- El desarrollo sostenible se trata de un equilibrio complicado desde las perspectiva económica, social o ambiental con el que garantizar un porvenir equitativo y viable.
- El término adquirió especial relevancia con la publicación en 1987 del Informe Brundtland.
- Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible fueron aprobados por la ONU en el año 2015.
¿Qué es el desarrollo sostenible?
Tal y como explica la ONU, el desarrollo sostenible implica una sociedad en la que “todo el mundo tiene acceso a un trabajo digno, una atención sanitaria y una educación de calidad”.
Un concepto que es ejemplificado como un complicado equilibrio puesto que “una economía, por ejemplo, puede crecer con rapidez, pero solo durante un tiempo si la mayoría de la gente continúa siendo pobre y se agotan todos los recursos naturales”.
En esencia, el desarrollo sostenible tiene que ver con la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer el futuro de las generaciones venideras, englobándose en ellas las dimensiones económicas, sociales o ambientales que puedan ayudar a garantizar la existencia de un porvenir no solo equitativo, sino incluso directamente viable.
¿Cuál es el origen del desarrollo sostenible?
Aunque existen una serie de precedentes encaminados a tener en cuenta lo que engloba el concepto de desarrollo sostenible, el Informe Brundtland -oficialmente conocido como “Nuestro futuro común”- es el gran impulsor de tener que considerar el desarrollo sostenible como una política de estado.
Un informe que puede consultarse íntegramente en la web de Naciones Unidas.
¿Cuándo se publicó el Informe Brundtland?
En agosto de 1987 se publicó ese documento en el que se definía la sostenibilidad como lo que permite “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades propias”.
¿De dónde procede el nombre?
El nombre proviene de Gro Harlem Brundtland (1939), ex primera ministra de Noruega y encargada de presidir la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas entre los años 1983 y 1987.
Esta comisión también fue conocida como Comisión Brundtland y se encargó de abordar el impacto de las políticas de desarrollo económico y proponer estrategias orientadas a conseguir un desarrollo que no agote los recursos futuros, como ya hemos mencionado anteriormente.
La Comisión Brundtland y su consiguiente informe homónimo sentaron las bases para los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio), ocho propósitos de desarrollo humano fijados en el año 200 y con un horizonte de cumplimiento fijado para 2015.
Puesto que los ODM son los precursores de los ODS, podría establecerse que también estos hallan parte de su base en el Informe Brundtland. Conozcamos más sobre estos objetivos cuyo horizonte está en 2030.
¿Qué son los ODS?
Como de su propio nombre se puede deducir, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (también conocidos como ODS) están íntimamente relacionados con el desarrollo sostenible.
Pero ¿qué son los ODS?
Estos 17 Objetivos fueron aprobados en el año 2015 por la Asamblea General, uno de sus órganos principales de Naciones Unidas, y nacieron con la vocación de construir un futuro sostenible estando interrelacionados entre ellos e incorporando desafíos globales como la justicia, el clima, la desigualdad, la pobreza o la degradación ambiental.
Telefónica y los ODS
El compromiso de Telefónica con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 se enmarca dentro de la estrategia ESG de la operadora para construir un futuro más verde y ayudar a la sociedad aprovechando el poder de la digitalización.
Desde que fueron lanzados los ODS, la compañía ha ido analizando cómo contribuye a ellos.
Con el objetivo de impulsar una conectividad global y accesible, Telefónica está especialmente centrada en el ODS 9 con el foco puesto en la reducción de la brecha digital mediante la promoción de proyectos de inclusión digital.
Podríamos resumir el compromiso de la compañía con la Agenda 2030 en construir un futuro más verde aprovechando la digitalización para frenar el cambio climático, ayudar a promover el progreso social y económico a través de la digitalización responsable y liderar con el ejemplo manteniendo niveles estrictos de supervisión de la gobernanza para generar confianza.







