Antes de analizar la relación entre la huella de carbono y la descarbonización, vamos a ver una breve definición de cada uno de estos dos conceptos estrechamente vinculados a la lucha contra el cambio climático.
Huella de carbono: qué es
La huella de carbono es el rastro de Gases de Efecto Invernadero (GEI) generado por la actividad humana, tanto de manera directa como indirecta.
Existen diferentes tipos de huellas de carbono, como la personal (que se calcula en función de los hábitos de vida de un individuo), la huella de carbono de producto (emisiones a lo largo del ciclo de vida del mismo), la huella de carbono corporativa (asociada a organizaciones o empresas)o la huella de carbono de eventos específicos (mide las emisiones que se producen como consecuencia de un evento concreto).
En qué consiste la descarbonización
La descarbonización es el proceso mediante el que se reduce de manera progresiva la emisión de GEI asociada a la actividad humana.
El objetivo es mitigar el cambio climático y, de este modo, avanzar hacia una economía neutra en carbono.
Para ello hay que transformar los sistemas energéticos, industriales o de transporte, de forma que se reduzca la dependencia de los combustibles fósiles ,y se utilicen cada vez más tecnologías limpias y fuentes de energía renovables.
¿Cuál es la relación entre la huella de carbono y la descarbonización?
Dado que no se puede reducir lo que no se conoce, un primer paso para la descarbonización pasa por la cuantificación de la huella de carbono. De este modo, se identifican los puntos críticos de emisión de determinada actividad u organización y se cuenta con un punto de partida sobre el que se pueden diseñar planes de descarbonización y priorizar las acciones con más impacto en la reducción de emisiones.
Algunas medidas de descarbonización pueden ser la mejora de la eficiencia energética, la sustitución de combustibles fósiles por energías renovables, la optimización de procesos y materiales, la reutilización de materiales y el fomento de la economía circular. Para aquellas emisiones que no se puedan reducir (emisiones residuales), se puede invertir en proyectos de reforestación (naturales) o captura de carbono (tecnológicos) que absorban una cantidad equivalente de GEI de la atmósfera.
Telefónica y la descarbonización
Para Telefónica, identificar los riesgos y oportunidades relacionados al cambio climático ha supuesto el punto de partida para la definición de su estrategia de descarbonización, articulada en modelos con acciones concretas, de las que se puede ampliar más información en el Plan de Acción Climática de la compañía.
Con el objetivo de alcanzar cero emisiones netas en el año 2040 considera una serie de objetivos intermedios:
- En materia de eficiencia energética, reducir un 95% el consumo de energía por unidad de tráfico (MWh/PetaByte) en 2030 frente a 2015.
- Respecto a la energía renovable, mantener el 100% de electricidad de origen renovable en los principales mercados y alcanzar el 100% en toda la Compañía en 2030.
- Reducir un 90% las emisiones de alcance 1 y 2 en 2025 en los principales mercados y reducir esa misma cantidad en el ámbito global en 2030.
- Reducir un 56% las emisiones de alcance 3 en 2030, respecto a 2016 (año base).
- Para los tres alcances, el objetivo común a largo plazo es la reducción del 90% en el año 2040.
- Contribuir a que los clientes reduzcan sus emisiones de CO2 a través de los servicios de conectividad y Eco Smart
- Apoyar anualmente desde 2025 actividades que mitiguen el cambio climático (BVCM) en cantidad equivalente a las emisiones de alcance 1 y 2 de los principales mercados.
Telefónica considera que la visión estratégica de la descarbonización trae también otras mejoras en los resultados financieros, en el posicionamiento o en la competitividad de la compañía.