Cómo ha ido evolucionando la influencia europea en el conjunto mundial en las últimas décadas
La segunda guerra mundial concluyó con un panorama desolador para Europa; millones de vidas perdidas, ciudades derruidas y una economía notablemente debilitada. En base a esta experiencia, y con vistas a evitar que se repitiese en el futuro, seis países europeos tomaron la iniciativa de crear la Comunidad Europea del Carbón y del Acero para potenciar la cooperación y generar sinergias económicas que desincentivaran la materialización de nuevos posibles conflictos.
Los resultados positivos de esta iniciativa llevaron a una ampliación de la cooperación entre estos países, dando lugar a la Comunidad Europea de Energía Atómica y la Comunidad Económica Europea.
El impulso económico que dieron a los países europeos estas tres Comunidades posicionó a Europa nuevamente como un actor relevante a nivel internacional. Esta relevancia fue incrementando a medida que más países se sumaron, siendo el punto álgido el establecimiento de la Unión Europea (UE). La libre circulación de personas, mercancías, servicios y capital resultó en un impulso al comercio, una mayor integración de los mercados financieros, nuevas oportunidades de inversión y un mayor bienestar para los ciudadanos.
Otro de los aspectos destacados del proyecto europeo son sus valores de democracia, derechos humanos, acción contra el cambio climático e inclusión. Estos valores han hecho de Europa un actor de referencia global en la sostenibilidad ambiental y social, siendo garante de iniciativas internacionales como son el Acuerdo de París o las Agendas de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Finalmente, la Unión Europea ha probado ser altamente influyente a través de la regulación. El mercado europeo tiene una base de consumidores muy atractiva para las empresas extranjeras. Por tanto, si estas quieren seguir desarrollando sus actividades en estos países deben cumplir con la regulación vigente. Esto ha hecho que empresas extranjeras adopten requisitos y estándares fijados por la UE, extendiendo así la normativa europea a otros mercados.
Pese a la influencia que ejerció durante décadas en base a su crecimiento económico, valores y regulación, estos últimos años Europa ha visto mermada su relevancia. Su limitada competitividad la ha convertido en un personaje secundario en el nuevo orden mundial (digital), el cual está protagonizado por Estados Unidos y China.
En el mundo de las telecomunicaciones, ¿en qué punto se encuentra Europa con respecto a otros actores?
El mercado de las telecomunicaciones europeo destaca por su alta fragmentación. Europa cuenta con 41 operadores de redes móviles con más de 500.000 conexiones en Europa, mientras Estados Unidos y China (dos países con una gran base de consumidores) tienen cinco y cuatro operadores respectivamente.
Esta fragmentación afecta al músculo inversor de los operadores de telecomunicaciones europeos, repercutiendo en la calidad o disponibilidad de los servicios en comparación a las otras regiones.
Como ejemplo, en 2023, la inversión en telecomunicaciones per cápita de Europa fue casi la mitad que la de Estados Unidos (117,9 euros vs 226,4 euros). Paralelamente, las velocidades de descarga, tanto de redes fijas como móviles, en Europa son inferiores a las de Estados Unidos (Redes fijas: 137 Mbit/s vs 246 Mbit/s. Redes móviles: 71 Mbit/s vs 107,9 Mbit/s)
Actualmente, Europa está en riesgo de quedarse rezagada en 5G Stand Alone; una tecnología de ultra baja latencia con una mayor fiabilidad y eficiencia que habilita innovaciones como network slicing. Por ejemplo, la cobertura 5G SA en Europa es del 40%, significativamente por debajo de Norteamérica que alcanza un 91%.
En el desarrollo de nuevas tecnologías, ¿qué lugar ocupa Europa en el panorama mundial?
Ahora mismo nos encontramos en un momento de innovación continua potenciada por el desarrollo de la conectividad y la digitalización. Del amplio abanico de nuevas tecnologías, las más destacadas son la inteligencia artificial (IA), el cloud y la computación cuántica.
En primer lugar, la faceta transversal de la IA en la generación de eficiencias y el desarrollo de diversas soluciones digitales (como la predicción mediante Big Data, la detección temprana con IoT o la automatización junto con la robótica) la convierte en una tecnología estratégica.
Además, la democratización de la IA generativa, impulsada y popularizada por Chat GPT, ha resultado en una herramienta habitual en nuestra vida cotidiana y laboral. La importancia de esta tecnología ha llevado a los países a intensificar la inversión en la IA, siendo Estados Unidos el país más destacado. Tomando como referencia la lista de Forbes top 50 empresas de IA, el 84% son estadounidenses, mientras que el 12% son europeas (países UE 6% y Reino Unido 6%).
En segundo lugar, el ecosistema cloud permite escalar los servicios digitales bajo demanda gracias a la elasticidad que ofrece en almacenamiento, gestión y procesamiento de datos. Esto ha hecho que varias empresas hayan decidido pasar parte de su actividad al cloud, generando un mercado emergente para las empresas tecnológicas.
Al igual que en IA, Estados Unidos es quien lidera esta tecnología. El 72% de la cuota de mercado de cloud de Europa está en manos de empresas estadounidenses, perteneciendo el 65% de esta cuota a Amazon Web Services, Microsoft Azure y Google Cloud. Si ponemos el foco en empresas europeas, OVHcloud, el mayor proveedor europeo alcanza menos del 2% de la cuota de mercado total.
Por último, la tecnología que está tomando más tracción en la actualidad es la computación cuántica. Basándose en la teoría de mecánica cuántica, esta tecnología permitiría resolver problemas complejos que los ordenadores clásicos no pueden resolver, ampliando los límites del conocimiento a la vez que abriendo la puerta a nuevas posibilidades.
A diferencia de los dos anteriores casos, Europa está bien posicionada para ser un líder en esta tecnología. Tomando como base las top 50 empresas de quantum del ranking de Analytics Insights, Europa se sitúa a la cabeza con el 38% de empresas (países UE 28% y Reino Unido 10%), seguido de las empresas estadounidenses que representan el 36%.
¿Qué puede Europa hacer para recuperar su competitividad? ¿Es posible equilibrar la situación de otras geografías con respecto a la europea?
Para recuperar su competitividad, Europa debe impulsar la innovación. En este sentido, las empresas digitales europeas son las mayores bazas de la UE para llegar a ser un competidor fuerte en la actual carrera tecnológica mundial.
Las telecomunicaciones, como pilar fundamental del ecosistema digital, es un sector estratégico para la competitividad europea. La conectividad de última generación permite el progreso de servicios digitales de vanguardia, así como de tecnologías emergentes como la IA, IoT y el cloud; lo que resulta en una mayor innovación.
Pese a la relevancia de las empresas digitales europeas, incluyendo las de telecomunicaciones, Europa no ha logrado generar un entorno suficientemente habilitador de la innovación para que sean competitivas a nivel internacional. Entre los retos, destacan la fragmentación del mercado, la falta de escala y el exceso de regulación.
Primeramente, la fragmentación a causa de la multiplicidad de regulaciones y procesos burocráticos en cada país desincentiva a las empresas a escalar a nivel europeo.
Después, la falta de escalabilidad de las empresas europeas resulta en una menor generación de ingresos en comparación con sus peers a nivel internacional, afectando al músculo inversor de estas empresas y, por ende, a la innovación.
Finalmente, el exceso de regulación genera nuevas trabas asociadas a una mayor incertidumbre para la generación de nuevos productos y servicios innovadores y a mayores costes para hacer frente las obligaciones de reporting.
La futura Ley de Redes Digitales es una oportunidad que tiene la UE para generar un entorno regulatorio simplificado favorable a la inversión, incrementando así su competitividad para recuperar su posición con un actor relevante y de referencia global.