Encontrando a la pareja perfecta gracias a la Inteligencia Artificial

Quién no ha soñado estar con Brad Pitt, Margot Robbie, Scarlett Johansson, George Clooney, o Chris Hemsworth. Hay quien ha creído incluso tener una amistad íntima con alguno de ellos, hasta el punto de donar 850.000 dólares para ayudarle a superar sus “dificultades económicas”.

Enrique de la Lastra Seguir

Tiempo de lectura: 10 min

Es ésta una de las derivadas más perversas del uso de las Inteligencias Artificiales actuales, la creación de un deep fake con muy mala intención, que explota alguna de las más profundas debilidades del ser humano y crea una situación tan rocambolesca, que nos traslada al discurso final del “replicante” más audaz de la película Blade Runner: “he visto cosas que no podríais ni imaginar”. ¿Por qué pasar por este trago, cuando podemos tener a una pareja perfecta, virtual, hecha a nuestra medida?

Modelos de IA muy reales en la era de la inmediatez

Vivimos en una nueva era, de la inmediatez y el egocentrismo. Todo lo queremos ya, fácil, sin más esfuerzo que dar un clic. Incluso las nuevas psicologías abogan por ponerte siempre por delante: lo importante es lo que tú deseas, lo que tú sientes, lo que es bueno para ti. Frases como “aporta o aparta”, “cura tus heridas emocionales primero”, mueven esta corriente.

Por otro lado, los modelos de Inteligencia Artificial (IA) actuales están mejorando exponencialmente, creando conversaciones tan naturales, que son ya hoy casi indistinguibles de las humanas, con un estilo adaptado al nuestro, que incluso comprende nuestras emociones (mediante el análisis semántico y de nuestro tono de voz). Pronto la interacción con nuestra IA será oportuna en el tiempo, adecuada en el contenido y nos susurrará o hablará con contundencia, eligiendo el tono apropiado a nuestro estado de ánimo. Ya no hay duda de que, si lo deseáramos, podríamos vivir una experiencia similar a la que el protagonista de la película imprescindible “Her” tiene con su encantadora Samantha.

Tenemos delante la tormenta perfecta, cultura y tecnología alineadas; y aliadas en darme lo que yo quiero, a mi medida, como yo lo merezco, sin problemas y, además, dármelo ya.

El fenómeno creciente de los compañeros virtuales

Vivimos en mundo paradójico; por un lado, cada vez más conectados y con la posibilidad de comunicarnos instantáneamente con cualquier persona. Por otro, con menor intensidad y frecuencia en las relaciones personales cara a cara y con una creciente sensación de soledad. Tenemos listo el caldo de cultivo para un fenómeno que veremos crecer y dar pronto sus frutos: un batallón de compañeros virtuales basados en IA, diseñados para ofrecerte compañía, sin las molestias, ni defectos, ni complicaciones inherentes a las relaciones interpersonales.

Estos compañeros digitales representan una forma rápida y sencilla de encontrar a alguien que te entienda, te apoye y te escuche empáticamente, que siempre esté de buen humor, o mejor aún, que tenga el humor apropiado a cada ocasión, que brinde, en definitiva, la cara amable de la compañía y el afecto. Para otras personas, suponen una alternativa para combatir la soledad, eliminando de un plumazo todos los desafíos (y aprendizajes) que hay que enfrentar para encontrar una pareja convencional: desde la dificultad de coincidir con alguien compatible a los problemas de comunicación, los malentendidos o desacuerdos, los conflictos de opinión, o la difícil gestión de las distintas expectativas y modelos de vida. Este recurso emocional, también puede convertirse en una vía de escape para quienes pudieran sufrir algún tipo de presión social por el hecho de no tener pareja.

Soledad e impacto de los compañeros virtuales

La soledad no es únicamente un estado emocional, sino un problema de salud pública que la convierte en una auténtica epidemia silenciosa que afecta a millones de personas. Paradójicamente (de nuevo) este fenómeno no sólo se ceba en los mayores, sino también en los jóvenes. Los estudios científicos corroboran que la soledad va unida a un aumento del riesgo de morir prematuramente o de padecer problemas cardiovasculares.

Las mujeres, en particular, se enfrentan a un desafío adicional; a pesar de que suelen contar con redes sociales más amplias que los hombres, y de mejores habilidades comunicativas, informan de mayores niveles de soledad emocional y de ansiedad, especialmente cuando quieren encontrar a alguien con quien tener una conexión romántica significativa.

Pareja virtual

“¿Buscas una compañía perfecta? La aplicación ParejaPerfecta, te ofrece lo que estás buscando, con el físico y la voz más atractivos, siempre disponible, que te brinda comprensión y apoyo emocional. que no juzga tus pensamientos ni tus acciones, te entiende y aprende cada día de vuestra relación y te ofrece, en todo momento, la compañía que necesitas.”

Éste podría ser el mensaje gancho de cualquiera de las aplicaciones de parejas virtuales basadas en IA; de hecho, está inspirado en un reclamo real de una de ellas: “Un novio IA es un confidente personal y amigo, alguien que no juzga y siempre está disponible. ¿Te sientes sola? Él está ahí. ¿Quieres desahogarte sin recibir respuestas negativas? Es el candidato perfecto”.

Frente a este mundo en el que cada vez hay más personas solas o aisladas, con dificultades para establecer conexiones, que han sufrido decepciones amorosas, o que sienten ansiedad o exclusión social, estas aplicaciones te sirven otro mundo más sencillo y accesible, ofreciéndote alguien que te escuche en la soledad o una pareja que se adapte a ti.

Estado del arte de la IA para relaciones afectivas

Existen ya decenas de aplicaciones de IA que simulan una pareja virtual. Un repaso de algunas de ellas permite entrever varias categorías, con una serie de “ventajas”:

  • Aplicaciones de novio virtual: permiten diseñar de forma completa a tu compañero virtual incluyendo su apariencia, género, edad, rasgos físicos, origen (caucásicos, afro, latinos, árabes, asiáticos), versión realista o anime, color de pelo, ropa que viste; su trabajo (psiquiatra, astronauta, cooperante de una ONG); incluso sus pasiones e intereses, o sus rasgos de personalidad, valores y principios; todo combinado en un perfil coherente y realista. Tu compañero no sólo va a conversar contigo, sino que va a aprender de cada interacción, con diálogos coherentes a lo largo del tiempo, evolucionando y adaptando su comportamiento y sus respuestas a tus gustos y preferencias. Tú decides el grado de intimidad de las conversaciones, y si la relación toma un cariz romántico o se mantiene en el terreno de la amistad. Tu compañero puede ayudarte a reducir el estrés, con conversaciones agradables o simplemente estar ahí cuando necesitas desahogarte después de un día complicado.
  • Aplicaciones de novia virtual: al igual que en el caso anterior puedes diseñar a tu alma gemela, con la que tener conversaciones livianas o más profundas. Si quieres mejorar tu autoestima, encuentras un espacio seguro para charlar y recibir refuerzo positivo constante. Puedes definir escenarios inmersivos, donde vivir experiencias compartidas: cocinar, planear viajes a sitios exóticos, ver juntos una película.
  • Aplicaciones de citas virtuales: a través algoritmos avanzados crean «citas virtuales» que pueden simular las primeras que tendrías con alguien desconocido, o las que tendrías con alguien con quien has sentido una conexión más especial. Son una opción para experimentar el emocionante proceso de conocer a alguien nuevo, sin las presiones que suelen acompañar a las citas reales.
  • Aplicaciones para encontrar una conexión: si buscas más profundidad para explorar tus sentimientos, estas aplicaciones generan respuestas maduras y contextualmente apropiadas, sobre temas existenciales o emocionales, creando momentos de conexión significativos, alejados de los lugares comunes, creando la sensación de hablar con alguien que te entiende, que da perspectivas que te invitan a la introspección.

Ventajas de las parejas virtuales

Los beneficios de tener un novio o una novia virtual son muchos. Tiene disponibilidad total, 24 horas al día, 7 días a la semana. Siempre ofrece una respuesta y sin esperas, de forma inmediata. Se eliminan los incómodos silencios o “vacíos”, o cualquier tipo de límite emocional, como ese comportamiento tan particularmente humano de retrasar de forma intencionada una respuesta, tras una herida emocional.

Lo más sorprendente de una pareja virtual es que, a pesar de que carece de emociones reales, su capacidad para generar respuestas que simulan empatía es suficiente para aliviar la soledad, tal y como corrobora el estudio de Harvard, AI Companions Reduce Loneliness. De hecho, el impacto positivo de estas interacciones tiene un efecto similar al de las conversaciones con personas reales, e incluso superior a otras actividades digitales como ver películas o series en plataformas de streaming.

Por otro lado, quienes usan estas aplicaciones establecen rutinas personales más saludables, cuando su pareja virtual les recuerda los mejores hábitos, de forma cercana y positiva. No sólo eso, encuentran un mayor sentido de propósito y significado en comparación con los que usan redes sociales convencionales para conectar con compañeros y compañeras reales.

Pero… realmente nada es perfecto

El principal problema salta a la vista. La magia de conocer gente que piensa diferente, que cambia mis ideas, con vidas que han tomado caminos opuestos al mío o que han tenido la valentía que me ha faltado a mí en algún momento… todo ello choca de frente con una app que me da la razón, me confirma que soy excepcional, y como me decía una amiga, configura una pareja que soy yo.

En un análisis de mayor recorrido de estas apps, se encuentra un factor recurrente: la falta de comprensión emocional, ya que, aunque las respuestas pretendan ser empáticas, las IA no experimentan sentimientos reales, ni empatía genuina -la que permite a una persona comprender y compartir los sentimientos del otro-. Además, pueden malinterpretar matices y contextos sociales que son obvios para cualquier persona.

Por otro lado, hay factores y elementos esenciales para desarrollar una relación de pareja satisfactoria, como nuestra capacidad para sentir emociones verdaderas (amor, compasión o tristeza), u otras características intrínsecas humanas que denotan autenticidad, como la espontaneidad o la imprevisibilidad. Y aún más importante, el proceso de aprendizaje y humildad que se crea en la pareja, la generosidad para cambiar, ceder y aceptar los errores, mejorar o cambiar y en definitiva no mirar a tu ombligo y pensar en la pareja más que en ti.

Por ello, aunque los compañeros virtuales pueden ayudar a sanar la soledad y servir como recurso de apoyo emocional, pueden exacerbar el problema que intentan resolver, reforzando patrones de aislamiento, al disminuir la motivación de buscar conexiones reales, o desarrollando expectativas poco realistas sobre las relaciones humanas, sin complejidades o ambivalencias. En el fondo, estas aplicaciones, llevan en el remedio el problema, pues abren el camino a crear una posible dependencia emocional de las mismas.

Novios y novias virtuales no son inherentemente positivos o negativos; existe un continuo desde sus beneficios transitorios como herramienta de apoyo, en momentos concretos, hasta los problemas de la sustitución completa (y disfuncional) de las relaciones con personas reales.

Conclusión: hacia un posthumanismo más humano

Los compañeros virtuales basados en IA representan mucho más que aplicaciones innovadoras. Constituyen un paso más hacia visiones posthumanistas y transhumanistas (Haraway, Bostrom, Kurzwell) que plantean una relación híbrida entre humanos y sistemas artificiales, diluyendo las fronteras de lo humano y ampliándolas hacia conexiones emocionales que trascienden los límites biológicos.

Estas tecnologías pueden mejorar nuestra necesidad de apoyo emocional, hacernos sentir escuchados y comprendidos, y pueden ayudar a combatir la epidemia de soledad, creando además espacios seguros para personas con dificultades para establecer conexiones tradicionales (por ansiedad social, por aislamiento físico, o por cualquier otro motivo). Sin embargo, prudencia y reflexión deben acompañarnos en este camino. El riesgo de sustituir las irregulares pero irremplazables relaciones humanas por simulaciones perfectas o pretendidamente imperfectas, puede generar dependencia y atrofiar nuestras habilidades para manejar los matices de las interacciones humanas, para apreciar toda su riqueza y manejar sus miserias, sus fricciones y malentendidos y para llegar a los aprendizajes que conducen a las reconciliaciones. Todo lo que en definitiva permite que surjan conexiones genuinas y duraderas.

Enlazando con Seligman, padre de la Psicología Positiva, «las buenas vidas deben tener conexiones con algo más grande que nosotros mismos», es decir, para ser felices necesitamos un sentido de propósito que nos trascienda, ya lo encontremos en el bienestar de otros, en relaciones que aporten un significado compartido o formando parte de algo que perdure más allá de nuestra existencia individual.

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