Telefónica se adhiere a la ‘Guía para la planificación de la transición climática para empresas de telecomunicaciones’ de GSMA, asociación mundial que engloba a 1.000 operadores de telefonía móvil y empresas relacionadas, y se compromete a adaptar su Plan de Transición Climática en consonancia con la nueva guía. Telefónica, junto con Virgin Media O2, son dos de los primeros 12 operadores en comprometerse.
GSMAseñala que las telecomunicaciones son un área de infraestructura crítica de la que depende la economía en general. Según el Foro Económico Mundial, las empresas que ignoran los riesgos del clima pueden perder hasta un 7% de sus ganancias anuales hacia 2035. Sin embargo, las compañías que invierten en adaptación, resiliencia y descarbonización están obteniendo rendimientos tangibles de hasta 19 dólares de valor por cada uno gastado.
La planificación de la transición climática es el proceso mediante el cual las empresas establecen las soluciones necesarias que alinearán a toda su organización con el logro de los objetivos climáticos de la empresa de una manera demostrable y auditable. Como elementos clave incorporan la gobernanza, el enfoque holístico y orientado a futuro, integrado en la planificación empresarial y financiera así como una ruta clara de implementación.
Esta guía está destinada principalmente a los operadores de redes móviles y fijas del sector de las telecomunicaciones, pero también sirve como referencia útil para la cadena de suministro del sector así como para los inversores. De igual modo, se ve respaldada por los requisitos de información relacionados de las Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad (Directiva de la UE sobre Información Corporativa en Materia de Sostenibilidad o CSRD), la NIIF S2, el CDP y la Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (SBTi).
Telefónica participa en el Grupo de Trabajo sobre Acción Climática de la GSMA, que cuenta con 77 operadores de más de 150 países y territorios, y representan el 80% de las conexiones móviles a nivel mundial. En dicho documento, desarrollado con Carbon Trust y la ITU (Unión Internacional de Telecomunicaciones), la asociación agradece al operador español sus aportaciones para su elaboración.
COP30, punto de inflexión
El foco de la Cumbre del Clima de este año, COP30, persigue pasar de las promesas a la acción, con hojas de ruta para financiar la transición, reducir combustibles fósiles y escalar energías limpias. En este contexto, Telefónica ha destacado el papel de las telecomunicaciones como pilar de resiliencia con tecnologías como el 5G, IoT y uso de drones para garantizar comunicaciones seguras y agilizar las labores de rescate en las emergencias climáticas.
Igualmente, Telefónica ha reforzado su compromiso con la Green Digital Action (GDA), iniciativa impulsada por la ITU, agencia de las Naciones Unidas, con su apoyo al nuevo GDA Hub, que proporcionará herramientas, conocimientos y datos para ayudar a los países a ampliar las tecnologías verdes, reducir la huella medioambiental de la tecnología y garantizar el acceso a soluciones digitales sostenibles para todos.
Plan de Acción Climática
Telefónica cuenta desde 2022 con un Plan de Acción Climática en el que establece los objetivos y acciones para alcanzar las cero emisiones netas y aumentar la resiliencia de la compañía en este contexto. Además, detalla su contribución a la reducción de emisiones de otros sectores gracias a los servicios de conectividad y digitalización.
El Plan contiene indicadores para medir el desempeño y define las responsabilidades de supervisión y rendición de cuentas en la Compañía.
La ambición de Telefónica le ha llevado a poner el foco en la reducción de sus emisiones de CO2 y las de su cadena de valor, que han disminuido un 52% desde hace más de una década. Tiene objetivos específicos de energía y cambio climático a 2030 y 2040 que se articulan sobre metas concretas de eficiencia energética y electricidad renovable (100% ya en sus principales mercados). Además, integra criterios de circularidad en su modelo de negocio, lo que contribuye a reducir el riesgo de agotamiento de recursos, aumenta la resiliencia de la cadena de suministro y ayuda a reducir las emisiones de GEI.







