Industria 4.0: ¿Qué es la agricultura 4.0?

Las herramientas digitales mejoran tanto la productividad como la protección del medio ambiente

Tiempo de lectura: 5 min

En la clasificación de tecnologías estratégicas para la economía en los próximos diez años del informe Markets of Tomorrow 23 del Foro Económico Mundial, la agricultura 4.0 ocupa el primer puesto. Esta tendencia de la industria resulta clave para el desafío de alimentar a una población de 9.700 millones de personas en 2050: la digitalización del sector agroalimentario mejora las técnicas de producción, aumentando la productividad de forma sostenible y reduciendo los costes.

Si bien la agricultura 3.0 introdujo la automatización y la recolección de datos, al final de la primera década del siglo XXI, con la Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0 y la llegada de tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), el Big Data y el Internet of Things (IoT), evoluciona a la agricultura 4.0 que permite optimizar la productividad agrícola como nunca antes. Se trata de un nuevo modelo de agricultura digital basado en el análisis inteligente de los datos de toda la cadena de suministro y que impulsa la agricultura de precisión y la transforma en agricultura inteligente.

La digitalización del sector agroalimentario no solo aumenta la rentabilidad de la actividad agrícola, también posibilita la adaptación de ésta al cambio climático, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y un uso más eficiente del agua y de los productos químicos, como fertilizantes y pesticidas, lo que contribuye a minimizar el desperdicio y al cuidado del medio ambiente.

Con esta innovación tecnológica, la agricultura inteligente incorpora distintas innovaciones para automatizar y monitorizar continuamente las tareas agrícolas y brinda a los agricultores información precisa con el fin de tomar decisiones en tiempo real. Así, el agricultor digital es capaz de anticiparse a la aparición de algunas enfermedades o plagas y calcular la cantidad de agua exacta para regar o detectar el crecimiento de maleza. Además, puede planificar las distintas etapas con un mayor control del coste y mejorar la trazabilidad de la cadena de suministro.

Tecnologías de la agricultura 4.0 sustentable para afrontar el futuro

Las tecnologías que definen la agricultura 4.0 se combinan para registrar datos, realizar diagnósticos sobre el estado de los cultivos y el suelo (por áreas separadas o incluso por plantas), diseñar y planificando estrategias y actuar en función de las necesidades. Y lo lleva a cabo sin necesidad de que el agricultor digital se desplace al campo, ya que todo se encuentra disponible en el teléfono móvil. 

También el llamado “Internet of Things” va tener un notable impacto

De la misma manera que esta tecnología conecta ciudades inteligentes, con la digitalización de la agricultura 4.0 se recopilan datos mediante sensores IoT inalámbricos que proporcionan información en tiempo real del suelo y del ambiente: la humedad, la absorción de agua en las raíces, la presencia de nitratos, la salinidad, Co2 en el aire, la temperatura y la luminosidad, entre otros parámetros. Asimismo, esta tecnología facilita el intercambio de información con los sensores IoT de, por ejemplo, de drones y satélites. Es decir, que todos están interconectados y se comunican entre sí para optimizar los cultivos.

A través de esa red de sensores inalámbricos estos datos se guardan al instante en la nube para acceder a ellos con el smartphone y el PC desde cualquier lugar. El agricultor digital puede incluso compartirlos con terceros, por ejemplo, socios a lo largo de la cadena de valor.

Hablemos ahora de Big Data

Esta herramienta digital facilita el análisis automático de los datos recopilados por los diversos tipos de sensores IoT en los cultivos y los provenientes de cualquier otra fuente, como drones y robots. Y proporcionan información predictiva: se interpretan y se convierten en conocimientos útiles para que los agricultores digitales tomen decisiones informadas sobre los cultivos y su comercialización, y así obtengan una ventaja competitiva. Para ello, debe generarse un gran volumen de datos y de forma rápida.  

La conectividad 5G, pilar clave para su desarrollo

Para soportar esa ingente cantidad de datos y obtenerlos al instante se necesita una conectividad potente como la 5G, que es la llave de la agricultura 4.0 y el vínculo central de las tecnologías implicadas en ella. Esta generación de redes de telefonía móvil aporta conexión a internet de alta calidad, muy veloz y con una menor latencia. Y esto se traduce en una recolección, análisis y transferencia de datos en tiempo real que garantiza una práctica agrícola segura y eficaz (y en particular, el uso de tractores autónomos, drones o vehículos aéreos no tripulados y otros dispositivos robóticos). De ahí que el despliegue de la tecnología 5G en el entorno rural sea primordial para el desarrollo de la agricultura digital. 

Inteligencia Artificial, este es el año 

La agricultura digital aplica la IA para automatizar y optimizar tareas mediante máquinas o software de gestión que procesan y valoran los datos y toman decisiones en tiempo real. Una de las principales áreas de aplicación de la IA en esta industria es la visión artificial. Con la información recopilada de imágenes captadas por cámaras y sensores (en soportes fijos o móviles), toma decisiones como si fuera el agricultor digital. 

No nos olvidemos de los drones y los robots

La maquinaria agrícola autónoma, mediante cámaras y algoritmos de reconocimiento de imágenes, ayuda al agricultor digital a llevar a cabo muchas tareas, incluso en lugares remotos inaccesibles para los humanos. Los drones y robots autónomos se emplean, por ejemplo, para cosechar, recolectar, fumigar de forma selectiva, podar, quitar las malas hierbas, detectar plagas o vigilar la finca. Así, los agrobots alivian la carga de trabajo del agricultor digital y la escasez de mano de obra.  

Un poco de “blockchain”

Así como la digitalización del sector agroalimentario rediseña la cadena de valor, la tecnología “blockchain” mejora la trazabilidad en toda la cadena de suministro al quedar toda la información en un registro de datos inmutable. Entre otros beneficios, la introducción de esta tecnología en la práctica agrícola aporta al consumidor transparencia sobre el origen, la fecha de producción y la calidad del producto. También puede utilizarse para garantizar la seguridad alimentaria, puesto que favorece localizar rápidamente el origen del contaminante y enviar alertas sanitarias sobre los productos afectados. En resumen, con la agricultura 4.0 se obtiene el mejor rendimiento: los agricultores 4.0 producen más con menos recursos, reduciendo costes y de manera más sostenible para el planeta.


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