¿Qué contenidos funcionan mejor en LinkedIn en 2025? Guía práctica para profesionales

Hasta ahora, LinkedIn era una red social o lugar donde abrirse un perfil, subir el currículum y ampliar la agenda de contactos. Un sitio pensado básicamente para hacer networking y estar “por si acaso” surgía alguna oportunidad laboral.

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Alicia Gordo Moreno Seguir

Tiempo de lectura: 5 min

Hoy la realidad es otra. LinkedIn se ha transformado en una plataforma de contenidos profesionales y un escaparate donde las empresas comparten innovación, los líderes transmiten visión y los profesionales construyen su marca personal. Esta red se ha consolidado, sin duda, como una herramienta estratégica para ganar visibilidad, generar conversación y construir reputación. Pero, como en todas las plataformas o redes, la forma en la compartimos o interactuamos con otros usuarios marca la diferencia entre tener visibilidad o pasar desapercibidos.

En mi caso, y lo que me motiva a escribir este artículo, llevo nueve meses publicando todos los lunes en mi perfil profesional. Durante este tiempo he podido comprobar qué impulsa la interacción, qué tipos de contenidos funcionan realmente y qué contenidos no aportan nada. A continuación, os comparto una guía práctica basada en mi experiencia directa.

Actualiza tu perfil

Antes de lanzarte a publicar, revisa tu descripción, idioma, foto y storytelling. No en modo CV, sino en modo carta de presentación. Para ello, te dejo tres pasos:

  1. Responde claramente: ¿Quién eres?, ¿qué aportas?, ¿por qué haces lo que haces? Resume tu propuesta de valor en tres líneas concisas.
  2. Describe tu trayectoria de manera clara y cercana.
  3. Acompaña los logros con aprendizajes para darles contexto y valor real a tu experiencia.

Un perfil cuidado transmite profesionalidad y aumenta la credibilidad de cualquier publicación.

Diseña una estrategia de contenidos

Publicar sin plan es como navegar sin rumbo. Antes de enfrentarte a la página en blanco, piensa de qué vas a hablar y qué aprendizajes puedes compartir para inspirar.

  • Si no sabes por donde empezar, aquí te dejo una guía con 5 básicos para responder las preguntas clave:
  • Propósito: ¿qué quieres proyectar y por qué?
  • Coherencia: lo que dices, haces y compartes va en la misma dirección.
  • Canal: elige dónde quieres estar presente (no se trata de estar en todos lados).
  • Constancia: no vale hacerlo una vez y desaparecer, es una carrera de fondo.
  • Valor: lo que compartes tiene que aportar algo a los demás, desde tu experiencia en el área.

Define:

  • Temáticas sobre las que quieres posicionarte (tecnología, emprendimiento, liderazgo, etc.).
  • Aprendizajes y experiencias que puedes compartir.
  • Objetivos a medio plazo (visibilidad, reputación, networking, etc.).

Esto te ayudará a evitar improvisar y a mantener un hilo conductor coherente.

Planifica y persevera

En mi caso, publico todos los lunes a las 8:30h. Tener un calendario genera compromiso contigo mismo y con tu comunidad. La clave está en trabajar con antelación y planificar tus publicaciones. Además, LinkedIn premia la regularidad y la recurrencia.

Elige hashtags adecuados al storytelling de la publicación  

No se trata de usar los más populares ni los más masivos, sino los que conectan mejor con tu temática. Herramientas como Hashtag Analytics pueden ayudarte a seleccionar etiquetas relevantes y estratégicas.

Genera conversación

Responde a comentarios, menciones y mensajes privados. Lo que fortalece tu perfil no son las impresiones, sino las conversaciones que surgen a raíz de tus publicaciones. Todo suma para construir tu comunidad.

Acompaña tus posts con fotos personales

Las imágenes propias humanizan y generan cercanía. Una foto aumenta la interacción y transmite autenticidad. Mostrar tu día a día profesional —un proyecto en el que estás trabajando, un evento al que asistes o incluso tu espacio de trabajo— ayuda a que tu historia cobre vida y conecte a nivel humano y profesional.

Además, las imágenes aportan contexto a tus reflexiones y aprendizajes, reforzando el mensaje de tu post. No hace falta que sean perfectas ni de estudio; lo importante es que sean reales y transmitan quién eres.

Redacción y formato: claves para que tu post destaque

Un buen contenido también entra por los ojos. Revisa estos puntos:

  • Estructura clara con párrafos o líneas cortas (favorece a una lectura rápida y con ritmo).
  • Mensajes fáciles de leer para quienes hacen scroll rápido.
  • Herramientas de apoyo como LinkedIn Text Formatter para mejorar el aspecto visual.

Cómo medir resultados en LinkedIn

Revisa al menos una vez al mes qué posts funcionaron mejor, cuáles tuvieron menos impacto y por qué.

Para hacerlo de manera más clara y ordenada, puedes llevar un Excel donde registres las métricas clave de cada publicación: impresiones, interacciones, tipo de contenido o formato, hashtags utilizados, hora de publicación, entre otros.

Analizar estos datos te permite ajustar tu estrategia, entender mejor a tu audiencia y tomar decisiones más informadas sobre qué compartir y cómo optimizar tu presencia en LinkedIn.

Lo que no funciona en LinkedIn (y conviene evitar para no fracasar en el intento)

  1. Publicar por obligación: Se nota cuando el contenido está forzado. No publiques “porque toca”: resta autenticidad. Si esa semana no tienes nada que publicar, trata de interactuar con la audiencia u otros creadores.
  2. Obsesionarse con las métricas: Las impresiones no construyen comunidad; las conversaciones sí.
  3.  Quedarse solo en la teoría: Las reflexiones con experiencias propias generan más credibilidad que los contenidos genéricos.
  4. Esperar resultados inmediatos en todos los posts. No todo lo que publicas tendrá el mismo impacto, y está bien. Lo importante es aprender del proceso.
  5. Seguir tendencias sin criterio: Repetir lo que dicen todos rara vez construye reputación. La autenticidad es más valiosa que las modas pasajeras.

Mi relación con LinkedIn empezó mucho antes de ponerme como reto publicar cada semana. Durante años, trabajé en impulsar proyectos de visibilidad en redes sociales para Telefónica y en acompañar a directivos y expertos de la compañía en programas de Thought leadership. La misión era clara: posicionar a voces clave en el sector de la innovación, la tecnología y la digitalización, convirtiendo a LinkedIn en un altavoz estratégico para la compañía.

Después de esa experiencia, me tocaba llevarlo a mi propio terreno. «Este año sí o sí. Pase lo que pase, te pillé como te pillé.» Esa fue la promesa (y el propósito laboral) que me hice: trabajar de verdad y con compromiso en mi marca personal.

La conclusión es que lo que funciona para una gran compañía, también funciona para cada profesional: constancia, autenticidad y valor compartido. LinkedIn es hoy mucho más que un lugar para buscar empleo: es un espacio donde personas y organizaciones pueden construir reputación y generar conversación con impacto.

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