El concepto de doble uso
Las tecnologías de doble uso abarcan desde la inteligencia artificial, los satélites de órbita baja, los drones, el big data y las redes móviles 4G/5G, hasta las futuras redes 6G, además de soluciones de ciberseguridad y computación cuántica. Su carácter “dual” proviene de la posibilidad de ser aplicadas simultáneamente tanto al fortalecimiento de la conectividad civil como al apoyo a actividades de vigilancia, defensa o gestión de crisis.
Este carácter híbrido exige, y exigirá cada vez más, que gobiernos, empresas y organismos multilaterales establezcan modelos de gobernanza que equilibren innovación, competitividad y seguridad.
Ese equilibrio puede observarse, por ejemplo, en proyectos de conectividad mediante constelaciones de satélites de órbita baja, que hoy sirven tanto para expandir el acceso a internet en zonas remotas como para monitorizar fronteras o emergencias ambientales. Del mismo modo, los sistemas de inteligencia artificial utilizados en el mantenimiento predictivo de redes también pueden adaptarse a fines de ciberseguridad o de respuesta ante incidentes críticos. Estos casos ilustran cómo la frontera entre lo civil y lo estratégico se vuelve cada vez más difusa.
El papel de las telecomunicaciones
El sector de las telecomunicaciones ocupa una posición singular en este debate, pues las redes no solo posibilitan la adopción de tecnologías de doble uso, sino que también se convierten en parte integrante de la infraestructura crítica nacional. En este sentido, pueden destacarse tres desafíos que se presentarán en el corto plazo: garantizar la resiliencia y la seguridad cibernética de las redes en escenarios de uso intensivo de estas tecnologías; posibilitar la interoperabilidad entre sistemas civiles y de seguridad; y actuar en espacios de cooperación público-privada, de manera transparente, anticipando riesgos y alineando respuestas coordinadas en la medida de lo posible.
Durante la Cumbre del G20 (2024), en los preparativos para el BRICS (2025) y más recientemente para la COP30 (2025), esta dimensión estratégica se hizo evidente. El sector fue convocado a integrar grupos de trabajo junto al Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia de la República, en el ámbito de la Seguridad de Infraestructuras Críticas (GSI-SIC), articulando medidas de prevención y respuesta para proteger las infraestructuras críticas de telecomunicaciones durante estos eventos.
La perspectiva institucional
Desde el punto de vista institucional, el debate sobre tecnologías de doble uso no se limita a cuestiones técnicas, sino que también ha generado discusiones públicas sobre ética, mecanismos de autorregulación y niveles de confianza entre los actores públicos y privados.
Las Relaciones Institucionales desempeñan un papel cada vez más esencial en este proceso, facilitando un diálogo constructivo con reguladores, responsables de políticas públicas y organismos de seguridad, fomentando la creación de entornos colaborativos multisectoriales y promoviendo la construcción de normas convergentes que eviten vacíos regulatorios y garanticen estándares globales de interoperabilidad.
Entidades como los foros de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), así como los debates sobre la regulación de la inteligencia artificial en la OCDE y en la Unión Europea, son ejemplos de iniciativas que buscan precisamente establecer marcos normativos coherentes, capaces de asegurar interoperabilidad global y prevenir lagunas regulatorias.
Desafíos y caminos futuros
La discusión sobre tecnologías de doble uso apenas comienza, y deberá consolidarse a partir de la integración de tecnologías existentes y emergentes, como el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial, la computación en la nube y el 5G, impulsada además por la inversión en nuevas infraestructuras críticas que incluyen, además de las redes terrestres y móviles, los centros de datos, los cables submarinos y las constelaciones satelitales.
En un horizonte más amplio, surgirán profundas transformaciones impulsadas por tecnologías como la computación cuántica, la inteligencia artificial general (AGI) y el 6G. En este entorno hiperconectado, el nivel de integración estratégica entre telecomunicaciones, infraestructuras críticas, infraestructuras públicas digitales (DPI), ciberseguridad y defensa cibernética será aún mayor, exigiendo cooperación internacional, capacidad institucional de respuesta y marcos regulatorios dinámicos.
Ante este panorama, será cada vez más necesaria la evolución de modelos de gobernanza colaborativa que integren innovación, seguridad y desarrollo. El papel de las telecomunicaciones será no solo operativo, sino también estratégico, como vínculo que conecta las distintas dimensiones de la sociedad, desde la economía digital hasta la seguridad nacional y regional.
Conclusión
Las tecnologías de doble uso sitúan al sector de las telecomunicaciones en el epicentro de una revolución tecnológica compleja y desafiante: la de garantizar una conectividad robusta, segura y resiliente, y al mismo tiempo contribuir a la fiabilidad de las infraestructuras críticas y a la autonomía digital de las naciones.
Por ello, más que acompañar la transformación tecnológica, será necesario liderar el diálogo institucional, construyendo puentes entre la innovación, la regulación y la seguridad, con el fin de asegurar que el futuro de las telecomunicaciones sea sostenible e inclusivo.







