B20 Sudáfrica apuesta por la cooperación para un crecimiento inclusivo

El B20 desempeña un papel clave en el impulso de la agenda público-privada del G20 para el crecimiento global. El B20 Sudáfrica ha reunido a empresas líderes y organizaciones internacionales para elaborar recomendaciones de política destinadas a reforzar la cooperación global y avanzar hacia una prosperidad más equitativa, con la digitalización como palanca clave.

B20 Sudáfrica apuesta por la cooperación para un crecimiento inclusivo
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Dácil Jiménez Delgado Seguir

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Entre el 18 y el 20 de noviembre, Johannesburgo fue el escenario del B20 Sudáfrica, el foro empresarial que acompaña la presidencia sudafricana del G20. Líderes empresariales, representantes institucionales y expertos en cooperación internacional se dieron cita para analizar los desafíos económicos de un mundo en plena transformación.

La presidencia sudafricana ha dotado de especial relevancia a esta edición, no solo por ser el primer país africano al frente del G20, sino también por un contexto internacional marcado por tensiones geopolíticas, incertidumbre económica y brechas estructurales que requieren respuestas renovadas desde el sector privado.

En este marco, el B20 Sudáfrica se ha propuesto redefinir la conversación global sobre desarrollo, inversión, innovación y cooperación, subrayando la necesidad de fortalecer los vínculos entre economías avanzadas y emergentes. Su mensaje central es claro: ninguna estrategia global será sostenible si amplios sectores del mundo quedan al margen de la financiación, la innovación digital y las nuevas cadenas de valor.

Las prioridades estratégicas del B20 Sudáfrica para una prosperidad inclusiva

Bajo esta premisa, el B20 Sudáfrica ha reunido a empresas líderes y organizaciones internacionales para elaborar recomendaciones de política destinadas a reforzar la cooperación global y avanzar hacia una prosperidad más equitativa.

Estas propuestas, fruto de meses de análisis y trabajo colaborativo por parte de ocho grupos de trabajo internacionales, reflejan la diversidad de perspectivas de la comunidad empresarial global y su compromiso con una economía más inclusiva, resiliente y basada en una cooperación reforzada.

Las recomendaciones se centran en las áreas prioritarias definidas por el B20 Sudáfrica: Comercio e Inversión, con énfasis en restaurar la estabilidad en el comercio multilateral y apoyar mayor integración comercial en economías en desarrollo; Empleo y Educación, para impulsar la formación digital y técnica necesaria en la economía global; Transformación Digital, para promover una digitalización inclusiva que reduzca brechas y genere nuevas oportunidades económicas; Combinación Energética y Transición Justa, orientada a ampliar la financiación climática y apoyar modelos de energía accesibles y sostenibles; Finanzas e Infraestructura, para movilizar capital privado hacia proyectos de desarrollo con impacto; Transformación Industrial e Innovación para reforzar la competitividad y resiliencia de industrias y pymes, promover la adopción de tecnologías sostenibles; Integridad y Cumplimiento, destacando la importancia de la tecnología para combatir la corrupción y fortalecer la confianza en mercados globales; Sistemas Alimentarios y Agricultura Sostenibles, esenciales para la seguridad alimentaria y la resiliencia climática.

Todas las recomendaciones se consolidan en el documento “Final Communiqué”, que será entregado al G20 como hoja de ruta para orientar futuras acciones y compromisos.

El reto de la transformación digital global en cifras

La transformación digital sigue siendo uno de los mayores desafíos globales. Según el B20 Sudáfrica, 2,6 mil millones de personas en el mundo todavía no tienen acceso a Internet, un enorme potencial humano por desarrollar. Muchas de ellas viven en economías emergentes o en zonas rurales, donde la infraestructura digital es limitada.

Además, la asequibilidad sigue siendo un obstáculo clave: a nivel mundial, el coste medio de un smartphone representa cerca del 26% del ingreso mensual de una persona, y llega al 53% en los países de ingresos bajos. A estas barreras se suman la brecha de género y las desigualdades entre áreas urbanas y rurales, limitando la participación en la economía digital.

Asimismo, según el B20, las pequeñas y medianas empresas requieren apoyo para integrar tecnologías digitales, ya que actualmente su adopción es inferior a la de las grandes empresas. Por ejemplo, solo entre el 20 y el 30% usan servicios en la nube, frente a un 50% en empresas más grandes.

El B20 subraya que cerrar estas brechas es crucial para garantizar un desarrollo económico y social más equilibrado e inclusivo. Por ejemplo, según el Banco Mundial, un aumento del 10% en la penetración de banda ancha en países emergentes y en desarrollo podría elevar su PIB en un 1,35%. Sin embargo, aprovechar este potencial exige cerrar la amplia brecha global de inversión en infraestructura digital, estimada en 1,6 billones de dólares, con las mayores necesidades en las regiones en desarrollo.

Al mismo tiempo, la adopción de la inteligencia artificial generativa podría generar hasta 4,4 billones de dólares anuales a nivel global, si se gestiona de manera inclusiva.

Recomendaciones para una transformación digital inclusiva

El B20 advierte que, sin políticas y marcos de gobernanza sólidos, los beneficios de la digitalización podrían concentrarse en unos pocos países o empresas, aumentando desigualdades. La propuesta del foro apunta a convertir la transformación digital en un motor de equidad, inclusión y crecimiento, asegurando que ninguna región o grupo quede al margen de la revolución tecnológica y prosperidad futura.

En este contexto, el B20 propone al G20 cuatro prioridades para abordar este desafío que requieren una estrecha colaboración entre gobiernos y sector privado:

  • Ampliar la infraestructura digital moderna e inclusiva y la conectividad para ofrecer un acceso asequible y fiable a los servicios digitales, especialmente en las regiones desatendidas.
  • Fortalecer los sistemas nacionales de alfabetización digital para dotar a la fuerza laboral de capacidades básicas y avanzadas alineadas con las demandas del mercado laboral orientadas al futuro.
  • Promover una IA segura, fiable, inclusiva y centrada en las personas, basada en normas éticas, claridad normativa y prácticas transparentes.
  • Promover ecosistemas de infraestructura pública digital (DPI) seguros e inclusivos que incentiven la innovación y la inversión del sector privado.

El objetivo último es hacer de la transformación digital un motor de equidad y confianza, donde la conectividad y las tecnologías emergentes no solo impulsen la innovación, sino que también refuercen la inclusión social y económica.

Digital Transformation Task Force Factsheet
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