¿Cuánto tiempo llevas en Telefónica y qué valoración haces de este tiempo aquí?
Ya llevo unos 23 años. Yo creo que algunos becarios de la compañía tienen esta misma edad, quizás por eso me siento ahora un poco como ellos, casi un recién llegado, un renacido. He vivido las mil telefónicas, todas ellas fascinantes, distintas, repletas de ideas y profesionales admirables. Nunca ha dejado de sorprenderme nuestra capaz de reinventarnos, de anticipar, de soñar la tecnología. Un aspecto que me maravilló siempre de Telefónica y que se mantiene es nuestra cultura de pensar a lo grande y de ir todos a una. Sin importar la responsabilidad ni el cargo. En Telefónica somos una especie de gran familia.
¿Hay algún proyecto en Telefónica del que te sientas especialmente satisfecho u orgulloso?
Diría que todos ellos me tocaron el corazón y las entrañas de alguna manera. Como no me gusta parecer un abuelo cebolleta quiero contar mi última aventura: estamos acelerando una aproximación especialista a la transformación digital en la industria entendiendo las particularidades del sector. Y esto implica un gran cambio, tanto de propuesta como de oferta, también de organización, mucho más transversal y eficaz, analizar qué necesitamos aprender (y aprenderlo) y en definitiva llegar a nuestros clientes con verdadero valor consultivo.
¿Qué crees que ha aportado Telefónica a la sociedad?
En términos generales prosperidad. Antes las poblaciones se asentaban en un cruce de caminos y necesitaban de un puente junto a un río o un puerto. Ahora necesitan de otras carreteras que sean virtuales, son las telecomunicaciones en el sentido más amplio. Y aquí está Telefónica. Las infraestructuras digitales españolas son modernas y han evolucionado (y son punteras en Europa) porque nuestros clientes siempre han confiado en nosotros para construirlas. Como se ve es algo recíproco. Y tenemos una misión relevante en este sentido: que la sociedad se comunique y progrese.
¿Dónde ves Telefónica en el futuro?
Soy muy optimista, aunque el reto es enorme. Los operadores de teleco seremos en poco tiempo “otra cosa” y justo ahora lo estamos descubriendo. Tuvimos la revolución de la automatización en los 80 y 90, la banda ancha y el móvil en las primeras décadas del s. XXI y ahora veo un futuro híbrido, con el dato explotado y custodiado por nosotros, a modo de integradores de servicios o de plataformas. Pero a la gente no le interesa todo esto, es algo más que el 5G o el 6G, es un tema de demostrarles que seremos esenciales en su digitalización.
¿Podrías vivir sin teléfono móvil?
¡Claro que sí! Es una mera herramienta y si no existiera… pues alguna otra habría. Pero nunca sin comunicarme.
Ayúdanos a resolver uno de los grandes enigmas de la humanidad: la tortilla de patata… ¿Con cebolla o sin cebolla?
Con cebolla, por supuesto. No podemos vivir la vida sin sus condimentos.
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Nomino a Mercedes Núñez Sánchez.
