¿Qué es un robot colaborativo o cobot?

Gracias al despegue de la conectividad, la industria 4.0 y la productividad en el sector empresarial viven una importante transformación. La automatización de los procesos ha sido la principal mejora, principalmente, con la llegada de los cobots o robots colaborativos. La finalidad de esta herramienta es integrarse en distintos contextos para agilizar el trabajo.

Un robot colaborativo o cobot es un mecanismo desarrollado para interactuar físicamente con humanos en un entorno colaborativo de trabajo.

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Un cobot es un robot programado para trabajar de forma colaborativa con los seres humanos, y cuyo fin es el de apoyar en diferentes tareas y procesos. Están diseñados para llevar a cabo trabajos repetitivos, así como tareas de alto riesgo para los trabajadores.   

Estos autómatas suelen componerse de diversos brazos inteligentes capaces de integrarse en los entornos de producción. Además, cuentan con sensores y cámaras que les proporcionan una visión artificial, lo que les permite poder interaccionar con los seres humanos. Esos sensores de movimiento son avances tecnológicos que han hecho de estos robots herramientas más versátiles ya que han mejorado la seguridad en los entornos productivos de cada vez más sectores.  

El impacto de los cobots en la industria 4.0 

El concepto cobot no es nuevo, puesto que los primeros modelos se remontan a la década de los 90. Estas herramientas son el resultado de la evolución de los robots. Fue la empresa estadounidense General Motors la primera en incluir en sus líneas de montaje los primeros robots capaces de facilitar la automatización de algunas tareas.  

Ahora, y gracias a tecnologías como el Internet de las Cosas, IoT, la Inteligencia Artificial, IA o el Big Data y el 5G, estas máquinas han mejorado sus prestaciones hacia los llamados robots colaborativos que pueden trabajar conjuntamente con los seres humanos. No surgen para reemplazar la mano de obra humana, sino para mejorar las capacidades y agilizar los procesos.  

Tal y como revelan los últimos datos recogidos por el World Robot Report de la International Federation of Robotics (IFS) en 2022, la presencia de los cobots aumenta paulatinamente. Ya en 2021 representaron el 39 % de participación de mercado, un 13 % más que el año anterior. Mientras, empresas como Statzon esperan que esta tendencia siga aumentando hasta alcanzar un crecimiento del 40% en 2026, impulsado por el crecimiento de las nuevas tecnologías. 

Características de los robots colaborativos  

Los cobots destacan por ser fáciles de instalar y de programar. Para ponerlos en funcionamiento y poder mover sus componentes, únicamente es necesario disponer de un dispositivo electrónico vinculado al robot. Este factor facilita que cualquier persona pueda trabajar con ellos, aunque no disponga de una experiencia requerida, ya que la programación se realiza a través de un software y aplicaciones de uso sencillo.  

Tienen un tamaño más compacto, característica que, unida a la facilidad para ser reprogramados rápidamente, los hace perfectos para cambiar de ubicación y realizar otro tipo de tareas en la empresa. Esto les permite ser flexibles y aprender fácilmente diferentes tareas, en este caso, se pueden adaptar a distintas etapas del proceso productivo.  

Como resultado, los cobots son una herramienta eficaz, robusta, segura y precisa capaz de librar a los trabajadores de tareas complejas y peligrosas, que pueden derivar en lesiones y accidentes.  

Beneficios de los cobots  

Sus aplicaciones se centran especialmente tanto en el manejo de objetos y materiales, como el empaquetado y paletización, como en tareas de montaje y desmontaje, sobre todo en la fabricación de material electrónico y de automoción.  

Principalmente, los robots colaborativos han sido desarrollados para facilitar el trabajo de las personas, puesto que ayudan y perfeccionan las tareas. Liberan a los equipos humanos de labores inseguras, repetitivas, sucias o complejas permitiendo así enfocar la atención en cuestiones más atractivas.  

Además, su implementación en los espacios de trabajo supone una mejora en la seguridad de las personas con las que interaccionan y comparten tareas, ya que su integración reduce la exposición de los trabajadores a actividades que puedan ponerles en peligro, y reducen el número de lesiones y accidentes graves.  

¿Son iguales los cobots y los robots industriales?  

La respuesta es no. Teniendo en cuenta las características que definen a un robot industrial y a un robot colaborativo, se pueden establecer algunas diferencias.  

Facilidad de uso y programación. Los robots industriales son máquinas más complejas que requieren de la supervisión de un experto en la programación y manejo. En un principio, estos mecanismos fueron clasificados como elementos especiales y únicamente eran manipulados por un número reducido de personal. En cambio, los robots colaborativos se han diseñado para ser herramientas más fáciles de explotar. Cuentan con una interfaz de programación intuitiva y no necesitan de ninguna formación especializada previa para su manejo, incluso aprenden de los propios operarios que les enseñan realizando un ejemplo que después memorizan.  

  • Movilidad. Los robots industriales suelen tener grandes dimensiones. Por su parte, los cobots son máquinas más versátiles, acatan tanto para producciones pequeñas como las de alta carga de trabajo ya que han sido diseñadas para compartir espacio con humanos.  
  • Inversión. Los cobots son más económicos y, a largo plazo, resulta ser una inversión más rentable, puesto que son capaces de producir como un miembro más de la empresa, de una manera muy flexible. 
  • Seguridad. Para los robots colaborativos la seguridad es primordial, están diseñados para cooperar y convertirse en mecanismos seguros en cualquier proceso. No necesitan ningún apoyo, los propios sensores de la máquina realizan las tareas necesarias para proteger a los obreros.  

¿En qué industrias pueden emplearse los robots colaborativos? 

Debido a su flexibilidad, los cobots son parte de la Industria 4.0 y se pueden usar en prácticamente cualquier manufactura y cualquier lugar. No obstante, en algunas compañías se integran con mayor éxito, como es el caso de la industria farmacéutica, automovilística, consultoría alimentaria y medicina. Existen ejemplos como el de la compañía de alimentación Nestlé, para acciones de paletizado en su planta de Suiza. En el campo de la salud y la farmacología se emplean en la automatización de labores como el control de dosis y mezclas. 

A pesar de que aún hay mucha innovación por emerger, los cobots ya desempeñan funciones esenciales dentro de las empresas. Se han posicionado como herramientas decisivas para los procesos de programación en la industria manufacturera.

Se cumplen quince años del nacimiento de UR5, el primer “cobot” de la historia

Aunque puede que el tema de los robots colaborativos parezca algo bastante moderno, lo cierto es que no es del todo así. Y es que UR5, considerado el primer “cobot” de la historia, fue adquirido en diciembre de 2008 por parte de Linatex, un proveedor de caucho y plásticos técnicos con origen danés. En aquel momento, parecía una utopía que estas máquinas pudieran convivir en un espacio de trabajo con personal humano, sin cumplir la normativa de aislamiento que hasta la fecha aplicaba a este tipo de máquinas. 

Ahora, quince años después de ese hito, el segmento de los robots colaborativos pasa por su momento más dulce y las previsiones son muy halagüeñas. En base a los resultados de un estudio de Markets and Markets, se espera que en 2028 el mercado de los cobots supere los nueve billones de dólares. Un crecimiento espectacular teniendo en cuenta que los datos de 2022 apenas superan el billón de dólares.

Diferencias entre robots no colaborativos y cobots

La diferencia entre robots y “cobots” es precisamente su capacidad para trabajar codo con codo con seres humanos, sin que esto suponga un riesgo. Además, no busca sustituir al trabajador, más bien colabora como ayudante, de forma que el “cobot” pueda acarrear con las tareas más pesadas o repetitivas.

Además, los robots industriales tradicionales suelen ocupar bastante espacio, ya que necesitan un entorno seguro y delimitado. Por su parte, los robots colaborativos son más compactos e incluso se pueden mover, ya que son más fáciles de manejar.

Otra diferencia, además de suponer una gran ventaja, es que los “cobots” se pueden programar para que aprendan distintas tareas, mientras que el robot no colaborativo está diseñado para un único propósito.

Ejemplos de “cobot”

Un «cobot» o un robot colaborativo se puede emplear en grandes fábricas, pero también en PYMES, gracias a su versatilidad, su flexibilidad y la reducción de costes que ofrece. 

Algunos casos de uso de “cobots” son los siguientes:

  • Cadenas de montaje y ensamblaje de productos: este tipo de máquinas pueden reducir la presencia de la mano de obra humana en tareas mecánicas y repetitivas, dejando que el personal cualificado se dedique a los controles de calidad y a otro tipo de pruebas. Esto mejora el bienestar de los trabajadores, especialmente en aquellos con edad más avanzada.
  • Movimiento de mercancías: otro de los ejemplos de uso de los “cobots” incluyen los movimientos de mercancías pesadas dentro de los almacenes o fábricas, incluso en destino final, gracias a su tamaño compacto. 
  • Preparación de pedidos: en el caso de empresas de comercio electrónico, un cobot también puede ayudar a resolver de forma más eficiente el proceso de clasificar productos, gestionar inventarios, preparar la mercancía, paletizar cajas, entre otros.
  • Aplicaciones médicas: el sector de la salud también puede encontrar a un aliado en los «cobots». Por ejemplo, para acceder a unidades con pacientes infecciosos, para higienizar estancias o para suministrar medicamentos.

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