Si las empresas quieren seguir siendo competitivas, para ello deberán empezar a ser más humanas y a gestionar mejor el talento joven.
La responsabilidad social empresarial ya no es una opción; supone un nuevo escenario cuyo impacto social genera un retorno positivo para todos los actores implicados. En este nuevo entorno, los protagonistas son las empresas, la Administración Pública, las organizaciones sociales y las personas como socios estratégicos en la cadena de valor.
En este contexto, la Fundación máshumano organizó la semana pasada su decimotercer congreso, que, bajo el título: “Un nuevo paradigma: humanizar la Empresa y la Sociedad”, abordó cuestiones como la difícil situación laboral de los millennials, las iniciativas responsables por parte de las empresas y qué esperar de la nueva era digital.
Tendencias 2020: la nueva forma de hacer negocios, empresas y organizaciones más humanas.
En la estrategia de estas compañías, ¿son diferenciales valores como flexibilidad, diversidad, igualdad de oportunidades, solidaridad y corresponsabilidad?
Según Gonzalo Antoñanzas, director general adjunto de Ikea, no hay que tener miedo a equivocarse, ya que lo que importa es acertar a largo plazo. Hay que dejar de penalizar la equivocación, porque es necesaria para avanzar, aprender y hacer mejor las cosas. En Ikea apuestan por el binomio juventud + voluntariado. Un ejemplo de ello, es la apuesta por tener a personas menores de 30 años en el Comité de Dirección de la empresa.
¿Cómo conseguir que los empleados estén motivados? Para Mónica López-Monis, directora general del Grupo Santander, la clave está en escucharles y en crear iniciativas pensando en ellos. De hecho, el concepto “flexiworking”, que nació gracias a la petición de un trabajador del Grupo, rompe los esquemas de la cultura presencial y da un voto de confianza a los empleados, quienes deben asumir esta nueva libertad de forma responsable.
Un nuevo marco colaborativo: iniciativas que humanizan
¿Qué ejemplos tenemos hoy en día que sirvan para mostrar iniciativas empresariales, sociales y de particulares que han dado lugar a experiencias humanizadoras? Las encargadas de dar respuesta a esta pregunta fueron Lucila Ballarino, de Fundación Telefónica, Rosa Osorio Arias de Telefónica, y Begoña San Narciso, de Fundación Menudos Corazones.
Lula y Rosa dieron a conocer los proyectos que desde Telefónica, se están llevando a cabo para mejorar la vida de las personas más desfavorecidas. En concreto, el programa “el reto solidario” basado en el voluntariado corporativo, ha permitido la movilización de más de 28.000 voluntarios, en más de 32 países. Estos retos, además de ayudar a terceros, permiten desarrollar competencias y habilidades personales y profesionales, potenciando el trabajo en equipo.
Millennials: protagonistas de las empresas del futuro
¿Cómo tienen que configurarse las organizaciones para comprometer y gestionar el talento de los millennials? Los jóvenes demandan nuevas formas de trabajar y de implicarse en la sociedad. Según Pablo González Ruiz de la Torre, fundador de la iniciativa PANGEA, la actitud marca la diferencia: “No importa tu edad, ni tu coeficiente intelectual; lo que importa es la pasión que pones en lo que haces”.
En cuanto al desempleo juvenil, según Rubén Urosa, director general de Injuve, el problema de los jóvenes para encontrar empleo no es por falta de proactividad: “Dejemos de usar la palabra nini. El 90% de los jóvenes en paro, busca activamente un empleo”, afirmó.
¿Qué tienen que decir las universidades de todo esto? Actualmente, la empresa va un paso por delante de la universidad. Para corregir esta situación, se necesitarían adaptar a las personas los planes educativos y los formatos en los que se imparten las asignaturas.
El mundo ha cambiado y el sector privado tiene un papel fundamental en el cambio. Si queremos tener empresas más humanas y responsables, los líderes y las personas que trabajan en las mismas deberán iniciar el movimiento desde dentro.
