Gestiona tu tiempo como gestionas tu dinero

Te has fijado que la forma en la que gestionamos el tiempo se parece muchísimo a la gestión del dinero. existen muchas similitudes, empezando por el vocabulario.

Foto de Sara Gómez Iglesias

Sara Gómez Seguir

Tiempo de lectura: 4 min

No es casualidad que usemos expresiones idénticas para ambos:

  • Ahorramos tiempo igual que ahorramos dinero.
  • Perdemos horas como perdemos capital.
  • Invertimos tiempo como invertimos euros.
  • Regalamos tiempo en voluntariado como donamos dinero.
  • Malgastamos el tiempo igual que desperdiciamos recursos financieros.

Tanto el tiempo como el dinero funcionan juntos, cambiamos uno por el otro: nuestro tiempo por un salario (dinero) o dinero por ahorrar tiempo (contratando un servicio que nos simplifique la vida)

La gran diferencia: el tiempo es limitado

Puedes hacer crecer tus ingresos, tu dinero, de forma infinita! incluso puedes recuperarlo si lo pierdas. El tiempo no. Todos tenemos exactamente las mismas 24 horas, sin importar si eres un estudiante, un trabajador o el director de una gran empresa.
Eso lo convierte en tu recurso más valioso: la clave está en sacar el máximo provecho a cada hora para acercarte a tus objetivos, tanto vitales como profesionales, y sentirte a gusto con tus decisiones.

Gestiona tu tiempo como gestionas tus finanzas

Mantener unas finanzas saludables te quita preocupaciones presentes y futuras y te permite disfrutar de unas buenas vacaciones. De igual manera gestionar tu tiempo de forma saludable reducirá tu estrés y te permitirá disfrutar de tiempo extra para dedicarlo a lo que de verdad te importe.

¿Qué te parece si comienzas a gestionar tu tiempo como gestionas tus finanzas?

  1. Haz un diagnóstico de en qué gastas tu tiempo
    Durante una semana, anota qué haces cada 30 minutos. Este ejercicio revelará en qué se va realmente tu tiempo. Luego clasifica tus actividades en:
  2. Gastos fijos: dormir, comer, trabajar, desplazarte. Estos son los «gastos fijos» de tu presupuesto temporal.
  3. Estilo de vida: familia, deporte, ocio. Representan tus «gastos variables» elegidos conscientemente.
  4. Inversiones: formación, lectura, networking, planificación.
  5. Caprichos: actividades agradables, pero no esenciales.
  6. Vicios: horas perdidas en redes sociales o distracciones compulsivas.

Cualquier semana laboral es válida, en todas vas a tener alguna excepción, ¡que eso no sea una excusa para no analizar en que usas tu tiempo!

  1. Ahorra tiempo como ahorrarías dinero
  2. Agrupa tareas (compra o cocina una vez a la semana en lugar de diariamente).
  3. Usa la tecnología para automatizar.
  4. Delegar las tareas rutinarias no estratégicas.
  5. Pon límites claros: si pasas 1 hora diaria en redes sociales, recórtala a 30 minutos y habrás recuperado horas enteras cada semana.

Se imaginativo y prueba diferentes técnicas hasta que des con la que funciona.

  1. Crea tu presupuesto de tiempo. Al igual que en finanzas, necesitas un plan:
  2. Reserva bloques innegociables para lo esencial (descanso, salud, familia).
  3. Pon techos de gasto: hora límite para dejar de trabajar, máximo de tiempo en el móvil.
  4. Revisa tu plan semanalmente y ajústalo.
  5. Ten paciencia contigo misma, los cambios llevan tiempo.

El enemigo silencioso: las distracciones

Las distracciones son como los “gastos hormiga” financieros. Unos minutos aquí, otros allá, y al final del día representan horas.

  • Distracciones internas: Nuestro cerebro no funciona como una agenda. En lugar de recordarnos que hacer en el momento preciso, constantemente escanea en busca de «ciclos abiertos» y los aflora aleatoriamente en nuestra consciencia interrumpiendo nuestra concentración y generando preocupaciones. Una buena solución es delegar en un sistema externo (agenda, app o libreta) donde apuntes todo lo pendiente e implementar un método de seguimiento que te permita liberar a tu cerebro de esos ciclos abiertos.
  • Distracciones externas: las notificaciones del móvil y el PC están diseñadas especialmente para capturar tu atención. Aquí la solución es obvia: silencia todas las notificaciones y revisa correos o mensajes solo en momentos específicos del día. Si temes perderte algo importante, pacta con tu familia, amigos, compañeros y jefes un medio de aviso para los temas realmente urgentes ¿qué tal una llamada de teléfono?

La verdadera rentabilidad: tu tiempo libre

El tiempo que logras liberar al organizarte no es un lujo, es la recompensa de una buena gestión. Y puedes reinvertirlo en lo que realmente te genera valor:

  • Formarte y crecer persona o profesionalmente.
  • Dedicarlo a tu familia o a ti mismo.
  • Innovar, planificar y pensar en el largo plazo.
  • O simplemente descansar, que también es productivo.

Un plan de 30 días

Y para que no tengas pereza, te propongo un plan sencillo que te permita iniciarte en la gestión de tu tiempo

  • Semana 1: registra todas tus actividades sin modificar nada.
  • Semana 2: clasifica y detecta fugas de tiempo.
  • Semana 3: aplica algunos cambios sencillos (desactivar notificaciones, agrupación de tareas, límites), no te aconsejo empezar con todos a la vez.
  • Semana 4: ajusta tu presupuesto temporal, prueba nuevas estrategias para ahorrar tiempo.

Una vez que te hayas convertido en un maestro del ahorro, puedes comenzar a invertir ese tiempo para que trabaje para ti: implementa un método que te permita plasmar todas tus tareas, ideas y compromisos de manera objetiva, recordarte que hacer y cuando. Existen varias opciones para esto, la que a mi más me gusta es el método Getting Things Done de David Allen, ya que me resulta confiable y fácil de usar. Si te animas puedes profundizar más en otros artículos del blog.

El dinero se recupera, el tiempo malgastado es irrecuperable.

Por eso, aprender a gestionarlo bien es una habilidad clave para cualquier persona.

No se trata de hacer más cosas, sino de dar más valor a cada hora y sentirte a gusto con tus decisiones. Quien logra esto no vive corriendo detrás del reloj, sino que convierte al tiempo en su mejor aliado.

Recuerda «Así como el dinero se invierte, el tiempo se usa. El tiempo libre es el rendimiento de una buena gestión.»

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