Reúne experiencia en seguridad corporativa, protección cibernética, inteligencia sobre amenazas y gestión de riesgos empresariales, incluidas evaluaciones de riesgos de terceros de proveedores y activos críticos. El departamento también gestiona sistemas de gestión de crisis y continuidad del negocio para minimizar las interrupciones operativas y mitigar los graves impactos financieros, al tiempo que proporciona orientación estratégica, procesos y comunicación para fortalecer la resiliencia y la postura de seguridad general de la empresa.
La importancia de la resiliencia
La importancia de la resiliencia ha crecido significativamente en los últimos años. Este cambio se debe no solo a la creciente amenaza de los ciberataques globales, sino también a la evolución de las normas industriales, como la ISO 22301 y la ISO 27001, o a la nueva legislación, como la directiva NIS2 de la UE o la TKG (Telekommunikationsgesetz) de Alemania. Más allá de las presiones normativas, los acontecimientos mundiales —desde las pandemias y el cambio climático hasta las tensiones geopolíticas y los rápidos avances tecnológicos— han puesto de relieve la necesidad de que las empresas desarrollen estrategias de resiliencia sólidas. El objetivo ya no es la mera supervivencia, sino la capacidad de salir fortalecidos de las adversidades.
La resiliencia es un concepto multifacético. Abarca la resiliencia operativa, que se centra en el mantenimiento de los procesos empresariales; la resiliencia financiera, que garantiza la estabilidad económica; y la resiliencia tecnológica, que protege la infraestructura de TI y NT. Pero la resiliencia también incluye dimensiones más intangibles: una plantilla fiable, adaptable y consciente de la seguridad, un liderazgo sólido y la capacidad de gestionar la reputación durante las crisis son igualmente fundamentales.
Gestionar estos diversos aspectos de la resiliencia puede ser un reto. Un enfoque práctico consiste en aplicar el ciclo PDCA (Planificar, Hacer, Verificar, Actuar). Esto significa desarrollar planes integrales de continuidad del negocio y gestión de crisis, implementar infraestructuras y procesos sólidos, supervisar los riesgos y los indicadores de rendimiento, y adaptarse continuamente en función de los conocimientos y los resultados de las auditorías. El compromiso del liderazgo y la implicación de los empleados son esenciales para garantizar que estos planes no solo se creen, sino que se ejecuten de forma eficaz.
Las organizaciones resilientes suelen compartir rasgos comunes. Adoptan la mejora continua, practican una gestión proactiva de los riesgos y fomentan una comunicación transparente. Estas cualidades empoderan a los empleados, generan confianza entre las partes interesadas y permiten a las empresas recuperarse rápidamente de las interrupciones.
El fortalecimiento de la resiliencia requiere una base sólida. Esto incluye un sistema de gestión bien integrado con políticas claras, procesos definidos, salvaguardias tecnológicas y un marco de supervisión sólido. La colaboración entre departamentos y la comunicación transparente son fundamentales para recopilar información y crear redes. Las iniciativas de formación y sensibilización refuerzan aún más la resiliencia al preparar a los empleados para responder de manera eficaz en situaciones críticas.
A medida que la resiliencia sigue evolucionando como un requisito estratégico, las organizaciones deben integrarla profundamente en su cultura y sus operaciones.
En Telefónica Alemania, la resiliencia es más que una medida de protección: es un facilitador estratégico del crecimiento sostenible y la innovación. Con Business Resilience as OneSecurity, la empresa no solo está preparada para afrontar la incertidumbre, sino que está posicionada para prosperar en ella. En un mundo en constante cambio, la resiliencia es la base del éxito a largo plazo.








