Reflexiones de una madre
El pasado 28 de marzo se celebraba en el Espacio Madresfera de Fundación Telefónica un evento destinado a las familias que abordó temas cruciales sobre el impacto de la tecnología en la autoestima y el bienestar emocional de los más jóvenes.
Telefónica, a través de su Fundación, colabora con Madresfera mediante el Espacio Madresfera, un ciclo de eventos, podcasts y talleres enfocados a fomentar una paternidad y maternidad responsable en un entorno digital.
Durante el encuentro que se centró en la importancia de cuidar la autoestima en un mundo inundado de tecnología y pantallas, se discutió sobre cómo afecta al desarrollo personal de los jóvenes e influye en su vida diaria, planteando el debate desde dos perspectivas diferentes pero complementarias: la de la psicología y la de la educación.
Iris Pérez Bonaventura, psicóloga clínica especializada en problemas emocionales y conductuales en niños, adolescentes y jóvenes, se centraba en la idea de que la autoestima se basa en conocerse a uno mismo y aceptarse tal cual eres. Esto se vuelve aún más importante en la era digital, donde estamos rodeados de comparaciones constantes y las inseguridades de la adolescencia parecen intensificarse.
Y es que las redes sociales son espacios donde nuestros hijos tienen acceso directo a vidas que parecen perfectas. Las constantes comparaciones y la presión por alcanzar estándares de belleza y éxito irreales pueden dañar su autoestima, llevándolos a cuestionar su propio valor y capacidades. En su mundo virtual, la línea que separa la inspiración de la comparación negativa se difumina. ¿Qué pasa cuando empiezan a medir su valor en base a los «likes» que reciben? ¿Cómo podemos ayudarles a recordar que su identidad vale mucho más que lo que muestran en una pantalla?
Rafael Dávila, Educador social y orientador educativo destacaba que la salud social (la relación con nuestro entorno, con los demás y con nosotros mismos) es tan importante como la salud mental, y que la autoestima juega un papel crucial en ambas. Ante los desafíos que plantea el entorno digital en un mundo hiperconectado e hiperexigente, destacó la importancia de que padres, madres y educadores acompañemos a los jóvenes en su interacción con el mundo digital. Esto incluye proporcionarles herramientas para que puedan navegar de manera saludable por este entorno sin comprometer su autoestima, apoyando su crecimiento emocional y el desarrollo del talento, ayudándoles a construir una autoestima sólida incluso en contextos digitales. Para ello primero han de conocerse y conocer sus poderes (al puro estilo de La Patrulla X) sus diferencias y capacidades, encontrando ese lugar seguro en el que puedan desarrollarse y ser ellos mismos.
Al finalizar la sesión yo me preguntaba ¿qué puedo hacer yo para ayudar a mejorar la autoestima de mi hija adolescente? Porque si bien la teoría me había quedado muy clara (fomentar el autoconocimiento y la autoaceptación, validar sus emociones y experiencias, enseñarle la importancia de la perseverancia y el esfuerzo) ponerlo en práctica no me parece sencillo. Como madre, me comprometo a estar ahí, validándola (“tú eres capaz”, “tú lo vas a logras” “tú puedes” con realismo), ofreciéndole una brújula que le ayude a distinguir entre lo superficial y lo valioso. Afortunadamente la autoestima es dinámica y se puede trabajar y fortalecer con el apoyo adecuado.
Siempre he confiado en la tecnología como herramienta para la creatividad y el aprendizaje. La tecnología puede ser un gran aliado, pero nunca debe reemplazar lo más importante: su bienestar emocional.