Coche conectado: qué es y cuál es su futuro

Salvar vidas al volante y ahorrar costes en carretera. Estas son las dos ventajas más importantes que ha aportado la digitalización al sector del automóvil. El coche conectado es el mejor ejemplo de cómo esta industria ha sabido adaptarse a la era de la conectividad.

que es un coche conectado
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Gracias a una cada vez mayor implementación de las redes móviles, la conectividad se ha convertido en algo cotidiano, y está presente en muchos más ámbitos de lo que se pueda imaginar. Aunque es en el sector de la movilidad donde la conectividad ha tenido una mayor proyección, por todo el potencial que tiene, tanto en la seguridad vial, como en el ahorro de costes y en el cuidado del medio ambiente. 

¿Qué es el coche conectado? 

El coche conectado es aquel vehículo que tiene acceso a internet y es capaz de emitir y recibir datos. El impulso de tecnologías como la red 5G y el Internet de las Cosas, IoT, ha sido el motor decisivo para que la conectividad esté cada vez más presente en ciudades y carreteras de todo el mundo, y por lo tanto en todo tipo de vehículos. El objetivo es convertir a los coches en dispositivos conectados capaces de comunicarse con aquello que les rodea a través de la red.  

En muchos casos, la conexión a internet ya forma parte del equipamiento de los vehículos más modernos, y muchos fabricantes integran en fábrica la tecnología necesaria para ello. Mientras, aquellos coches que no tienen la instalación necesaria para conectarse, y que todavía son la mayoría de los que circulan por las calles y carreteras del país, pueden comunicarse con el exterior, bien a través del uso de un smartphone, que es lo más común, o bien a través del uso de dispositivos que se instalan directamente al coche a través del puerto OBD.  

Distintos tipos de conectividad en los coches 

Según el tipo de tecnología que incorporen, se conectarán de una manera o de otra. Desde hace años algunas marcas comenzaron con un acceso a internet a través de WiFi, para pasar a ofrecer acceso a través de redes 4G y 5G. En este sentido Estados Unidos y China están desplegando distintas estrategias de conexión que Europa, y apuestan por las redes móviles de última generación.  

De igual forma, la conectividad que ofrecen los smartphones está muy extendida por la familiaridad que hay con estos dispositivos: el uso de mapas y diseño de rutas según el estado del tráfico, la previsión meteorológica o las utilidades la geolocalización del móvil. Además, el teléfono móvil se conecta directamente a la red 4G o 5G en función de las posibilidades tanto del dispositivo como de la red disponible en la zona en la que se encuentre el coche. El despliegue tan extenso de ambas redes también facilita el uso de estos teléfonos y dan un servicio seguro. 

Por último, el uso de los dispositivos que se adaptan al coche (y se “enchufan”) utilizan una conexión a internet por medio de WiFi y se controlan a través de las apps desarrolladas específicamente para smartphone, por lo que la facilidad de uso está garantizada.   

Los datos se recogen en tiempo real a través de los sensores o dispositivos instalados y se comunican a otros dispositivos a través de los distintos tipos de conectividad, Bluetooth, WiFi o redes (4 y 5 G). Con esos datos el conductor puede tomar decisiones relativas a la propia conducción, avisando de un peatón cercano o un cambio de carril inesperado, por ejemplo, o sobre la necesidad de llevar a cabo algún tipo de mantenimiento. 

¿Qué beneficios tienen estos coches? 

Reducir la siniestralidad y salvar vidas, ahorrar gastos y cuidar del medio ambiente son los beneficios más importantes del coche conectado. En primer lugar, desde que aparecieran los primeros sistemas de emergencia en carretera e-Call, el sistema de aviso de emergencia en caso de accidente hasta la actualidad, la tecnología aplicada para salvar vidas ha avanzado notablemente.  

Según el informe titulado “La movilidad sostenible del futuro y su impacto sobre los ODS”, organizada por Mobility City, los más de 51 millones de vehículos conectados que circulan por el mundo en la actualidad, son capaces de salvar, cada año, 11.000 vidas y evitar 260.000 accidentes, eliminando las pérdidas económicas y personales que supone un accidente.  

Y, en segundo lugar, la sostenibilidad, que aumenta gracias a la posibilidad de compartir datos: los conductores tienen información sobre su manera de conducir para mejorar sus hábitos al volante, pueden evitar atascos y las ciudades pueden fomentar una movilidad sostenible gracias a la combinación de una movilidad multimodal: conocer con exactitud dónde hay plazas de aparcamiento libres o los horarios de los autobuses, ayudan a la reducción de las emisiones de CO2 producidas por los coches. Esto también ayuda a fomentar una movilidad optimizada, algo de lo que sectores como el logístico inciden de manera muy positiva. 

El futuro del coche conectado 

Con el despliegue de la red 5G es posible cada vez mayor El coche conectado está teniendo tanto éxito que la fabricación de estos modelos está ganando terreno por los impactos positivos de la digitalización en otros ámbitos como la electrificación, la movilidad sostenible y la conducción autónoma

Hay que destacar que, aunque ambos utilizan la conexión a internet, el coche conectado y el coche autónomo son dos conceptos distintos, ya que el autónomo puede tomar decisiones de forma automática, gracias a la aplicación de la Inteligencia Artificial, y el conectado facilita la toma de decisiones al conductor, cuya intervención sigue siendo necesaria. 

Además, la tecnología en este sector ya está trabajando en desarrollar un buen número de nuevas herramientas como los sistemas de reconocimiento facial, o el de seguimiento de los ojos, que además favorecerá la detección de fatiga del conductor o incluso el uso de técnicas basadas en el eye tracking o sensores que monitorizan el ritmo cardíaco. Es decir, la industria automovilística está actuando como un potente impulsor de nuevas funcionalidades.  

Todo ello sin olvidar que el futuro del coche conectado transitará obligatoriamente por la Smart City o ciudad inteligente. El desarrollo de tecnologías como el Big Data, IoT, la IA son herramientas que crecerán de manera inseparable en ambos conceptos y que conectará de manera definitiva a los coches con los elementos urbanos como los semáforos o los pasos de cebra.  


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