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La ciberseguridad en la pequeña y gran pantalla: en qué aciertan y qué exageran

La ciberseguridad se ha convertido en uno de los grandes temas de café, reunión con amigos o comidas familiares, ¡todos llevamos por necesidad un pequeño hacker dentro!

María Domínguez Álvarez

 Y es una realidad, porque cada vez dependemos más de sistemas digitales y, con ello, los ataques informáticos han pasado de ser un problema de nicho a una amenaza que nos tiene que preocupar a todos.

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Esto lo saben bien al otro lado del charco, y el cine y las series se han lanzado a retratar hackers y guerras digitales. Pero como suele ocurrir con Hollywood, ser fiel a la realidad a veces queda en segundo plano frente al espectáculo, así que en este artículo repasamos qué aciertan y qué exageran en tres producciones muy diferentes entre ellas.

Empecemos por Mr. Robot: la excepción realista

Si hay una serie que los profesionales de la ciberseguridad solemos recomendar como “la más realista”, es Mr. Robot. Además, es entretenida y no deja a nadie indiferente. Seguro que más de un telespectador ha tomado el camino profesional de la ciberseguridad gracias a ella.

Pero esto no es casualidad, Sam Esmail, su creador, se asesoró con expertos y cuidó hasta el mínimo detalle. Aquí no vemos a un hacker escribir una línea de código mágica que en dos segundos corrompe barreras de seguridad digital. En lugar de eso, aparecen técnicas auténticas como social engineering, phishing, keyloggers o el uso de software o herramientas como Linux o Metasploit.

Si nos centramos en el personaje principal, Elliot, lo describen como una persona aislada socialmente, obsesa  por el control y con un sentimiento de lucha contra grandes corporaciones. Elliot actúa bajo lo que considera moralmente correcto, eso sí, saltándose la legalidad por lo tanto, es un cibercriminal en su tiempo libre y un hacker ético de profesión ¿Son así los expertos en seguridad informática? Pues como en cualquier ámbito, unos sí y otros muchos no.

¿Qué podemos considerar un acierto? La precisión técnica y buen reflejo de la mentalidad hacker. Y si miramos la exageración,en la vida real, romper la seguridad, especialmente en grandes corporaciones es complicado, caótico y menos cinematográfico.

Vamos con un poco de nostalgia millennial con Hackers (1995): moda y clichés noventeros

Un clásico de culto, más por su estética que por su rigor. Hackers nos muestra a un grupo de adolescentes con chaquetas de cuero fluorescentes, que entran y salen de sistemas como si fueran videojuegos. La mayor parte del tiempo, los protagonistas tienen más estilo que lógica, pero sacan un tema interesante que hoy en día sigue dando de qué hablar: las contraseñas simples (como  “amor” o “secreto”) pueden poner  patas arriba sistemas informáticos.  El protagonista, Dade Murphy, más conocido por su alias “Crash Override” o “Zero Cool”  es capaz de tumbar redes enteras con interfaces gráficas que parecen más sacadas de Regreso al futuro que de la realidad.

¿Qué podemos considerar un acierto? Seguramente el retrato cultural de la época y que probablemente la película sí captó el espíritu de la comunidad hacker de los 90: jóvenes rebeldes, curiosos, aburridos (recordemos que no había móviles ni redes sociales) y con ganas de desafiar al sistema. Podemos considerar exageración casi todo lo técnico, ya que tiene poca precisión, desde los gráficos tridimensionales hasta la velocidad de los hackeos.

La más surrealista: Blackhat (2015), el hacker estereotipo hollywoodense

Si te gusta el cine de acción, esta película es una mezcla de hackeo con persecuciones, balazos y escenas de vértigo.  Chris Hemsworth, encarna a Nicholas Hathaway, un cibercriminal encarcelado por delitos de piratería y delitos informáticos, que el gobierno necesita para frenar un ciberataque global.

La película mezcla conceptos reales, como ataques a infraestructuras críticas, colaboración entre agencias internacionales y uso de malware avanzado con tópicos típicos de Hollywood: un hacker musculoso, que sabe utilizar armas y escenas de acción que poco tienen que ver con estar sentado frente a un teclado, pero evidentemente le dan el toque de emoción a la película.

¿Qué es un acierto?  Mostrar que algunos ciberataques pueden tener consecuencias físicas y económicas enormes. Y si nos fijamos en la exageración: un hacker que parece más un agente secreto que un analista informático con una velocidad de hackeo que es poco realista.

Después de este pequeño repaso por la pequeña y la gran pantalla, ¿qué podemos concluir?

El cine sobre hackers y ciberseguridad busca entretener claramente, no busca dar clases de concienciación o de seguridad informática, aunque sí encontremos referencias rigurosas. La parte mala, es que gracias a guionistas imaginativos, el público en general piensa que los hackers son personajes carismáticos o incluso al contrario, personas con dificultades para relacionarse socialmente, capaces de hacer cualquier cosa, cuando en realidad están limitados por conocimientos, recursos y tiempo. Hollywood juega a que es un mundo muy desconocido para la mayoría de los mortales y crea un espectáculo muy entretenido.

Quizá la lección más valiosa es que el cine puede distorsionar la técnica, pero acierta en mostrar que, al final, quien domina la información, tiene un gran poder en sus manos.

Para terminar, un tironcillo de orejas a la industria audiovisual: ¿y las mujeres protagonistas? Las mujeres expertas en ciberseguridad, también existimos y sería una gran idea para atraer al público femenino que haya protagonistas mujeres en roles más técnicos. Además, de las tres producciones examinadas, solo Mr. Robot pasa por los pelos el Test de Bechdel, que evalúa si una obra muestra al menos dos mujeres con nombre propio y que hablen entre sí de algo que no sea un hombre.

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