La bondad como estrategia para crear valor en los equipos

Hace unos días, mientras iba en mi coche escuchando un podcast camino a casa después de la oficina, reflexionaba sobre el tema del podcast, donde se hacen una pregunta…

Daniela Paz Muñoz Seguir

Tiempo de lectura: 4 min

¿Qué es innegociable en tus equipos de trabajo? Una de las respuestas que más me llamo la atención fue “Las personas que no actúan con bondad” y dándole vueltas en mi cabeza me hice una pregunta: ¿Cómo impacta la bondad en la gestión de proyectos?

En mi día a día en mi rol como delivery mánager una de las principales responsabilidades que tengo no es solo asegurar que las entregas sean a tiempo y con calidad, sino también construir equipos sólidos, agiles, motivados y alineados con el propósito del negocio.

Desde siempre en la gestión de proyectos, y especialmente en el mundo digital o de productos digitales, cuando el mundo evoluciona hora a hora, tenemos una tendencia para medir el éxito… y son los famosos “entregables” que se deben cumplir en plazo y con una eficiencia operativa desbordante… Desde mi punto de vista existe este factor llamado “bondad” que no siempre miramos y que puede marcar la diferencia en la calidad de los resultados.

Siempre es bueno aclarar que tener un enfoque de bondad no significa, ser blando en las decisiones en la gestión del proyecto… si no es ser consciente en que las personas son el corazón de cualquier proyecto.

¿Cómo se traduce la bondad en la gestión de equipos?

No se trata solo de ser amable o de decir «buenos días” con una sonrisa (aunque eso desde mi punto de vista ya ayuda). La bondad en un equipo se manifiesta en acciones concretas y por eso para mi lo importante es:

No se trata solo de escuchar, sino de entender las necesidades individuales y colectivas del equipo, un delivery manager que conoce a su equipo no solo a nivel profesional, sino también en lo personal, logra identificar señales de desgaste, frustración o desmotivación antes de que se conviertan en problemas mayores.

La bondad no significa evitar conversaciones difíciles, sino abordarlas con respeto y enfoque en el crecimiento. La retroalimentación no es solo señalar lo que falta, sino también reconocer lo que funciona.

Saber cuándo un equipo está sobrecargado y actuar a tiempo para que esa carga no sea un problema, es un acto de bondad. No todo se trata de cumplir plazos a cualquier costo.

No solo los grandes hitos cuentan; el reconocimiento constante construye equipos motivados. Los pequeños avances también cuentan. Un equipo que se siente reconocido mantiene altos niveles de motivación y energía.

Un equipo que se siente seguro psicológicamente es un equipo que se atreve a innovar, que colabora mejor y que asume la responsabilidad de sus tareas con mayor compromiso. Y ahí es donde el Delivery Manager puede marcar la diferencia.

Uno de los mayores desafíos de un delivery manager es ser responsable de múltiples proyectos en paralelo y muchas veces es necesario delegar la gestión de una de las iniciativas o dependencias claves, a mí personalmente en lugar de hacerlo con recelo o con la sensación de que podría perder control, decido actuar con confianza y generosidad.

Siempre confió genuinamente en la persona en la que delego la dependencia, en lugar de microgestionar o pedir informes constantes, le doy autonomía real para liderar el track que se está gestionando.

Compartir información valiosa sin reservas y no retener documentos y contactos, es otra estrategia que me gusta hacer, no necesito tener esa información para «mantener el control», esa información es necesaria para que la persona pueda avanzar sin depender de mí.

Ofrecer apoyo sin interferir, para mi es muy importante que mi equipo sepa que estoy disponible si necesita mi orientación, pero sin intervenir a menos que me lo pidan. Esto a veces cuesta, pero es necesario.

Reconocer públicamente el rol de cada integrante del equipo es fundamental, cuando hay avances y logros, es clave destacar el trabajo asegurando que reciba todo el reconocimiento por sus esfuerzos.

Algo que a muchas personas les cuesta por el miedo a perderse algo, es aceptar que no es necesario saber todo en tiempo real, en lugar de querer estar en cada detalle o en cada reunión, confió en que recibiré la información clave cuando sea relevante.

En un mundo donde el éxito muchas veces se mide en KPIs y métricas, la bondad puede parecer un factor intangible. Sin embargo, su impacto se refleja en la retención de talento, en la disminución de conflictos internos, en la eficiencia del trabajo en equipo y, por supuesto, en la calidad de las entregas.

Como Delivery Managers, tenemos la oportunidad de transformar la manera en que los equipos trabajan. Apostar por la bondad no es una opción sentimental, es una estrategia de liderazgo efectiva que, bien aplicada, se traduce en equipos más comprometidos y en proyectos más exitosos.

La bondad no es debilidad. Al contrario, en un mundo donde las relaciones laborales a veces se vuelven frías y mecánicas, es una ventaja competitiva.

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