¿Cuánto tiempo llevas en Telefónica y qué valoración haces de este tiempo aquí?
Pues la verdad es que tendría que hacer la cuenta. Voy a empezar con una pista para los que, como yo, tengan sus años. Cuando entré en la empresa se empezaba a desarrollar el servicio Moviline, consiguiendo hacerse un hueco entre el público en general. Era el momento en el que empezaba a verse cada vez más gente con su un móvil con antena retráctil que quedaba muy bien en la foto. Sí, estáis en lo cierto, estuve en el apogeo del 1G. Así que desde diciembre de 1995 estoy en esta casa, disfrutando de la experiencia de ser partícipe de un gran cambio de paradigma para toda una sociedad: la irrupción de la telefonía móvil en sus vidas. Mi trayectoria laboral ha estado siempre muy alineada al cliente móvil final, ya que he trabajado tanto en la planificación como la optimización de la red de acceso radio móvil. De “esos locos” que van por ahí decidiendo donde poner las antenas sobre las terrazas de los edificios o sobre torres en medio del campo, o van por las calles con varios teléfonos reproduciendo la calidad real percibida por los clientes. Han sido unos años muy intensos en los que los cambios han sido una constante y los requerimientos de nuestros usuarios cada vez eran mayores. Aunque algunos puedan pensar que ha sido una carrera de obstáculos siempre me he sentido rodeado de un gran capital humano que me ha acompañado en esta gran aventura. No solo incluiría a “nuestros telefónicos” sino también a algún cliente que me hizo sentir como uno más de la familia.
¿Hay algún proyecto en Telefónica del que te sientas especialmente satisfecho u orgulloso?
Es difícil elegir algo en particular porque, a pesar de trabajar en un ámbito pequeño de actuación (la red móvil) tanto funcional como geográficamente (la red móvil en algunas provincias andaluzas) los casos retadores han sido muchos. Permitid que me repita, pocas cosas se consiguen gracias a una sola persona. Conseguir la participación de varias personas a tu alrededor es siempre imprescindible para conseguir un buen resultado. Los proyectos que más me han ilusionado han tenido que ver con diseños de soluciones de cobertura y capacidad “suficientes para situaciones especiales”: metros subterráneos, grandes eventos, aglomeraciones puntuales de usuarios, etc. Son circunstancias en los que hay que sacar el máximo partido del equipamiento radio y se lleva hasta el extremo. Una experiencia retadora e inolvidable de cómo conseguir “un duro a cuatro pesetas”.
¿Qué crees que ha aportado Telefónica a la sociedad?
Aunque la primera palabra que me podría surgir a la mente sería “comunicación”, hay otra que tiene más peso desde mi punto de vista, “futuro”. Durante muchos años, Telefónica ha abanderado gran parte de los cambios sociales que han acaecido tanto en España como gran parte del mundo. Como ocurriera en caso del siglo de oro, en el imperio de Telefónica “no se ponía el sol”. Con esa visión global y diversa de un mundo cambiante, fue capaz de adaptarse a un mundo efervescente como el tecnológico, sin parar de reinventarse y seguir adelante. Aunque muchas empresas tecnológicas se quedaron por el camino, Telefónica siempre ha prevalecido. Desde mi humilde experiencia, creo que los empleados siempre hemos puesto el cariz humano a la tecnología. Al tratar con las personas a nuestro alrededor hemos palpado de primera mano las necesidades de nuestros clientes y hemos sabido modular un servicio que era más que una fuente de ingresos, una experiencia de vida.
¿Dónde ves Telefónica en el futuro?
Allí donde se encuentren sus usuarios, ya sean clientes o todos aquellos que se benefician de la labor social que lidera nuestra Fundación. Telefónica es sinónimo de cambio y adaptación. Telefónica es una empresa que ya no está atada simplemente a un cable o a una onda, sino que quiere, y debe, estar donde pueda aportar valor a sus usuarios. Telefónica debe configurarse como una empresa multiservicio, omnicanal y generadora de riqueza. El hecho de tener una gran variedad de clientes, hace que le resulte más fácil dilucidar que necesitan y cómo puede reinventarse para ofrecer lo que la sociedad solicita de ella. Solo el que hace algo útil por la sociedad tiene la posibilidad de sobrevivir en este mundo tan cambiante.
¿Podrías vivir sin teléfono móvil?
Como diría el famoso locutor: “me encanta que me hagas la pregunta”. Teniendo en cuenta que cuando casi nadie tenía móvil, a mí me dieron uno nada más entrar en la empresa y “sin pagar por las llamadas”. Así que mi historia de amor con el teléfono móvil viene de lejos, la friolera de 5 tecnologías diferentes y casi 28 años. Sin embargo, eso no significa que tenga clara que no deja de ser una herramienta. Sí, muy útil y casi imprescindible cuando quieres hacer cualquier tipo de gestión de nuestra vida diaria. Pero eso no significa que sea más importante esa pantalla de 5 o 6 pulgadas de un terminal que la persona que tienes enfrente. La comunicación solo tiene sentido entre las personas si las conecta cuando están lejos. Pero si la tienes justo delante, mejor te guardas el smartphone en el bolsillo y disfrutas de la compañía de las personas.
Ayúdanos a resolver uno de los grandes enigmas de la humanidad: la tortilla de patata… ¿Con cebolla o sin cebolla?
La tortilla siempre tendrá un denominador común: el huevo. Al ser un poco barroco no me conformo con la típica tortilla de patatas a secas. Soy de añadirle pimientos verdes más que cebolla. La da un toque de color y sabor muy característicos. Eso no quita que la tortilla de habas, sesos, jamón, atún y una larga lista no merezcan estar en el podio.
Nomina a otro compañero para aparecer en esta sección
No sé si alguno querrá estar aquí porque esto de aparecer en el candelero es algo muy especial. Hay tantos buenos profesionales que uno no sabe a quién elegir y, sobre todo, quién dejar atrás. Voy a apuntar a tres grandes personas, sin que los demás se me enfaden: José Manuel Álvarez Díaz, Rocío Guerra Jimenez y Roberto Agudo Flores.
