¿Cómo han modificado las nuevas tecnologías el mundo de la televisión?
No somos conscientes, pero estamos inmersos en una revolución tecnológica comparable a la revolución industrial del siglo XIX. Lo que se hacía de forma “artesanal” y era complicado, caro y requería de una supervisión profesional altamente cualificada, se ha convertido en algo mucho más fácil de hacer, y no por ello se ha sacrificado la calidad, más bien al contrario.
¿Y en el ámbito de la producción?
Precisamente por ese motivo los medios de comunicación en televisión se han multiplicado exponencialmente y eso requiere de una productividad ingente de contenidos que de no ser por las nuevas tecnologías sería imposible de asumir.
Hace tan solo 30 años una cámara Broadcast (Sony Betacam) costaba prácticamente lo mismo que un coche, a lo que había que sumar los costes, también muy elevados de los soportes magnéticos de grabación.
La digitalización de los procesos y la evolución de los sensores y procesadores tanto en las cámaras como en las estaciones de edición se han abaratado tanto que por una inversión de apenas unos 4000 € puedes estar generando contenidos en 4K y superiores para casi cualquier estándar de emisión en TV TDT , IPTV, OTT, VOD, etc.
No solo en cómo se producen los contenidos la evolución de la tecnología ha modificado el sector televisivo. ¿Qué incidencia ha tenido en la distribución de los contenidos?
El consumo masivo de contenidos, potenciado entre otras cuestiones por la irrupción salvaje de la cultura multidispositivo ha generado una macroindustria en cuanto a la distribución que está continuamente mutando y adaptándose al consumidor.
Esta locura por el contenido se ve clarísimamente en las incesantes guerras por los derechos deportivos, es muy habitual que los derechos de grandes acontecimientos deportivos cambien de plataformas y cuando esto ocurre se generan nuevas alianzas y Joint Ventures necesarias para sobrevivir a un escenario tan impredecible.
De igual manera que en la elaboración y distribución del producto, la tecnología también ha tenido incidencia en el consumo. ¿Cuáles son los principales cambios para los usuarios?
Los usuarios han tenido una avalancha tan descomunal de cambios que aun las están procesando, pero quizá haya dos cambios tan radicales que pueden englobar al resto y que se tienen que ver con el espacio/tiempo.
Espacio. La TV se desplaza contigo, en tu móvil, en tu Tablet, en tu ordenador portátil, esto unido a la conectividad total y la continua mejora del ancho de banda y la transmisión de datos habilita el otro cambio definitivo.
Tiempo. La inmediatez de la recepción y el visionado de la TV lineal o en diferido ha habilitado la TV 24/7 365 días.
Al final todo se resume en consume TV dónde y cuándo quieras.
Que la gente pueda consumir televisión estando pendiente de otras pantallas, ¿en qué medida afecta?
Dependiendo de la edad del espectador. A un adolescente de 14–20 años hay que presentarle un estímulo audiovisual lo suficientemente atractivo en los 8 primeros segundos de visionado para retenerle (5 si son RRSS).
La franja de 20-50 años es la más hibrida, su tasa de atención inicial está en torno a los 12 segundos y es capaz de consumir multitasking con cierta consistencia durante más tiempo. Los mayores de 50 siguen siendo fieles al consumo de TV tradicional, con una tasa de atención inicial de unos 20 a 30 segundos, y claramente menos multitasking.
El reto está en conseguir formatos que se adapten a estas formas tan dispares de consumo. En algunos países asiáticos, y latinoamericanos ya están triunfando los microdramas. Telenovelas de capítulos cortos (1 a 5 minutos) de bajo presupuesto, grabados y editados en vertical, estética Anime, con un comienzo (5 primeros segundos) trepidante y un cliffhanger final que incite al consumo del siguiente capítulo de forma instintiva.
Este consumo diferente, ¿beneficia o perjudica al producto televisivo?
Yo creo que cualquier cambio es positivo. Obviamente la oferta masiva de contenidos está empezando a generar cierto rechazo e incluso ansiedad la llamada “Choice overload” o “fatiga del streaming”.
Pero estamos aprendiendo y cada vez se dedican más recursos a la curación, personalización y recomendación de contenidos. Los interfaces tienden a simplificarse para mejorar la experiencia de usuario y la IA está irrumpiendo como un Tsunami en los medios de comunicación.
Estoy convencido de que en muy pocos años todos los consumidores dispondrán de su algoritmo personal de consumo audiovisual y será tan sofisticado y preciso que la televisión vivirá una segunda juventud.
Pero no perdamos el foco, al final la tecnología debe estar siempre al servicio de nuestra creatividad.
Ya lo dijo Dalí. “Para mí la Televisión es una especie de pantalla en la que veo todo lo que puedo imaginar”.
