Hoy en día, aprender idiomas desde la comodidad de tu hogar se ha convertido en algo normal. Es más, este aprendizaje trasciende ya los límites del habla inglesa, pudiendo estudiar cualquier otra lengua de uso menos masivo, sin necesidad de hacer la maleta.
La tecnología, en distintos formatos y de forma paulatina, ha sido artífice de esta evolución idiomática. Lo que en un principio fue un complemento a la enseñanza tradicional de idiomas es ahora, de forma paradójica, una herramienta de inmersión in-house.
Basándonos en esto, podemos afirmar que la tecnología ha supuesto una revolución sin precedentes en el ámbito del aprendizaje de idiomas. Ha eliminado barreras geográficas, pero también económicas, democratizando el acceso al multilingüismo, antes restringido a unos pocos.
Una simple conexión a internet: una ventana al mundo, a su diversidad cultural y pluralidad lingüística
Son muchas las formas en que la tecnología nos facilita el aprendizaje de lenguas extranjeras. Pone a nuestra disposición herramientas digitales, aplicaciones, plataformas en línea y por supuesto todo el potencial de la inteligencia artificial.
Además, posibilita una enseñanza de idiomas cien por cien personalizada, al gusto del consumidor, flexible y auténtica. Tú decides dónde, cuándo y cómo. Puedes valerte de traductores instantáneos que procesan el lenguaje natural, de herramientas de reconocimiento de voz que te ayudarán a mejorar tu pronunciación, de clases diseñadas en el momento para ti, según tus necesidades de tiempo, nivel o contenidos. Y por supuesto puedes mantener conversaciones con nativos (no siempre humanos).
¿Imaginas poder viajar a Londres una hora al día, entrar en sus comercios, escuchar a sus gentes, patear sus calles… y luego darle al stop y volver a tu sofá de forma instantánea? Pues, deja de imaginar porque esta vivencia contextual del idioma también es posible con un uso combinado de realidad virtual y aumentada.
Está claro que la experiencia real siempre superará a la virtual, pero siendo la primera más costosa en todos los aspectos, la segunda es una más que válida aproximación.
Como dejé caer al comienzo de este artículo, en el aprendizaje actual de idiomas, hay vida más allá del inglés.
Cierto es que el idioma anglosajón es un must para los perfiles profesionales actuales, pero de unos años a esta parte, convive con nosotros de tal forma que las nuevas generaciones experimentan su aprendizaje de forma más natural, es casi su segunda lengua “por defecto”.
Esto, junto con las facilidades ya comentadas que la tecnología nos ha traído en este ámbito, ha hecho que nuestro interés hacia otros idiomas sea creciente. El francés, el alemán… pero también el chino, el ruso, el japonés o el árabe han ganado adeptos, y junto con el aprendizaje de estos idiomas la cultura de sus países de origen traspasa fronteras.
Conclusiones
Según todo lo expuesto, como en tantos otros ámbitos, la tecnología se ha convertido en nuestra mejor aliada, maximizando la imprescindible capacidad de comunicación entre humanos y facilitando la construcción de sólidos puentes entre las diferentes culturas del mundo digital actual, tan globalizado como plural.







