Estado de la Década Digital 2025
El pasado 23 de Junio, la Comisión Europea publicó su informe anual sobre el estado de implementación de los objetivos de digitalización pactados por las Instituciones Europeas en 2022. Esos objetivos, se conocen como la Década Digital para 2030. Dentro del mismo programa estratégico, se estableció un mecanismo de seguimiento y cooperación para alcanzar los objetivos y metas establecidos para la transformación digital de Europa.
En este último informe de la Comisión Europea ofrece una visión integral del progreso hacia los objetivos digitales de la UE para 2030, destacando tanto los logros como las brechas persistentes en áreas como el despliegue de 5G, la adopción de la inteligencia artificial (IA), las habilidades digitales y la soberanía tecnológica estratégica.
El informe reconoce que, a pesar de los notables avances en la digitalización de los servicios públicos y la infraestructura de datos, la UE continúa enfrentando desafíos que incluyen limitaciones energéticas, escasez de habilidades digitales y dependencias externas en tecnologías críticas como la IA y los semiconductores.
Según el informe, nos encontramos es un momento decisivo para acelerar la acción y poder alcanzar los objetivos. El informe anima a invertir en áreas estratégicas como la conectividad segura, cloud y tecnologías cuánticas que ayuden a la UE a fortalecer nuestra competitividad y a salvaguardar la soberanía.
El problema real es que las redes europeas no están preparadas para ofrecer estos servicios. Según este último informe, en la UE se han redoblado los esfuerzos, pero el informe destaca la necesidad de una mayor intervención e inversión públicas y privadas para mejorar la capacidad tecnológica de la UE, garantizando una mejor infraestructura y el desarrollo de capacidades digitales. Pero hay que preguntarse si hay algo más allá que cambiar para alcanzar los objetivos, y en mi opinión, es vital que se modifique la regulación para facilite las inversiones y no penalice a quienes invierten. La regulación ex-ante no debería existir por defecto en el sector europeo de las telecomunicaciones. Vemos año tras año en este informe que mientras en Europa damos pequeños pasos, en otras regiones del mundo dan saltos.
Conectividad en Europa: demasiado despacio para competir
La cobertura de redes fijas de muy alta capacidad (VHCN) alcanzó el 82,5%, con una tasa de crecimiento del 4,9%, mientras que la cobertura de fibra se situó en el 69,2% de los hogares, con un incremento anual del 8,4%. Sin embargo, el informe reconoce que, al ritmo actual, la cobertura total sólo se alcanzará en 2051. Sí, repito en el año 2051, nos es una errata.
¿Y en las redes móviles? Pues el informe dice que la adopción de 5G (porcentaje de población que utiliza tarjetas SIM 5G) aumentó en la UE del 21,7% al 35,6%. Esta cifra es superior al 11,1% de la India, pero todavía está muy por detrás de Estados Unidos con un 96,5% y China con un 73,1%.
En 2025, Europa se está quedando atrás significativamente en la adopción de redes 5G stand-alone (SA), con solo el 2% de los usuarios de 5G conectados a través de infraestructura 5g stand-alone en comparación con EE. UU. con un 24% y China con un 77,1%.
En definitiva, y según los datos de la propia Comisión Europea, desafortunadamente Europa no está tecnológicamente jugando en Primera División tecnológica.
Capacidades cloud y edge: el gran reto europeo para no quedarse atrás
Es alarmante leer que el informe prevé que la brecha de capacidad de computación en la nube entre Europa y otros competidores como EE. UU. y China se amplíe, a menos que se destine un capital significativamente mayor a la expansión de las capacidades de computación edge y en la nube. También identifica desajustes más precisos entre las prioridades digitales y la financiación asignada a través de los instrumentos públicos de la UE, lo que demuestra, en particular, que se presta poca atención a los objetivos generales y los principios digitales, el desarrollo de competencias, las tecnologías fundamentales, el despliegue de infraestructura de conectividad gigabit y la digitalización de las pymes.
En este contexto, la principal recomendación que realizan es centrar y alinear el gasto público en la medida de lo posible con las prioridades estratégicas y maximizar su impacto y eficiencia.
Soberanía digital: una necesidad estratégica para la seguridad europea
Si bien el acceso global a tecnología, infraestructuras y servicios innovadores y asequibles es vital para la competitividad de la UE, su dependencia de tecnologías, infraestructuras y servicios digitales extranjeros la expone a diversos riesgos. Si bien la digitalización impulsa la innovación, la productividad y la competitividad global, las persistentes dependencias estratégicas amenazan la seguridad económica y la soberanía tecnológica de la UE. Estas dependencias excesivas son especialmente graves en los ámbitos de los semiconductores, el cloud, la infraestructura de datos y las tecnologías de ciberseguridad.
Las redes de comunicación robustas y seguras son esenciales para las operaciones de defensa modernas. La infraestructura de comunicaciones satelitales soberanas es vital para la defensa independiente y la respuesta ante crisis. La integración de las tecnologías 5G y 6G mejorará aún más las capacidades operativas seguras y en tiempo real en todos los dominios.
Paralelamente, las redes soberanas en la nube son cruciales para garantizar que los datos de defensa sensibles se almacenen, procesen y protejan de forma segura dentro de la jurisdicción de la UE. La IA representa una fuerza transformadora tanto en el contexto civil como en el militar, ya que los sistemas basados en IA son clave para acelerar la detección de amenazas, mejorar la toma de decisiones y apoyar las operaciones autónomas.
Digitalización y sostenibilidad: un binomio clave para la Europa de 2030
El informe destaca que la digitalización y la sostenibilidad ambiental ya no son prioridades paralelas, sino transformaciones que se refuerzan mutuamente. Si se implementan eficazmente, las soluciones digitales podrían reducir entre un 15 % y un 20 % las emisiones globales de gases de efecto invernadero para 2030, especialmente mediante la mejora de la eficiencia en los sectores de la construcción, la energía, el transporte y la manufactura.
Este nexo entre lo digital y lo sostenible también mejora la competitividad industrial de Europa. Una infraestructura digital más sostenible y las tecnologías inteligentes reducen los costes operativos y fomentan su adopción por parte de los consumidores. La integración de la IA y el Internet de las Cosas en la gestión de la energía y los recursos permite operaciones más eficientes, especialmente para las pymes y los municipios. Esto contribuye a la descarbonización, a la vez que fortalece la posición de Europa en los mercados emergentes de tecnología verde. Las herramientas digitales no solo optimizan las cadenas de suministro, sino que también posibilitan modelos de negocio circulares y rentables (como el producto como servicio).
La digitalización para una ecologización inteligente es fundamental para aumentar la autonomía estratégica y la resiliencia de Europa. Las herramientas digitales, como la medición inteligente, permiten una mejor gestión de la demanda energética y actualmente abarcan aproximadamente el 60 % de los hogares europeos de media.
No obstante, persisten importantes disparidades entre los Estados miembro de la UE. A medida que crece la demanda de infraestructuras bajas en carbono y computación avanzada, el control sobre las tecnologías fundamentales, como los semiconductores, la infraestructura de datos segura y los centros de datos energéticamente eficientes, se ha convertido en un factor crucial para reducir las dependencias estratégicas.
El informe nos muestras las graves deficiencias tecnológicas y digitales que tenemos en Europa. La digitalización es fundamental, tanto para desarrollar la sociedad de bienestar como para mejorar la competitividad de la economía. Por ello, las medidas propuestas en el informe para mejorar tanto la conectividad como la digitalización son buenas, pero aún deben ser mucho más ambiciosas. Tenemos anunciado para finales del año la Digital Networks Act y esta propuesta tiene que marcar un giro completo para que podamos alcanzar e incluso superar los objetivos establecidos en la Agenda Digital para 2030. Será fundamental un marco regulatorio cuyo objetivo principal sean las inversiones y un Level Playing en todo el ecosistema digital. De lo contrario, el “Gap Digital” irá incrementándose en los siguientes informes anuales.