Háblanos un poco de ti. ¿En qué consiste tu trabajo en Telefónica?
Trabajo en Telefónica Innovación Digital como Head of Software en un equipo de unas 50 personas dedicadas al desarrollo de soluciones basadas en Inteligencia Artificial.
Se trata de un equipo multidisciplinar, encargado de la creación de una plataforma para que múltiples equipos de la compañía puedan desarrollar experiencias basadas en IA, así como la propia creación de experiencias y capacidades core, abarcando desde la generación y tratamiento de datos, el entrenamiento y diseño de modelos, hasta su despliegue y mantenimiento en producción.
Mi trayectoria en Telefónica comenzó como becaria en programas de prácticas. Empecé como desarrolladora en proyectos de ciberseguridad dentro de Eleven Paths, donde participé en iniciativas como por ejemplo Faast o Metashield.
Más adelante, tuve la oportunidad de liderar la parte de Data Science y modelos en Aura, un proyecto especialmente ilusionante. A lo largo del camino, he pasado por distintos roles hasta llegar al actual, y una de las cosas de las que más orgullosa me siento es del equipo que hemos construido: diverso, competente y con un talento excepcional.
¿Cómo estás viendo la evolución de la IA en los últimos años?
La irrupción del Deep Learning supuso un cambio de paradigma, y la llegada de los modelos generativos ha vuelto a revolucionar el panorama. La capacidad de estos modelos para generalizar y adaptarse a múltiples tareas ha abierto puertas que antes eran impensables.
En los últimos años, hemos vivido un cambio de enfoque: del desarrollo de nuevos modelos —algo cada vez más concentrado en grandes tecnológicas por su coste computacional— al aprovechamiento de estos modelos por parte de empresas y usuarios finales.
En paralelo, estamos en un momento de transición en cuanto a percepción pública. Por un lado, las personas comienzan a ver valor real en el uso diario de la IA; por otro, persiste cierto miedo al potencial mal uso y a las consecuencias no deseadas. Es un equilibrio delicado que definirá mucho de lo que venga.
¿Hacia dónde crees que va a seguir avanzando?
A nivel técnico, creo que la multimodalidad marcará el futuro inmediato de la IA. Aunque ahora el lenguaje natural tiene una ventaja clara sobre el audio o la visión artificial, veremos grandes avances en sistemas que combinan múltiples fuentes de información para ofrecer respuestas más contextuales y potentes.
Por otro lado, las aplicaciones basadas en IA generalista serán cada vez más relevantes, especialmente en sectores como servicios, transporte o seguridad, donde la automatización puede generar un gran impacto operativo. En cambio, en entornos como la medicina, donde los datos son más sensibles y escasos, los avances pueden ir a otro ritmo. En cualquier caso, será fundamental el desarrollo de marcos regulatorios claros, así como la gestión ética y transparente de los datos.
La evolución de la inteligencia artificial, ¿cómo puede cambiar el día a día de las personas?
Hasta hace poco, la interacción con sistemas de IA era tan costosa y limitada que no compensaba su uso para tareas cotidianas. Pero eso está cambiando. Hoy ya es posible utilizar IA para generar documentos, automatizar código o resumir información, y en breve veremos su integración más directa en ámbitos como la gestión financiera personal, las compras, la planificación de viajes o el entretenimiento.
En Telefónica, a través de iniciativas como Aura, trabajamos para acercar esta tecnología tanto a nuestros clientes, facilitando interacciones más naturales, eficientes y personalizadas, como buscar contenidos por voz o resolver dudas en nuestros servicios de atención, como a los empleados para poder interactuar con lenguaje natural con los datos o poder resolver incidencias de forma más ágil.
También ha cambiado la forma en la que trabajamos: por ejemplo, nuestros investigadores pueden dedicar ahora más tiempo a desarrollar y menos a documentar, gracias a herramientas de apoyo basadas en IA. El impacto en productividad es evidente, y solo estamos empezando.
Cambiando de asunto, ¿por qué consideras importante potenciar la presencia femenina en carreras STEM?
Siempre he sido una firme defensora del pluralismo, pero no desde la óptica del “pluralismo por cumplir”, sino porque sinceramente creo que los equipos diversos toman mejores decisiones.
Así como valoramos habilidades técnicas, comunicativas o de resolución de problemas, deberíamos también valorar las diferentes perspectivas que traen consigo las personas, ya sea por género, nacionalidad o trayectoria vital.
Un enfoque inclusivo no solo enriquece el proceso creativo, sino que también ayuda a diseñar soluciones que abarcan a una base de usuarios más diversa y realista.
¿Cómo puede revertirse la tendencia de que en este tipo de carreras universitarias las mujeres sean minoría?
Creo que lo más importante es garantizar la libertad de elección. No creo que se trate tanto de cambiar cifras, sino de eliminar estereotipos que pueden frenar a alguien de seguir su vocación. No debería haber nada que impida a una mujer estudiar una carrera tecnológica si eso es lo que desea, ni a un hombre dedicarse al ámbito sanitario si es su vocación.
Desde mi experiencia, he tenido la oportunidad de participar en eventos como Quiero ser ingeniera de la UAM o iniciativas internas como Mujeres Hacker, en los que he podido compartir esta visión con otras chicas jóvenes. Me gusta transmitirles que los retos en proyectos STEM son fantásticos, y que lo más importante es seguir aquello que realmente te apasiona.
¿Hasta qué punto es importante contar con referentes femeninos en los ámbitos científicos o tecnológicos para cambiar esta dinámica?
Es clave. No me considero un referente, pero me siento muy orgullosa de liderar un equipo con un porcentaje de mujeres muy superior a la media del sector. Más aún, muchas de esas mujeres hoy son líderes y managers de equipos, y han demostrado su capacidad sin necesidad de cuotas o medidas especiales. Ver eso reconocido por sus compañeros, hombres y mujeres, es de lo que más orgullosa me siento.
Creo que mostrar que es posible un liderazgo femenino natural y efectivo es lo que de verdad inspira. El llamado “techo de cristal” a veces ya no es una barrera real, sino mental, y mostrar casos concretos de mujeres que han crecido profesionalmente en entornos técnicos ayuda a derribarlo.
Además, me encantaría pensar que mi rol haya podido influir en que más mujeres se animen a unirse a mi equipo. La representación importa, y mucho.
¿A qué persona que trabaja en Telefónica nominas para esta entrevista que consideres excelente en su trabajo?
Me gustaría nominar a Francisco Milagro Lardiés e Irene Gómez Luque porque llevan el trabajo en equipo y sus proyectos a otro nivel. Sin duda merece la pena trabajar con ellos.