Green computing: qué es y sus beneficios

El green computing se refiere a la práctica de diseñar, fabricar y utilizar tecnologías de la información de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Descubre más sobre Green computing: qué es y sus beneficios. Conoce cómo esta tendencia se está poniendo más en marcha.
María Teresa Nieto

María Teresa Nieto

Tiempo de lectura: 5 min

Por esta razón, el principal objetivo de esta tendencia es mitigar el impacto ambiental asociado con las tecnologías de la información y comunicación (TIC), minimizando el consumo de recursos naturales, la generación de residuos electrónicos y la emisión de gases de efecto invernadero.

Introducción al green computing

Para comenzar por los conceptos más básicos es necesario comprender que los ordenadores, los teléfonos móviles, los servidores y las redes tienen un impacto significativo en el medio ambiente. Su producción, uso y desecho generan emisiones de gases de efecto invernadero, consumen recursos naturales y producen residuos tóxicos. Por ello, adoptar prácticas de green computing es esencial para mitigar estos impactos y trabajar hacia un entorno más sostenible.

Por otro lado, si lo analizamos desde el punto de vista energético, la demanda de energía en el sector de la tecnología es muy alta. Esto es debido a que la necesidad energética proviene de diversas fuentes, entre las que destacan los centros de datos esenciales para el almacenamiento y procesamiento de datos, así como la proliferación de dispositivos móviles y la creciente complejidad de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático.

Además, la producción y fabricación de dispositivos electrónicos contribuyen al consumo de energía a lo largo de su ciclo de vida. A pesar de los beneficios innovadores de la tecnología, la atención se centra cada vez más en abordar este impacto ambiental, impulsando iniciativas para avanzar hacia prácticas más sostenibles en el sector.

Por esta razón, podríamos decir que el green computing se basa en tres pilares:

  • Eficiencia energética y uso de energías renovables
  • Virtualización y consolidación de servidores
  • Diseño sostenible de hardware y reciclaje de dispositivos

Green cloud computing

Uno de los campos de la tecnología donde más se está aplicando el green computing es en el mundo cloud.  Por si no estuvieses familiarizado con el término, el cloud computing, o computación en la nube, es un paradigma tecnológico que permite acceder, compartir y gestionar recursos informáticos a través de internet. En lugar de depender de servidores locales, los usuarios pueden aprovechar servicios en la nube, como almacenamiento, procesamiento de datos y software, proporcionados por proveedores especializados.

Desde el punto de vista del negocio, el cloud computing es altamente utilizado para el despliegue de las aplicaciones con las que interactuamos tanto humanos como máquinas en nuestro día a día.

La demanda de tecnología y servicios digitales ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas décadas. Con la proliferación de dispositivos electrónicos, servicios en la nube, inteligencia artificial y otras tecnologías, se requiere una cantidad significativa de energía para mantener y alimentar estas infraestructuras.

De ahí surge el término del green cloud computing, que emerge como una solución crucial, destacando la importancia de la eficiencia energética en el ámbito de la tecnología. En resumidas cuentas, esta práctica busca utilizar recursos informáticos en la nube de manera más eficiente y sostenible, minimizando el impacto ambiental.

¿Cómo se está aplicando el Green Cloud Computing?

Esto implica la optimización de la infraestructura para reducir el consumo de energía, el uso de fuentes renovables, y la implementación de tecnologías que mejoren la eficiencia energética en los centros de datos.

Por otro lado, la planificación y diseño de centros de datos eficientes en términos energéticos son esenciales. Esto incluye la implementación de sistemas de enfriamiento más eficientes, el uso de equipos de hardware energéticamente eficientes y la disposición adecuada de los servidores para mejorar la circulación de aire y reducir el consumo de energía.

Una tecnología de enfriamiento innovadora que está ganando popularidad en la industria de centros de datos es la refrigeración líquida inmersiva. Este enfoque revolucionario implica sumergir los componentes electrónicos, como los servidores, en un líquido dieléctrico no conductor para disipar el calor generado. Este enfoque elimina la necesidad de sistemas de refrigeración por aire convencionales, reduciendo significativamente el consumo de energía y los costos operativos. La innovación no solo mejora la eficiencia del centro de datos, sino que también minimiza la huella ambiental y ofrece oportunidades para el reciclaje de calor en aplicaciones industriales o para calefacción

Un claro ejemplo que incorpora medidas innovadoras de enfriamiento es el centro de datos de Facebook en Luleå, Suecia. Este centro, inaugurado en 2013, fue diseñado para aprovechar el clima frío de la región y minimizar la necesidad de sistemas de enfriamiento tradicionales. Además, el calor generado por los servidores no utilizado para el enfriamiento se captura y se utiliza para calentar edificios cercanos, proporcionando calefacción a instalaciones locales y maximizando la eficiencia energética.

Otra práctica que se aplica es el reciclaje de los componentes hardware de los servidores. Procedimientos como el reacondicionamiento de servidores, programas de reciclaje de equipos obsoletos, el uso de componentes reciclados y la donación de hardware en desuso demuestran un compromiso con la reducción de desechos electrónicos y la prolongación de la vida útil de los dispositivos. Al reutilizar y reciclar hardware, se disminuye la demanda de nuevos recursos, se evita la contaminación ambiental y se fomenta una gestión más responsable de la infraestructura tecnológica, contribuyendo así a un enfoque más sostenible en el ámbito de la computación en la nube.

¿Qué más podemos hacer?

Pero… ¿son las empresas las únicas que pueden poner en marcha medidas para ser más sostenibles en la tecnología? La respuesta es sencilla, no. También está en nuestra mano, como usuarios digitales, el utilizar la tecnología con sostenibilidad. Alguna de las prácticas que podemos tener aplicar en nuestros hábitos son:

  • Apagar los dispositivos cuando no se utilicen: esto puede ahorrar hasta un 20% de energía.
  • Ajustar el brillo de la pantalla: un brillo más bajo puede reducir el consumo energético hasta un 25%.
  • Utilizar dispositivos con un consumo energético eficiente
  • Reciclar y reutilizar los dispositivos electrónicos: esto ayuda a reducir la cantidad de residuos electrónicos que acaban en los vertederos.
  • Eliminar el contenido digital que no utilices como, por ejemplo, correos electrónicos de tipo spam, evitando contribuir al diógenes digital.

Por esto, y por todas las razones que hemos ido analizado a lo largo del post, el green computing es una tendencia que cada vez se está poniendo más en marcha. Es cuestión de tiempo que el green computing forme parte de cualquier solución tecnológica o de cualquier hábito que tengamos cuando nos relacionamos con la tecnología.


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