El científico Albert Einstein dijo una vez que “no podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”. Posiblemente, ni el mismo se habría planteado que esta máxima sería aplicable a los problemas del siglo XXI.
Dentro de la actual vorágine de las nuevas tecnologías, la innovación y el emprendimiento, ha surgido un nuevo concepto mucho más cercano a la sociedad: la innovación social. Pero ¿a qué hace referencia? En palabras de Ricard Ruiz de Querol, de Barcelona Media, “según la Unión Europea alude a los cambios que se dan en la producción y consumo, valores, comportamientos, estructuras de organización…”. En definitiva, los cambios en los hábitos de nuestra sociedad.
Aunque las nuevas tecnologías apoyan este nuevo tipo de innovación social, no es el único factor influyente. Si bien, una de las grandes preguntas que nos hacemos es: ¿quién contribuye a estas innovaciones? Por curioso que parezca, según el experto, no podemos olvidar que aunque son muchos los laboratorios de investigación dedicados a las TIC, son los agentes externos, de “fuera del sistema establecido”, quienes más han potenciado estos cambios: los hackers tecnológicos.
En estos días hemos debatido en la plataforma de diálogo RConversa sobre esta figura y la innovación social. Así, nos hemos preguntado si realmente hay emprendedores sociales en España y si están estos preparados para salir a la palestra. Se ha acusado muchas veces a nuestro país de la falta de este tipo de empuje. Como dice una de las participantes en el debate, Carmen Requena, estamos cansados de oír que “estamos ante la generación mejor preparada”. Puede ser, pero tiene menores oportunidades en el mercado laboral. ¿Quizá deberíamos formar más “hackers sociales”? ¿Potenciar la vena emprendedora de los jóvenes, y no tan jóvenes, de nuestra sociedad? De hecho, una de las ideas lanzadas ha sido que el envejecimiento de la sociedad abre numerosas oportunidades para el emprendimiento social.
Tras varios días de intenso debate, la mayoría de los participantes están de acuerdo en que los hackers sociales pueden ayudar a cambiar la sociedad, si bien no se visualizan «rol models» que definan esta figura.
Uno de los puntos que más comentarios ha suscitado es cómo se forman estos Hackers Sociales. Aunque hay algunos MBA con programas específicos sobre innovación social, no parece que esta sea la formación más acorde al perfil. En la actualidad son muchos los que piensan que es mejor que sean autodidactas, en otras palabras, que se formen ellos mismos.
La sociedad de la información evoluciona de forma constante y muy rápida, y con ella nuestros Hackers Sociales. Solo el tiempo nos dirá si esta nueva figura de la innovación social cobra la fuerza que se merece.
