexto muy distinto a la última edición de este Foro hace cinco años. La diferencia más notable fue la ausencia formal en la mesa de debate de las organizaciones sindicales y de consumidores. Otra diferencia relevante fue en las temáticas del Foro: los asuntos relacionados con empresa y derechos humanos dominaron la agenda, junto con nuevos asuntos como aquellos relacionados con la fiscalidad responsable, la economía circular o la dimensión internacional de la RSE, con la perspectiva de otras regiones como América Latina, África o Asia.
Finalmente, se echó de menos a las nuevas autoridades de la Comisión Europea ya que, a diferencia de foros anteriores en los que participaron varios Comisarios y Directores Generales, este foro de 2015 no contó con ese nivel de representación.
Al igual que ediciones anteriores, el foro se puede valorar desde la perspectiva de lo que sucedió dentro de las salas y sesiones de debate y lo que se comentó fuera de las mismas.
Se sucedieron dos días enteros de presentaciones y debate con ponentes de alto nivel y amplia representación. Se combinaron temáticas y posturas más tradicionales como el debate entre el aspecto voluntario y el normativo de la RSE, junto a los temas más novedosos mencionados anteriormente. El tono de la Comisión era uno de escucha activa y deseo de conocer más sobre cómo avanzar en los temas clave, contrastando visiones y posturas en las que hubo, a diferencia de ediciones anteriores, muy poca discrepancia.
El debate sobre empresa y derechos humanos es uno que merece una mención especial. Se destacó la falta de información y sensibilización de las empresas europeas sobre los Principios Rectores de la ONU sobre Empresa y Derechos Humanos y sus mecanismos de implementación y diligencia debida. En particular se mencionó la falta de herramientas de gestión para empresas medianas y pequeñas y mecanismos de control de la cadena de valor. Esta es asimismo un área de la que se espera un mayor involucramiento de los estados miembro a través de sus Planes Nacionales de Empresa y Derechos Humanos de los que quedan todavía muchos por ser publicados e implementados.
Las sesiones formales y las discusiones informales nos dejaron ver una mayor vinculación entre la RSE y los asuntos de empleabilidad y creación de empleo, algo que sin duda es uno de los grandes desafíos de España y Europa. En este sentido se hizo un llamamiento a una mayor coordinación de las políticas europeas de empleo con la Estrategia de RSE para avanzar hacia una mayor consolidación de programas de fomento de la empleabilidad orientados a reducir la brecha entre las habilidades y vocaciones que el mercado del 2020 va a requerir y la formación profesional actual.
El debate careció de un elemento unificador alrededor de la necesidad de entender a la RSE como un factor de competitividad y sostenibilidad. La ausencia de una visión a largo plazo nos hace preguntar de qué manera esta nueva Comisión va a encarar los trabajos tendientes a desarrollar una nueva Estrategia de RSE y una visión renovada sobre la importancia de la RSE en las políticas de la UE más allá de esta estrategia.
El Foro nos dejó con algunos mensajes y claves:
- La Comisión presentará a lo largo de este año una nueva Estrategia europea de RSE
- Se espera que dicha estrategia esté vinculada a otras medidas y directivas de la UE en materia de empleo, cambio climático, cooperación al desarrollo, etc.
- El debate legislativo pasa a los Estados miembro: la transposición de la Directiva sobre Divulgación de Información no-financiera generará una destacada visibilidad de los asuntos sobre cumplimiento normativo en los próximos años.
- Los asuntos relacionados con empresa y derechos humanos y cadena de valor tendrán un peso significativo en la nueva estrategia.
Sin duda el debate continúa en los próximos meses. Es por ello necesario que las empresas, gobiernos y entidades de la sociedad civil trabajemos junto a la Comisión Europea para promover soluciones prácticas y concretas que permitan avanzar hacia una visión compartida de competitividad y sostenibilidad entendida como la gestión integrada de los aspectos económicos, sociales, ambientales y de buen gobierno de las empresas.
En junio de este año, en el marco de la Exposición Universal de Milán, CSR Europe, junto a sus redes de 40 socios nacionales y en nombre de 10.000 empresas firmarán el Manifiesto de Milán para promover el liderazgo empresarial en RSE y el compromiso por una Europa inteligente, sostenible e integradora. Esperamos que la Comisión Europea acompañe y apoye este movimiento y promueva políticas de fomento y visibilidad de la RSE dentro y fuera de Europa.
