La agricultura se apoya en las TIC para alcanzar un crecimiento cada vez más sostenible

Durante las últimas décadas, la aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, TIC, en la agricultura se ha hecho cada vez más notable, no solo gracias al desarrollo y mejora de la propia tecnología, sino del acceso de los agricultores al conocimiento tecnológico. Algo que se suma a la tendencia del crecimiento verde en el que las sociedades están cada vez más implicadas.

Durante las últimas décadas, la aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, TIC, en la agricultura se ha hecho cada vez más notable, no solo gracias al desarrollo y mejora de la propia tecnología, sino del acceso de los agricultores al conocimiento tecnológico. Algo que se suma a la tendencia del crecimiento verde en el que las sociedades están cada vez más implicadas.

La agricultura es una de las piezas clave del crecimiento verde, un concepto que se refiere al desarrollo económico que toma como referente el medioambiente, ya que busca no generar costes adicionales por la degradación ambiental, y valora el papel que tiene el capital natural en la prevención de los desastres naturales, tal y como señalan desde el Banco Mundial.

La agricultura necesita adoptar herramientas innovadoras para asumir el reto que supone alimentar a una población mundial que no deja de crecer y al mismo tiempo proteger los recursos naturales para las generaciones futuras. Según estimaciones de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas, FAO, en 2050 el incremento de producción agrícola se situará en un 70% para hacer frente al aumento poblacional global. Este incremento supondría duplicar la producción agrícola actual a nivel mundial en tan solo 30 años. Aquí, el auténtico desafío está en evitar aumentar la superficie de cultivo, ya que eso supondría reducir aún más (o eliminar incluso) ecosistemas de gran valor ecológico y la pérdida irreparable de biodiversidad.

El organismo de Naciones Unidas cree que las nuevas tecnologías son una eficaz herramienta para desarrollar y apoyar una agricultura “climáticamente inteligente”, la cual se define por acciones que “buscan aumentar una productividad sostenible, fortalecer la resiliencia de los productores, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, al mismo tiempo que se fortalece la seguridad alimentaria y se aseguran beneficios para el medio ambiente”.

Los ámbitos de actuación de las nuevas tecnologías se centran especialmente en la planificación y gestión del uso de la tierra y otros recursos naturales, en la adaptación al cambio climático para hacer frente a fenómenos como la sequía o la desertización, o en abastecer a unas ciudades cada vez más pobladas. En este punto, la agricultura necesita conectarse a la innovación, hacerse digital para transformarse en un sector “inteligente”.

Más digital y sostenible

Precisamente, el sector agrícola puede beneficiarse del uso de tecnologías como big data y cloud para realizar tareas como control de plagas y el uso eficiente de suelos y riegos, mientras que el blockchain permite la digitalización de procesos de títulos de propiedad rural o desarrollar sistemas de trazabilidad de alimentos. Esto es posible gracias al uso intensivo de la información que proporcionan los datos en los distintos procesos, que se recopilan en la nube y son accesibles a través de un smartphone o tablet.

Otras soluciones como el Internet de las Cosas sumadas al uso de drones permiten obtener datos que apoyen la toma de decisiones en tiempo real y ayuden a los agricultores a obtener una producción más eficiente. Estos dispositivos además de actuar como “vigilantes” alertando de posibles problemas en el estado de los campos o de la maquinaria, son capaces de hacer mapas que aportan información precisa para el control de recursos hídricos y el riego inteligente, ajustar las dosis justas de fertilizantes y fitosanitarios según las necesidades particulares de cada plantación, mejorando la eficiencia de estos productos y evitando el desperdicio.

Gracias a la conectividad de los objetos, los agricultores también pueden contar con datos fiables que les permiten ajustar el uso de energía para sus explotaciones agrarias y ahorrar en este capítulo. Esto requiere de una plataforma que agrupe los trabajos de la explotación para conectar y organizar los diferentes elementos para recoger dicha información.

Proyectos a medida

Para ofrecer mejores herramientas, Telefónica ha desarrollado Smart Agro, una propuesta que utiliza las capacidades tecnológicas que tiene disponibles para aplicarlas en el entorno agrícola y ganadero también, y las transforma en proyectos a medida para adaptarse a las necesidades de cada cliente.

Todo ello se sustenta sobre el despliegue de las nuevas conectividades 5G, así como el uso de estándares abiertos que permiten el intercambio de información entre múltiples soluciones de mercado y favorecen la colaboración entre empresas privadas, facilitando la interoperabilidad con las administraciones públicas.

Como ejemplo, Telefónica colabora desde 2018 con la FAO para diseñar proyectos de digitalización en la agricultura. Esta alianza ha desplegado, en los tres últimos años, distintas líneas de actuación para el uso eficiente del agua; el análisis de datos para calcular emisiones de gases invernadero por la ganadería y mapeo de migraciones por efecto del cambio climático; y el acceso a plataformas online para promover una educación digital y una capacitación específica.

El uso de las nuevas tecnologías facilitará una rápida transformación digital de sectores productivos como la agricultura o la ganadería que mejore la gestión de recursos naturales, para combatir el cambio climático.


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