La tecnología Blockchain ayuda a consolidar la moneda virtual y la solidaridad real
Sal, oro, dólares o bitcoins. Desde que el ser humano empezara a utilizar el sistema de trueque hasta la creación de las primeras monedas, pasando por el uso de los metales preciosos hasta las monedas virtuales, el modelo de dinero ha cambiado radicalmente y su evolución ha sido una constante. Ahora, gracias a la llegada de las nuevas tecnologías a todos los ámbitos, vuelve a dar una vuelta de tuerca con la creación de la moneda virtual.
Sal, oro, dólares o bitcoins. Desde que el ser humano empezara a utilizar el sistema de trueque hasta la creación de las primeras monedas, pasando por el uso de los metales preciosos hasta las monedas virtuales, el modelo de dinero ha cambiado radicalmente y su evolución ha sido una constante. Ahora, gracias a la llegada de las nuevas tecnologías a todos los ámbitos, vuelve a dar una vuelta de tuerca con la creación de la moneda virtual.
Las primeras transacciones económicas se basaron en un sistema de intercambio de productos y mercancías como animales, cereales o sal. Después, llegó el concepto de las monedas acuñadas con metales preciosos como cobre, plata y oro, para dar valor a esas mercancías. Impulsadas especialmente por griegos y romanos. Estas monedas comenzaron a estandarizar el valor de las cosas, un concepto que evolucionó hasta la consolidación del patrón oro que, desde finales del siglo XIX, rige hoy en día los sistemas monetarios.
En definitiva, el dinero es aquello que se usa como medio de pago y que además está regulado por mecanismos institucionales creados para ello. Pero con la llegada de las nuevas tecnologías a todos los sectores y ámbitos de la sociedad, la forma de generar riqueza también ha cambiado.
El despegue de Internet
A mediados de los años 90 las empresas en internet empezaron a copar éxitos en las páginas de información económica. Este mercado estalló para terminar desplomándose en el año 2000 dando nombre a la crisis de las puntocom. Pero todo este tsunami económico, vino acompañado de un importante crecimiento tecnológico capaz de impulsar lo que hoy conocemos como dinero electrónico. Comenzaba así la expansión de un instrumento financiero que permite realizar pagos y transferencias con un dispositivo electrónico, tal y como define el Banco de España, y que en la actualidad prácticamente todo el mundo utiliza sin importar dónde o cuándo.
Consiste en almacenar el dinero físico en una cuenta corriente de una entidad bancaria, en cualquier soporte electrónico o cualquier otro dispositivo, y es perfecto para realizar pagos online a través de dispositivos como un ordenador o un smartphone, así como pequeñas cantidades. Esto ha supuesto una gran ventaja para el desarrollo de otras formas de consumir productos y servicios como la compra online.
Base tecnológica y segura
La criptomoneda es, por excelencia, la gran revolución de los mercados financieros. Este tipo de dinero es virtual, es decir solo existe en internet y, al igual que hay distintas divisas como dólar estadounidense, el euro o el yen japonés, también existen distintas criptomonedas, desde el famoso bitcoin, que se lanzó por primera vez en 2009 con poca repercusión en sus primeros años, hasta ethereum o dogecoin.
De momento, no están reguladas ni emitidas por ningún organismo oficial, como las monedas lanzadas por Facebook, y ya algunos países como China están limitando su uso. Pero, a pesar de que no cuentan con un respaldo oficial, si cuentan con un fuerte respaldo tecnológico ya que se basan en el desarrollo de la tecnología Blockchain y la Inteligencia Artificial.
El término Blockchain engloba un conjunto de tecnologías que permiten registrar de forma segura información y replicarla de forma consensuada, creando copias sincronizadas, y garantizando mediante criptografía que los datos una vez registrados no se pueden modificar o eliminar. También permite que cada transacción utiliza un sistema de cifrado de seguridad compartido, lo que garantiza tener un control de cada movimiento. ¿Que se consigue con ello? Que un activo digital no pueda ser falsificado o transferido varias veces.
Todo ello unido a la capacidad que ofrece la Inteligencia Artificial de analizar una gran cantidad de datos y ayudar en la toma de decisiones, ha hecho que los propios bancos centrales de varios países como Reino Unido, China, y otras entidades como la Unión Europea, estén trabajando ya en crear sus propias monedas digitales. Para ello estudian los pros y los contras de tener una criptomoneda controlada y centralizada por el sistema financiero gubernamental, y buscan la manera de que conviva con el dinero físico.
Solidaridad real
La tecnología debe estar al servicio de las personas. Por eso también se aplica en el desarrollo de la llamada “moneda social”. Aprovechando todo el potencial que brinda el Blockchain y la experiencia adquirida desde el nacimiento del dinero virtual, la sociedad ha encontrado su propia forma de crear su propia moneda social, para dar soluciones a las personas en situación de crisis económica.
Aunque estas monedas sociales también nacen al margen de los organismos oficiales, su finalidad es apoyar proyectos de ámbito local. Gracias a la creación de diferentes aplicaciones y plataformas tecnológicas, es posible donar, por ejemplo, el dinero de una compra “virtual” para que una familia en situación de vulnerabilidad pueda hacer efectiva esa compra de aquellos productos que pueda necesitar.
Es una forma transparente de gestionar las donaciones ya que la tecnología permite dotar de una trazabilidad total a cada aportación, y de eliminar barreras para la solidaridad. Queda tiempo para saber cómo serán los sistemas financieros del futuro, pero ya es posible conocer cómo la tecnología impulsa la solidaridad de hoy.
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