Como ya os comentamos el viernes pasado, comenzamos el viaje de la innovación social en Telefónica. Han sido casi 6 meses trabajando sobre esta idea y mereció la pena. En el taller que celebramos para tratar este tema hubo de todo: debate, pasión, co-creación, risas… (los «telefónicos» también reímos).
De la jornada me quedo con las ganas de trabajar juntos dos mundos particularmente distintos: la gran empresa y el emprendedor social. Sobre esta idea, ayer mismo tuve la oportunidad de escuchar en The Hub Madrid a Gunter Pauli, un auténtico emprendedor en serie. Para Gunter es complicado una alianza entre multinacionales y emprendedores porque “La multinacional sueña con los ojos cerrados mientras que los emprendedores sueñan con los ojos abiertos”.
Las multinacionales muchas veces no vemos más allá del corto plazo pero tengo fe en emprendedores sociales como Rodrigo Baggio y Max Oliva para que nos abran los ojos, con alambres si hace falta. Me quedo con dos reflexiones expuestas por estos dos “cracks”:
- “Sin maceta no hay flores”: Necesitamos crear un ecosistema del emprendimiento social en España. La innovación social es una ventana de oportunidad para identificar ideas innovadoras por parte de las empresas y nuestro “agente del cambio” es el emprendedor social.
- “Mezclado, no agitado”: Las innovaciones en un futuro no muy lejano no vendrán de los grandes centros de I+D de las empresas, sino de pequeños clusters o espacios creativos. Por ello, hay que crear relaciones win-win con emprendedores/ innovadores sociales y mezclar los ingredientes correctos para que salga ese cóctel innovador multinacional/empresa social rico, rico que tanto le gusta a James Bond.
Rodrigo nos dijo en el taller que tenía un sueño “convertir a Telefónica en un referente mundial de los negocios sociales”. Con pasión y trabajo los sueños se hacen realidad.
