Autonomía Estratégica Digital
El concepto de autonomía estratégica está consolidado en ámbitos como la defensa o la energía, pero en los últimos años, áreas como la ciencia y la tecnología también se han sumado al debate sobre la autonomía estratégica. Seguridad, defensa, energía y tecnología centran en estos meses el debate sobre el necesario impulso a la autonomía estratégica europea.
El ámbito digital ha ganado protagonismo, con propuestas como Eurostack, para la creación de infraestructuras digitales europeas. La Comisión Europea en su informe State of Digital Decade indica que Europa presenta un 80% de dependencia de tecnologías y servicios digitales de terceros países. En un ámbito como los servicios de nube, Eurostack indica que Amazon, Microsoft y Google cuentan con aproximadamente el 70% del mercado europeo.
En una reciente intervención, el director de Redes del Futuro en la Comisión Europea, Thibaut Kleiner, alertó de la dependencia tecnológica de la Unión Europea frente a grandes empresas no europeas, así como del elevado gasto en productos digitales desarrollados fuera de Europa.
A pesar de la creciente preocupación por la dependencia digital, especialmente en lo que respecta a la computación en la nube o la inteligencia artificial (IA), en un borrador de la estrategia digital filtrada en los medios, la Unión Europea admitía como poco realista la posibilidad de reducir la dependencia digital de las grandes tecnológicas americanas.
La perspectiva del comercio digital en la autonomía estratégica
En este contexto, medir la dependencia europea en materia digital aporta algunas magnitudes relevantes. Aun cuando las cifras que aporta la propia Comisión Europea (80%) son clarificadoras, las magnitudes del comercio digital europeo con otros países pueden proporcionar una visión más clara de las dependencias europeas en materia digital.
El comercio digital aporta una perspectiva complementaria. Sin embargo, medir el comercio digital no es sencillo. Es por ello que el estudio publicado por la Toulouse School of Economics, “Estimating digital product trade through corporate revenue data” supone una contribución significativa.
El “Handbook on Measuring Digital Trade”, una publicación preparada conjuntamente por la OCDE, la OMC, la UNCTAD y el FMI, define el comercio digital como todo el comercio que se ordena y/o entrega digitalmente. A pesar de su innegable importancia, definir y medir el comercio digital es complejo, debido a que gran parte del comercio digital entra en lo que se conoce como «comercio en modo 3 del GATS», que es el comercio realizado mediante la presencia física en un país extranjero. Por ejemplo, un ciudadano europeo que compra servicios de computación en la nube a Amazon los está «importando» desde Luxemburgo, no desde Estados Unidos.
Esto significa que una gran parte del comercio de productos digitales no queda adecuadamente reflejado en estadísticas de comercio digital, de acuerdo con los criterios que se utilizan actualmente.
Una nueva propuesta para medir el comercio de productos digitales
En el estudio de la Toulouse School of Economics, “Estimating digital product trade through corporate revenue data”,César A. Hidalgo, Viktor Stojkoski, Eva Coll-Martínez y Philipp Koch, han generado estimaciones del comercio digital mediante la construcción de un modelo que utiliza datos de ingresos corporativos y patrones de consumo digital.
El estudio se centra en lo que denominan “productos digitales” que se refiere al comercio de bienes digitales (ej: videojuegos), servicios convertidos en productos (ej: publicidad digital) y comisiones por intermediación digital (ej: reservas de hoteles). Esta definición deja fuera los productos físicos, aunque se adquieran por medios digitales. Esta figura describe el concepto de producto digital de acuerdo con el estudio de la escuela de Toulouse.
La metodología desarrollada en el estudio le permite identificar quienes son los países importadores y exportadores de productos digitales. Países netamente importadores mostrarán una alta dependencia digital y baja autonomía estratégica en el ámbito digital.
Como podría esperarse, las conclusiones de este estudio revelan una gran actividad exportadora de productos digitales de los Estados Unidos, con miles de millones de dólares exportados en categorías, como la publicidad digital, la computación en la nube y el video bajo demanda.
Para situar las cifras del comercio digital en contexto, podemos compararlas con cifras de exportaciones de bienes físicos. Tal y como indican los autores del estudio, los principales bienes físicos exportados por los Estados Unidos actualmente son petróleo crudo y petróleo refinado, con alrededor de $100 mil millones en exportaciones/año en cada categoría. Comparativamente las exportaciones de Estados Unidos en publicidad digital y computación en la nube son, de aproximadamente $260 mil millones y $184 mil millones, respectivamente, de acuerdo con el estudio.
Es decir, las principales exportaciones de productos digitales de Estados Unidos son mucho mayores que las principales exportaciones de bienes físicos. Silicon Valley sería el principal centro de exportación de Estados Unidos.
El mismo estudio muestra a los países europeos como grandes importadores de productos digitales. La realidad que refleja el estudio de la Toulouse School of Economics ofrece otra perspectiva sobre la dependencia de Europa en el ámbito digital.
Un elemento más para la reflexión en el imprescindible debate sobre el objetivo de autonomía estratégica digital europea.
