«El voluntariado cambió el rumbo de mi vida»

Yo apenas sabía lo que era ser voluntario, en los juegos olímpicos de Barcelona, ciudad donde nací, pedían voluntarios, pero yo por aquel entonces era muy pequeño, tampoco tenía muy claro en qué consistía lo de ser voluntario.

Voluntariado_ Alberto Pordomingo
Foto de Alberto Alfonso Pordomingo

Alberto Alfonso Pordomingo Seguir

Tiempo de lectura: 3 min

Nada más entrar a trabajar en Telefónica, por aquel entonces en 1997, conocí Voluntarios Telefónica. El comité de acción local se encargaba de coordinar acciones de voluntariado allí donde existieran necesidades y donde los empleados podíamos colaborar y dedicar tiempo y esfuerzo a proyectos sociales. Me pareció de lo más interesante y me apunté con la intención de aportar en lo que pudiera.

En muchas ocasiones las necesidades venían de los propios empleados, que presentaban algunas propuestas al conocer de cerca algunas realidades. Existía un equipo coordinador de Voluntarios, de los que recuerdo a la maravillosa Pilar Rodelgo y al entrañable Ricardo Esteban, con el que me une hoy en día una gran amistad aparte de que sigue siendo parte del alma de Voluntarios Telefónica.

Lo primero que me cautivó fue el enorme corazón de las personas que formaban el equipo de voluntarios. Personas dedicadas, entrañables y volcadas a ayudar allí donde se les necesitara.

Ese sentimiento me ha acompañado en los más de 28 años que llevo en Telefónica al lado de Voluntarios.

Es curioso, pero siempre que me separo del equipo de Voluntarios o finaliza una de nuestras acciones recorre por mi mente la misma sensación de añoranza, una sensación de vacío, de quedarme solo. Es tal el nivel de amor y cuidado que tienen estas personas que al separarte del grupo vitamina, te sientes solo como una gota en el océano, tal hijo huérfano. No sé si os logro trasmitir la sensación, pero es fuerte y algo desgarradora, imaginaros el nivel de excelencia de estas personas.

Empecé colaborando en acciones locales en Barcelona, en proyectos con niñas y niños con discapacidad, en recogidas de alimentos, con el reciclaje de medicamentos para el banco farmaceútico, de teleoperador en la Gala Inocente, etc.

El punto de inflexión fueron las vacaciones solidarias. Tras pasar la selección pude  pasar tres semanas en el remoto pueblo de Tenguel en Ecuador junto a otros voluntariados de otras operadoras del grupo Telefónica.

La experiencia fue vibrante, Tenguel, viene de “ten hells”, nombre que le pusieron los americanos al lugar. En el verano de 2009 llegamos los Voluntarios Telefónica a la escuelita Saraguro capitaneada por Doña Victoria. Fue una de las experiencias mas bonitas de mi vida, en la que participéjunto a Sandra Iturri, empleada también de Telefónica España.

Al inicio nos abrumó la inmensidad de la necesidad, luego nos centramos en lo que podíamos aportar y lo mejor fue la experiencia tan vital que vivimos, al conocer realidades tan diferentes a las nuestras y sobretodo haber podido contribuir a crear su primera biblioteca en el colegio.

No os imagináis el trajín que montamos en el aeropuerto de Barajas con el equipaje, llevábamos decenas de maletas extra, autorizado por Iberia, para llevarles el material que necesitábamos para los talleres que organizamos.

Después de Tenguel, vino Chiclayo en Perú,en este caso en el Colegio Cristo Rey. Una de las conclusiones a las que siempre llego con los voluntariados es que recibes mucho más de lo que das, es paradójico pero muy real.

El equipo de voluntarios era tan fuerte que hasta nos vimos con ganas de organizar una comida solidaria para Navidad en Barcelona, llegamos a celebrarla en el Palau Nacional de Montjuic. Siempre hemos roto barreras y superado nuestros propios límites, somos un equipo fuerte, trabajador, inteligente y unido.

Tal implicación social me hizo pensar en que podía hacer yo además de ser voluntario, y después de pasar también como voluntario por la European Campus Party como “Roving Reporter” de Telefónica, me lancé a crear mi propia ONG con un grupo de voluntarios también comprometidos.

Voluntarios Telefónica, es mucho más que un simple voluntariado, la camiseta que se lleva con mucho orgullo porque hemos sido capaces y somos de cambiar muchas realidades gracias a pequeños gestos de muchas personas.

Desde aquí mi reconocimiento a todas las personas que forma desinteresada colaborar de forma voluntaria a hacer este mundo más humano, sin duda, merece la pena, anímate y participa y voluntario no solo se es el día del voluntariado, se es siempre.

Compártelo en tus redes sociales


Medios de comunicación

Contacta con nuestro departamento de comunicación o solicita material adicional.

Background formBackground form mobile

Suscríbete al blog de Telefónica

Por ejemplo, [email protected]

close-link