¡Entrena tu músculo del futuro!

¿Cómo puedes prepararte para el futuro? Hay formas prácticas de prepararse para lo inesperado. Se basan en gran medida en anticipar lo que es posible. No se trata de predecir el futuro, algo que no podemos hacer, sino de ver la incertidumbre como una oportunidad y darle forma de manera activa. En lugar de esperar pasivamente a que se produzcan nuevos acontecimientos, este enfoque te permite ser curioso, abierto y creativo sobre los posibles futuros.

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Sven Tollmein Seguir

Tiempo de lectura: 5 min

El futuro ya no es lo que solía ser

La vida media de las predicciones se ha desplomado, los planes quinquenales parecen anticuados y «a largo plazo» ahora significa el próximo trimestre. Sin embargo, paradójicamente, pensar en el futuro nunca ha sido tan valioso, no para predecirlo, sino para prepararse para múltiples versiones del mismo. Pero hemos perdido nuestra capacidad de prever el futuro porque llevamos una mochila con nuestro pasado y estamos sesgados por los acontecimientos actuales. Ambos crean una especie de jaula mental cuando pensamos en el futuro, a diferencia de los niños, que creen que todo es posible. Tienen un «músculo del futuro» superfuerte.

El futuro es ahora: por qué es más importante que nunca

En un mundo definido por cambios exponenciales, crisis globales y una complejidad cada vez mayor, la capacidad de mirar más allá de lo que tenemos delante es crucial. La pandemia de COVID-19 es un buen ejemplo de ello. Las empresas que solo se basaban en previsiones a corto plazo tuvieron dificultades para adaptarse. Sin embargo, aquellas que cultivaron una cultura de preparación para el futuro fueron más capaces de ajustarse a las nuevas condiciones y desarrollar nuevos modelos de negocio. Comprometernos activamente con el futuro nos permite ver los retos no como amenazas, sino como oportunidades. Nos ayuda a actuar de forma proactiva en lugar de limitarnos a reaccionar. Una persona que considera los posibles efectos de la IA en el mercado laboral puede buscar de forma proactiva formación adicional y aprender nuevas habilidades.

Tres enfoques para prepararse para el futuro

  • ¡Todo es cuestión de probabilidades! Analizar datos y tendencias le ayuda a detectar los cambios de forma temprana. Esto es especialmente útil para descubrir cambios e influencias fuera de su propia perspectiva. En un contexto empresarial, por ejemplo, podrían ser novedades en otros mercados que también podrían influir en el suyo. Un ejemplo clásico es observar los cambios directamente en sus clientes, lo que puede tener un impacto en muchos aspectos. Esta fase le ayuda a centrarse en lo que es más probable que suceda.
  • De lo visible a lo posible. Dado que normalmente vemos los desarrollos visibles de forma subjetiva y los percibimos a través de nuestros propios patrones de pensamiento, este enfoque consiste en adoptar una perspectiva que vaya más allá de lo obvio. Se cuestionan conscientemente las suposiciones y se buscan perspectivas que no encajan en los patrones de pensamiento habituales. La diversidad, como gran poder, también te empuja más allá de lo obvio al buscar activamente perspectivas que desafíen tu visión del mundo. La magia ocurre cuando invitamos a voces que nos incomodan: el colega de la Generación Z que cuestiona todo nuestro modelo de negocio, o alguien de un origen cultural diferente que pregunta «¿por qué es esto lo habitual?». No son distracciones, son señales de futuros que aún no hemos imaginado. Una pregunta fácil y útil aquí es «¿Y si…?» Por ejemplo, ¿Y si Internet se detuviera durante un día?
  • El ajuste continuo refuerza la percepción del futuro. Cuestionas continuamente tus propias suposiciones y experiencias. ¿Qué sucedió o no sucedió, y si es así, cómo? ¿Qué nuevos conocimientos has adquirido? Este proceso te ayuda a mantenerte flexible y a adaptarte rápidamente a nuevas situaciones. Esta reflexión crea un ciclo que te prepara para dominar mejor los retos futuros.

Un enfoque líder: el marco de la UNESCO

La UNESCO es una de las organizaciones más importantes que trabaja para promover la «alfabetización para el futuro», un concepto muy conocido del trabajo futuro. Ha reconocido que la capacidad de pensar en el futuro es una habilidad fundamental para hacer frente a los retos globales. La UNESCO promueve este concepto en los sistemas educativos, los gobiernos y las empresas. Sostiene que esta capacidad ayuda a las personas a abordar los retos de la digitalización, el cambio climático y otros problemas complejos. El marco de la UNESCO hace hincapié en la necesidad de pensar en «futuros» en plural. No hay un único futuro predeterminado, sino una variedad de futuros posibles que dependen de las decisiones que tomemos hoy. Al considerar diferentes escenarios, puedes moldear conscientemente el futuro que deseas. Puedes encontrar más información sobre la UNESCO aquí: Alfabetización para el futuro de la UNESCO

Integra fácilmente la preparación para el futuro en tu vida diaria

Trabajar con el futuro no es ni debe seguir siendo una teoría abstracta. Es una habilidad práctica que todo el mundo puede entrenar en su vida diaria. Aquí tiene algunos pequeños ejercicios:

  • Cuestione sus suposiciones: pregúntese regularmente «¿por qué lo hacemos así?». Al cuestionar las rutinas y los hábitos, se abre a nuevas formas de pensar.
  • Busca «señales débiles»: presta atención a los pequeños acontecimientos inusuales. Una publicación inusual en las redes sociales o una tecnología nicho podrían ser un indicador temprano de un gran cambio. Una vez es un accidente, dos veces es una coincidencia, tres veces es una pauta.
  • Piensa en escenarios: en lugar de centrarte en una única previsión, crea diferentes escenarios: ¿Y si…? ¿Cuál es el mejor escenario posible? ¿Y el peor? ¿Y el más inesperado?
  • Experimenta: prueba cosas nuevas, incluso fuera de tu zona de confort. Aprende una nueva habilidad, lee un libro sobre un tema que nunca te ha interesado o habla con personas que tienen puntos de vista completamente diferentes a los tuyos.

Desarrollar tu propia preparación para el futuro es un viaje, no un destino. Es la capacidad de lidiar con la incertidumbre y de moldear activamente el futuro. Al desarrollar esta habilidad, no solo estarás mejor preparado para el futuro, sino que también podrás ayudar a moldearlo de forma activa y consciente. La preparación para el futuro no se construye solo en talleres, sino a través del entrenamiento diario. ¡Así que empecemos a entrenar nuestro músculo del futuro!

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